El rostro de AMLO no muestra en sus "mañaneras" el menor rubor de vergüenza cuando se habla de que prácticamente nuestra economía no creció en el 2019, y los pronósticos para este año no son nada halagüeños, menos del 1% según los expertos. Con ese desempeño de la economía del país, la situación de la clase trabajadora se seguirá deteriorando, pues sin crecimiento económico no puede esperarse una mejoría en el nivel de vida de la población. AMLO sale al paso fresco y "victorioso" decidiendo que no hay crecimiento económico, pero si hay desarrollo, que la gente está mejor, que es feliz, feliz, ¿Será cierto lo que nos dice el presidente? Veamos.
Empecemos explicando sencillamente estos dos conceptos que muchas veces se confunden por la estrecha y sustancial conexión que mantienen. Por crecimiento económico de un país determinado entendemos que incremente su PIB, esto es, que se produzcan más bienes y servicios de un periodo a otro, y para esto se requiere que haya más empresas o que las que existen amplíen su planta productiva, con inversión pública o privada, o se hagan más productivas con nuevas tecnologías y sistemas operativos. En pocas palabras, el crecimiento económico no es otra cosa que haya más riqueza que repartir de un periodo a otro. Por su parte el desarrollo, en esencia, aunque incluye más aspectos económicos y sociales, no es más que el bienestar de la población medido, por el ingreso per cápita, por su nivel de educación, por el nivel de atención médica, de seguridad, de cultura, así como con obras de infraestructura con que cuenta asentamientos humanos (carreteras, electrificaciones, aeropuertos, aulas, hospitales, etc.).
Estos dos aspectos en la vida de un país, desarrollo y crecimiento económico, están ligados y se condicionan mutuamente. Un crecimiento económico lleva bajo un determinado modelo, a un desarrollo socioeconómico, y viceversa. Así, por ejemplo, individuos más sanos y vigorosos, con mayor nivel de educación, resultado de un desarrollo de un país, impactan en la productividad científica y tecnológica del país en cuestión. Por su parte un crecimiento económico, en el que se producen más bienes y servicios, crea las condiciones, si hay una justa distribución de la renta, de que se mejoren las condiciones de vida de las personas, es decir, que haya un desarrollo.
China es un caso elocuente donde el crecimiento y desarrollo van de la mano, con un PIB en el 2019 del 6.1% y con un desarrollo impresionante donde se ha sacado de la pobreza a millones de habitantes, se han creado ciudades de primer mundo, con niveles de educación, salud, cultura. Tan elevado es su desarrollo, para dar un ejemplo, que ante la emergencia que ha provocado el coronavirus ha sido capaz de construir dos hospitales en cuestión de días; pero no sólo eso: tiene médicos, científicos, tecnología, resultado de ese desarrollo.
En México no hay ni crecimiento ni desarrollo económico, pues hay un empeoramiento de las condiciones de vida de masas trabajadoras; se pierden empleos, no hay abasto de medicamento, la obra pública está en sus niveles más bajos, etc., etc. México ocupa el lugar 74 a nivel mundial del índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que entre otros indicadores toma en cuenta el Producto Interno per cápita, distribución de la renta, esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetización de adultos, nivel de escolaridad, etc.
La gran pregunta es: ¿Se puede tener una economía con nulo crecimiento económico y que por otro lado logre un desarrollo? No, de ninguna manera. Bajo el modelo neoliberal, o sea el capitalismo salvaje de la máxima ganancia, no es posible en lo absoluto. Ahora bien, si un país no estuviera creciendo económicamente o creciendo poco, pero se aplicará una verdadera política económica más equitativa y justa en la distribución de la riqueza, pudiera pensarse en un desarrollo, pero esto sólo sería a corto plazo, ya que un país crece día a día en su población y en las necesidades de ésta, como lo son el empleo, la educación, la salud, etc., y si no se produce más riqueza no se puede pensar en un desarrollo. Si se aplicara una política fiscal progresiva, aumento sustancial de los salarios, del gasto social en obras de infraestructura para las comunidades del campo y de la ciudad (que la 4T borró de su engendro del PEF 2020, al suprimir el Ramo 23, que se destinaba a obras de infraestructura en los municipios pobres), todo esto llevaría a un desarrollo del país y éste, tendría forzosamente que impulsar el crecimiento económico, y a su vez relazaría el desarrollo. Contesto a la pregunta de arriba, diciendo que sólo puede haber desarrollo, bajo el modelo económico que nos rige, con crecimiento económico importante y con una mejor distribución de la riqueza.
En el México de la 4T ni crecimiento económico ni desarrollo social, sólo embuste, engaño, simulación y manipulación de los datos por parte AMLO. Ni bienestar sustentado en el mejoramiento real de las condiciones de las amplias mayorías; por el contrario, mayor empobrecimiento para el trabajador y mayor opulencia para los dueños del dinero. Eso debe cambiar.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario