MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

A sangre fría 

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Poco después de que saliera a la luz pública la novela testimonio In cold blood (traducida al español como A sangre fría), del escritor estadounidense Truman Capote, se convirtió en libro de texto de la asignatura de reportaje de cientos o tal vez de miles de estudiantes de periodismo. 

A 56 años de haber sido publicada esta gran novela, todavía da muchas lecciones a estudiantes y periodistas no solo porque narra la historia de una familia de un pueblo de Estados Unidos (EE. UU.) que fue asesinada solo por la ambición de unos ladrones que querían sustraer su fortuna, sino por la profunda investigación que el periodista realizó, práctica que desgraciadamente ha perdido el periodismo actual y que, en muchos casos, ha llevado a la publicación de textos superficiales, salvo honrosas excepciones.

A pesar de haberla leído hace varios años, desde hace aproximadamente un año la historia narrada por Capote ronda mi cabeza debido a los sucesos sangrientos que ya se han hecho cotidianos en nuestro país o, como se dice ahora, que se han normalizado por los numerosos casos ocurridos.

A sangre fría narra un cuádruple asesinato ejecutado por dos ex convictos que viajaron 400 millas (643.738 kilómetros) en busca del dinero de Herbert,“Herb”, Clutter, un próspero agricultor del oeste de Kansas. Aunque los delincuentes no encontraron el tesoro esperado, decidieron no dejar testigos del terror aplicado y asesinaron a los dos hijos que vivían con el matrimonio –Nancy de 16 años y Kenyon de 15–, a la esposa, Bonnie, además de al propio Herb.

La decisión de los ladrones de ir a buscar a Herb Clutter, se derivó luego de que un ex compañero de celda que había trabajado para Clutter, les dijo que el hombre que se dedicaba a la agricultura guardaba grandes cantidades de dinero en una caja fuerte que tenía en su casa. A su salida de la cárcel, los delincuentes no esperaron: buscaron y localizaron la casa de Herb para robar la caja fuerte y comenzar una nueva vida en México.

El asesinato ocurrido el 15 de noviembre de 1959 ­–del que los ladrones solo obtuvieron menos de 50 dólares–, causó gran conmoción en Kansas dado que el agricultor era conocido por el trato justo y buenos salarios que brindaba a sus 18 trabajadores y porque la familia no le causaba mal a nadie.

Tal vez muchos pensarán que el asesinato de Herb Clutter y su familia es diferente a los que han sucedido últimamente en los estados de: Guanajuato, Zacatecas, Colima, Michoacán, Jalisco y Tamaulipas, entre otros, y quizá tengan razón porque los medios de comunicación han dado cuenta de que se trata de crímenes derivados de las peleas entre bandas de la delincuencia organizada que se disputan las plazas.

No lo sabemos a ciencia cierta porque, como dije líneas arriba, mucho del periodismo que se ejerce en el país es superficial, salvo honrosas excepciones, por lo que solo registra las declaraciones de una o dos fuentes a lo mucho, y no como hiciera Truman Capote que entrevistó a los vecinos de los Clutter, a sus familiares, a los de los delincuentes, a ellos mismos, a los investigadores asignados al caso; además, siguió puntualmente el proceso legal en que los delincuentes fueron declarados culpables y sentenciados a la silla eléctrica; incluso, entrevistó a los asesinos pocos días antes de ser ejecutados.

El tres de enero de este año, el diario El Economista publicó: “México ya rebasó los 100 mil homicidios dolosos en los primeros tres años del actual gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador”. 

Supongamos, solo supongamos, que esas 100 mil personas asesinadas pertenecían a la delincuencia organizada, pero ¿qué hay de sus familiares; de sus padres, hermanos, hijos y amigos? ¿Qué hay de los que no pertenecen a esos grupos delincuenciales?, ¿se merecen el sufrimiento de haber perdido a sus seres queridos y de vivir en la incertidumbre de si esa delincuencia los va a volver a agredir? 

Es más, ¿qué hay de las familias vecinas a quienes aterroriza la violencia incontrolada que hay en las calles? El miedo en las calles de México sigue siendo la principal emoción de inseguridad que experimentamos los habitantes de este país, el cual se potencia en la gente que ha estado cerca de las balaceras en calles, bares, restaurantes, velorios y hasta en los propios domicilios de sus vecinos.

Aún más. En las estadísticas de asesinatos no solo se encuentran los presuntos delincuentes: también están 58 defensores de ambiente y tierra, quienes han sido asesinados en los últimos tres años; sí, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con el portal Mongabay, periodismo ambiental independiente en Latinoamérica, en 2021 hubo “un aumento considerable de las agresiones contra quienes defienden los bienes naturales… durante 2021, el 41.2 por ciento fue en contra de la población indígena… (y que) la mayoría de las agresiones fueron en contra de personas defensoras que denunciaron actividades mineras y que defienden ríos o bosques”.

¿Qué hace el Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador para brindar seguridad a los mexicanos? Recordemos que el gobierno debe dar garantías de seguridad a sus gobernados. No solo debe proteger a los delincuentes, “que también son seres humanos”, como dijo hace algunos meses, sino también a los ambientalistas, a los defensores de derechos humanos, a los inocentes que han sido asesinados porque por casualidad transitan por las calles en que hay disputas de la delincuencia organizada o simplemente porque se topan con ladrones comunes que les quitan la vida simplemente porque no traen el dinero suficiente para entregarles. 

¿Qué hace AMLO ante la ola de violencia que azota al país y hace sufrir a miles de mexicanos? Nada, nada. Bueno, tal vez esté cumpliendo su promesa de acusar a los delincuentes con sus abuelitas para que los corrijan con regaños y nalgadas, aunque no se ve que esa estrategia esté dando resultados, como tampoco se ve que estén sirviendo los abrazos y el cariño que él mismo les da a los delincuentes para que cambien su conducta.¡Mentiras!

¡Lo único que hace López Obrador es inventar mentiras y engañar a la gente en torno al combate a la delincuencia! Lo que realmente hace el presidente de México es gobernar al país con sangre fría, pues, al igual que los asesinos de la familia estadounidense, no se inmuta ante el sufrimiento de millones de mexicanos que sufren los asesinatos de sus seres queridos y tampoco lo hace ante la muerte de los miles de mexicanos que han caído por la covid-19, por padecer enfermedades crónico-degenerativas o cáncer.

A cuatro años del gobierno de López Obrador, México está en condiciones más deplorables de lo que lo tenían los gobiernos federales anteriores. Es urgente que los mexicanos tomemos en nuestras manos las riendas del país a fin de construir una sociedad más equitativa y justa para todos. Para lograrlo, es necesario que nos unamos para construir una organización numerosa, fuerte y bien estructurada para darle la batalla a los demagogos que solo perjudican a la gente, sobre todo a los más necesitados.

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