Han transcurrido ya, diecinueve meses después de la toma de posesión del presidente López Obrador, que inició con la promesa a los mexicanos de llevar a cabo la transformación que el país requiere para sacar de la pobreza a millones de ciudadanos acumulados durante décadas de gobiernos nacionalistas y neoliberales, bajo cuya actuación se acrecentó la distancia entre ricos y pobres.El ofrecimiento, sin embargo, viene resquebrajándose por las malas decisiones que consecuentemente provocan resultados muy alejados de los esperados por quienes ilusionados creyeron en él.Es cierto que para echar andar un proyecto de nación unos meses no son suficientes, pero tomar decisiones y acciones que encausen el rumbo como bases del proyecto que se busca, si puede hacerse, y si estas corresponden al propósito planeado, seguramente solo se esperaría que el tiempo cumpliera el papel que le corresponde en el proyecto.A la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), en el que el presidente regaló prácticamente más de 70 mil millones de pesos a los inversionistas para que no interpusieran deudas por el incumplimiento de los contratos, le siguen las cuantiosas inversiones a Petróleos Mexicanos (Pemex) cuyos resultados son un desastre, pues cada vez que informa anuncia pérdidas de cientos de miles de millones de pesos.Los planes de reactivación económica no funcionan y el prometido crecimiento económico de 4 por ciento anual con un cierre en el sexenio del 6 por ciento, se nota cada vez menos alcanzable, pues en el 2019 la economía no creció y en este 2020, los pronósticos financieros auguran una caída del 8 por ciento.Otros datos también descubren lo nocivo de las acciones del gobierno de la 4T; la corrupción, uno de los dardos con que más dañó a los gobiernos del pasado y que le benefició mucho para alcanzar la silla presidencial, está presente también en este gobierno y de acuerdo a los datos del Instituto nacional de estadística y Geografía (INEGI) va en aumento.López Obrador prometió no endeudar más al país, y sin embargo, aparecen noticias alarmantes de que la deuda de este gobierno está a punto de alcanzar en diecinueve meses, la suma de la deuda de todo el sexenio anterior.
No hay duda de que estamos ante un gobierno que esta poniendo a los mexicanos en una situación muy comprometedora y riesgosa.El desastre económico trae consigo una ola de desempleo que empobrece cada vez más a los trabajadores y que ahora con la pandemia los pone a merced del contagio y ante el peligro de perder la vida, como ya aconteció con más de 15 mil mexicanos fallecidos víctimas del coronavirus.Y precisamente el equivocado proceder del presidente López Obrador ante la pandemia de covid-19, es otra manifestación de un gobierno errático, pues prácticamente toda la información que vierte sobre el problema está cuestionada por los hombres de ciencia y por las autoridades de salud mundial.Su predicción de que no nos afectaría porque no tenía la gravedad de la influenza AHINI y de que contaba con amuletos para espantar los posibles daños, lo coloca como un hombre de limitados conocimientos e irresponsable, a estas alturas los contagios están alcanzando la cifra de 140 mil mexicanos y el coronavirus ha enlutado a más de 15 mil hogares.Su llamado a la nueva normalidad y a practicar una vida normal, lo exhibe como un gobernante que desprecia la vida de los trabajadores, porque lo hace cuando los contagios están al alza y con altos números de pérdidas de vidas.Su falso carácter solidario con los pobres lo demuestra no atendiendo el clamor de millones ciudadanos que le están solicitando apoyos alimentarios para que saliendo lo indispensable, puedan conservarse sanos en espera de que transcurra la contingencia.
Pero no hay mal que dure cien años, y quienes nos damos cuenta de los daños que ocasiona un gobierno adverso a los intereses del pueblo, debemos unir nuestros objetivos con el fin de poner un alto a esta nebulosa época que nos tocó vivir.Se nos pone al día la tarea de crear un poderoso frente político de todos aquellos mexicanos que no coincidimos con este gobierno, para que, en la primera oportunidad electoral, le dispute a la 4T el poder del congreso de la unión y luego la presidencia de la República para que, desde ahí, se inicie un verdadero cambio en beneficio de todos los mexicanos, sin distinción.Esta acción no se deriva ni tiene por base la ambición perversa del poder, si no la conquista de la representación política, amparados en las leyes de nuestro país.
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