La educación verdadera, es praxis, meditación y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo, plantearse la posibilidad de la transformación del mundo por la acción del pueblo mismo, liberado a través de esa educación, y anunciar así las posibilidades de una nueva y auténtica sociedad, la oportunidad de satisfacer las necesidades elementales del ser humano, alimento, salud, vivienda, trabajo, etcétera, es una libertad que se puede alcanzar en buena medida con un pueblo educado y organizado y trabajador en torno a sus derechos elementales como clase proletaria capaz de gobernar a este país.
Existe una clasificación de los países por su nivel de riqueza y desarrollo, siempre ha existido.Desde los inicios de la humanidad misma, se puede ver como algunos imperios destacaban sobre otros, pero en estos casos se medía la supremacía con el poderío militar y la extensión del territorio.
Luego, ya en la época feudal, otros criterios como la riqueza y la educación tomaron más importancia, pero no fue hasta la revolución industrial que se hizo más obvia la diferencia.
Hoy en día, el criterio para decir si "un país es desarrollado o subdesarrollado", se mide por el índice de desarrollo humano y la distribución de la riqueza.Es decir, un país desarrollado cuenta con educación, salud y un ingreso adecuado para la mayor cantidad de la población; mientras tanto, uno subdesarrollado puede que tenga lo mismo que uno desarrollada salud, educación, riqueza, etc.pero concentrado en unas cuantas manos, en una muy pequeña parte de la población.
Uno de los caminos que el gobierno debería recorrer es el invertir un mayor porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) en desarrollo educativo, científico y tecnológico.
En el mundo globalizado en el que vivimos, los principales activos de los países desarrollados ya no son la mano de obra o las materias primas como sucedía en la Revolución Industrial, sino que ahora son los productos industrializados de alto valor los que les dan riqueza a las naciones.
Es decir, tecnología de punta, medicinas y maquinaria para la producción.Y esto solo será posible invirtiendo en educación, ciencia y tecnología.Para crear productos de alto valor, que sin una buena inversión en investigación y desarrollo será imposible de alcanzar.Por eso los gobiernos deben invertir una buena parte de la renta nacional en áreas relacionadas con la ciencia y la educación.
Por ejemplo.Países europeos que dependen mucho de las empresas tecnológicas y farmacéuticas como los son Alemania y Suiza, invierten más del 10 por ciento en educación y entre el 2 por ciento al 3 por ciento de su PIB solo en ciencia.
Para dar una idea de la importancia de la tecnología para la economía de un país, está Japón y Corea del Sur.
Japón en los primeros años de la posguerra estaba destruido y repleto de problemas económicos.Sin embargo, gracias a una metodología de eficiencia en su industria y al desarrollo científico, en solo 20 años el país se convirtió en líder mundial en tecnología, además de ser la 2da economía a nivel mundial (título que perdió con China a inicios del milenio).
Está claro, el desarrollo de un país es imposible sin un pueblo educado y consciente de la importancia de su participación en la vida pública.Para hacer esto posible el pueblo, la clase trabajadora responsable e instruida debiera pedirle, exigirle a la clase gobernante en turno que todo el esfuerzo de su gobierno lo enfocara a crear las condiciones ideales para dar acceso toda la población estudiantil a una educación de primer nivel sin excepción alguna; romper el estereotipos, trabajar a nivel de las familias y la discriminación, por último, elevar la cantidad y calidad del profesorado ofreciendo capacitación y mejores salarios en el marco de una institucionalidad sólida y transparente.
Cosa que no sucede, no se ve por ningún lado, con la población mexicana, los estudiantes los trabajadores, los obreros siguen sin educación y sin trabajo, y los que llegan a tener educación y trabajo, son explotados y mal pagados, salarios míseros, en franca inequidad con el desarrollo socioeconómico de nuestro país, la clase proletaria solo existe para votar y nada más, totalmente olvidada por el gobierno de la 4T.
Los antorchistas de Nuevo León hacemos la atenta invitación al pueblo de México a unirse y luche por su liberación promoviendo la educación como arma liberadora.Tenemos como primacía mejorar el nivel educativo de la población estudiantil, formar personas más críticas, conscientes de la realidad social, esto lo llevamos de la mano, se tiene gente preparando y preparada, educada, sensibilizada, humanizada, preocupada por su entorno social y económico; sí, educada en universidades nacionales e internacionales de registro mundial, para liderar un proyecto de nación.Para muestra un botón, ahí están nuestros diputados federales emanados de las filas antorchistas, siempre trabajando en favor de los humildes de México.
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