Muchos mexicanos tenían la esperanza de que mejorara la situación económica del país con la llegada de López Obrador a la presidencia, quienes votaron por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), salieron a las calles a festejar eufóricos la llegada de Obrador. México se convertiría en un país sin corrupción. Bastó un año y algunos meses para que toda esta ilusión se viniera abajo. En el sexenio anterior se crecía arriba del 2 por ciento, y ahora, estamos ante un 0 crecimiento y se avecina una gran recesión que afectará a millones de mexicanos, las decisiones de éste presidente afectaron directamente a la economía del país. Los fanáticos morenistas se están dando cuenta de que su partido sólo se detiene con alfileres porque depende de la popularidad del presidente. No hay una ideología en Morena y mucho menos una dirigencia sólida, están sin pies ni cabeza. Y es lógico que se explique ésta situación porque éste partido político se constituyó por el reciclaje político, en Morena hay de todos los colores, intereses y personalidades sin una imagen digna de moralidad. Internamente hay una división muy evidente, por ejemplo, entre Ricardo Monreal y John Ackerman.
La baja popularidad de este partido político ha hecho que se reflejen síntomas desde el representante del ejecutivo, en la mañanera del 22 de junio el presidente de México dijo lo siguiente: "Vamos a estar pendientes de que no haya fraudes. Me voy a convertir en un guardián para que se respete la libertad de los ciudadanos". Estas declaraciones son muy graves porque atentan directamente contra la democracia. Lo convierte automáticamente en juez y parte del proceso electoral y esto puede traer muchas consecuencias de malestar social, porque muchos mexicanos están arrepentidos de haber confiado en Morena. La estrategia del presidente es desprestigiar al Instituto Nacional Electoral (INE), ha mencionado que es un aparato de organización de elecciones muy caro y que nunca ha garantizado elecciones limpias y libres, hay una descalificación anticipada a la autoridad electoral porque va en caída libre su popularidad. El presidente detesta lo que no puede controlar y estos actos de descalificación aterrizan en una verdadera dictadura. Este presidente cuando fue oposición siempre negaba la derrota y ahora lo que quiere es perpetuarse en el poder para seguir arruinando al pueblo con sus decisiones improvisadas.
El país se encuentra muy dividido porque hay muchos mexicanos que ya no quieren que siga gobernando Morena, esencialmente porque no le resuelven los problemas económicos a la gente, aumentó el desempleo, la violencia y las muertes por covid-19. Y esto demuestra claramente que México no necesita a ésta clase política para dirigir al país porque simple y sencillamente los morenistas no tienen claridad de lo que se necesita para mejorar la situación económica. Han obligado a miles de mexicanos a salir a las calles para trabajar porque no les han dado las condiciones materiales para que se puedan quedar en casa. Es necesario que en estas próximas elecciones se garantice la paz social, porque ésta división entre los mexicanos puede traer graves consecuencias, y, más aún, si se imponen en las próximas elecciones candidatos que vienen de la decisión del presidente. Hay que vigilar las próximas elecciones, se debe respetar el voto de los ciudadanos porque es la única vía pacífica para que el pueblo pueda elegir a sus representantes, pero con estas declaraciones del presidente es evidente que el poder ejecutivo quiere controlar todas las instituciones para seguir perpetuando en el poder, éste presidente ha aumentado considerablemente la pobreza por sus decisiones erróneas, es el momento de que los mexicanos mediten su voto para poder cambiar su situación. Para ello, es necesario que se lleven a cabo elecciones limpias sin ninguna intervención presidencial porque si el presidente es juez y parte también eso lo convierte en un claro dictador.
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