Con la Jornada Solidaria de Salud y la entrega de apoyos diversos, concluyó la operación del albergue temporal para familias damnificadas por las lluvias en Tabasco, que instaló el Movimiento Antorchista en la Casa de la Cultura de la delegación del Sector San José, de Gaviotas Sur.
Este espacio funcionó sin contar con ningún apoyo ni reconocimiento oficial, y fue habilitado por activistas y plenistas de la organización, encabezados por el dirigente estatal del antorchismo, Pedro Ramos Mondragón, quien estuvo pendiente de que los trabajos de solidaridad y apoyo a los afectados se llevaran a buen puerto.
De esta forma fue como el Movimiento Antorchista respondió a la emergencia provocada por las lluvias del frente frío número 4, en la ciudad de Villahermosa y, sobre todo, por el desfogue de la presa Peñitas, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ubicada en el vecino estado de Chiapas.
Los activistas del municipio Centro estuvieron atentos a auxiliar a los habitantes de las colonias Monal, Valle Verde, Coquitos, Armenia, San José, entre otras, en las cuales tiene presencia la organización.
Fue así como el primero de octubre, por la noche, varias familias sufrieron la inundación de sus casas y tuvieron necesidad de abandonarlas en busca de refugio.
De inmediato la organización, coordinada con la Delegada Municipal del Sector San José, de Gaviotas Sur, habilitó la Casa de la Cultura como albergue temporal.
En los días subsiguientes, decenas de familias afectadas, ya no solo de colonias de Villahermosa, sino también del medio rural, como Torno Largo y Rivera de las Raíces, se refugiaron en el albergue, dado que era el único habilitado en la zona sur de la ciudad, que fue una de las más afectadas por la inundación.
Según reportes de Protección Civil Estatal, las lluvias y el desfogue del embalse, dejaron más de 600 mil damnificados en toda la entidad.
A pura voluntad y coraje, los activistas y plenistas antorchistas consiguieron alimentos, agua, colchonetas, cobijas y, posteriormente, servicios médicos, vacunación, seguridad y hasta recreación para las familias afectadas.
La estancia de los damnificados, entre los que había bebés de ocho meses de edad, adultos mayores y personas discapacitadas, se dio en un ambiente de respeto y de armonía.
La sociedad civil correspondió al gesto; desde los plenistas, negocios como taquerías, asociaciones civiles y personajes políticos contribuyeron a que el albergue saliera adelante.
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