La solidaria denuncia ciudadana tiene una importancia trascendental para la sociedad cuando es verdadera y está basada en hechos fehacientes. Una denuncia a tiempo previene de consecuencias graves y fatales. Por eso, como diputado antorchista y representante de los mexicanos ante el Congreso de la Unión, cumplo mi deber de defender el derecho, señalar y denunciar las injusticias cometidas contra el pueblo; era necesario hacer un pronunciamiento ante la Cámara de Diputados, y lo hice, para enterar a esa soberanía sobre la terrible situación de inseguridad que se vive hoy en Puebla, y afecta a todos los mexicanos. Los índices delictivos registrados en los caminos y carreteras de ese estado, son ya, sin duda, alarmantes.
Recientemente, los diputados Eleusis Córdova Morán y Brasil Acosta Peña, representados por un servidor en el uso de la voz, hicimos un llamado urgente al gobierno de Puebla, que encabeza el morenista Miguel Barbosa Huerta, para que se den las garantías de seguridad a los ciudadanos de ese estado. Denunciamos públicamente que nuestro compañero Osvaldo ávila Tizcareño, ex diputado local de Zacatecas, viajaba junto a cuatro compañeros rumbo a Tecomatlán, Puebla, a una reunión nacional, a la media noche del domingo primero de marzo, cuando en el paraje conocido como la Cuesta del Palmar, del municipio de Izúcar de Matamoros, su vehículo recibió un disparo de arma de fuego que alcanzó a herir al ex diputado en la cabeza, y en el pecho al conductor, salvando la vida de "milagro", pues el lugar de las heridas y la trayectoria de la bala demuestran que el disparo buscaba asesinar al ex diputado y a su conductor, no solo amedrentarlos.
Sin embargo, la denuncia no ha surtido efecto y los sucesos criminales siguen: dos días después del pronunciamiento, a pocos kilómetros del lugar del atentado contra Osvaldo, fue ultimada la médica de profesión María Alejandra N, de 56 años de edad y herido su esposo, el abogado Idelfonso N, de 59 años, originarios de Huajuapan de León, Oaxaca. Según la información periodística este nuevo crimen sucedió a la altura de la comunidad del Tepenene, tramo correspondiente también al municipio de Izúcar de Matamoros, cuando las víctimas venían de la Ciudad de Puebla y se dirigían a Huajuapan de León, Oaxaca, recibiendo dos impactos de arma de fuego AK47.
Nuestro pronunciamiento en la Cámara de Diputados no fue una exageración, merece toda la atención de las autoridades para tomar medidas precautorias en beneficio de la ciudadanía, pues las víctimas mortales son gente de trabajo que labora dignamente día con día, son gente inocente. Pedimos respeto a la garantía de seguridad para los poblanos, en especial, de la región Mixteca, y hacemos un reclamo al gobernador y al presidente de la República porque ¿quién, si no los gobernantes, van a proporcionar seguridad a la población? Puebla es de los 5 estados donde los índices delincuenciales avanzan más rápidamente y donde el índice de impunidad en el sistema de justicia penal fue del 90.1%, es decir, que, de cada 10 delitos, 9 quedaron sin castigo, (según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública a febrero 2020).
Así las cosas. La violencia e inseguridad se han disparado en ese estado desde que lo gobierna el auto-proclamado "experto en seguridad", Lic. Miguel Barbosa Huerta. Los diputados somos encargados de escuchar y recoger las necesidades de los ciudadanos, para luego llevarlas al centro de la vida pública, a la máxima tribuna, a donde se deben tomar decisiones en favor de los mexicanos. El diputado debe ser, y lo es cuando cumple su función, un amplificador y difusor de la voz de la gente, uno de sus deberes para con los ciudadanos. Por eso, los diputados antorchistas solicitamos en ese acto y ahora por este medio a unirse a esta denuncia que exhorta al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que pongan la seguridad pública al servicio de la ciudadanía poblana en general y de la región de Tehuitzingo e Izúcar de Matamoros en particular, pues está en riesgo la vida y el patrimonio de sus habitantes. Es urgente que los gobernantes tomen en serio la vida y tranquilidad de sus gobernados y hagan lo que les corresponde. Nada más.
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