El pasado 1° de julio se cumplieron tres años del triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena. Para conmemorarlo el presidente de la República rindió su décimo “informe”, en estos casi tres años de gobierno, donde se auto elogia como en los anteriores, donde según él todo marcha bien en el fantasioso país donde él vive. Sin embargo, en el que vivimos la mayoría de los mexicanos, es totalmente opuesto al que describió en su “informe”. Revisemos algunos de los aspectos más relevantes que contradicen el “mundo imaginario” de López Obrador y su 4T.
En relación al tema de la seguridad, el primero de noviembre del 2019 pidió “un año más para que esto (la seguridad) cambie por completo”. Ya pasó el año del plazo que solicitó, está prácticamente a la mitad de su sexenio, y su gobierno en materia de seguridad es un verdadero desastre. La mayoría de los expertos sostienen que su plan de seguridad, sí es que existe, lo realizaron y están ejecutando, gente inexperta en el tema, basado en la obediencia ciega al Presidente que sigue sosteniendo la política de los “abrazos no balazos”, que “hay que acusar a los delincuentes con sus mamas para que los regañen”, etc. El desastre empezó por la mala designación de Alfonso Durazo Montaño, como secretario de Seguridad Pública, ya que durante toda su carrera como servidor público nunca fungió en el área de seguridad, recordemos que fue secretario particular de Luis Donaldo Colosio Murrieta (PRI), mismo puesto ocupó con Vicente Fox (PAN), cuando fue presidente, y también ha sido diputado y senador (Morena). Entre los casos más vergonzosos de su periodo, está el famoso culiacanazo, el operativo fallido en contra del cártel de Sinaloa, donde se detuvo a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín el “Chapo” Guzmán, donde tuvieron que liberarlo debido a que los delincuentes superaron en armamento y estrategia a todos los cuerpos de seguridad del estado mexicano. El asunto se agrava porque en las pasadas elecciones, donde Durazo ganó la gubernatura de Sonora; muchos expertos y políticos de renombre sostienen que quien verdaderamente ganó fue el narcotráfico con el nombre de Morena y señalan de manera preponderante al cártel de Sinaloa como el gran benefactor. ¿Cómo también se demuestra que el gobierno morenista no tiene una política clara en materia de seguridad? Por ejemplo, en las altísimas cifras de homicidios dolosos, según el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, en los primeros 30 meses de gobierno de Calderón registro 30,572, Peña Nieto 42,658, y López Obrador 89,041, 300% más que el vilipendiado Felipe Calderón, tan duramente criticado por AMLO cuando era opositor, sin embargo, en materia de seguridad resultó más eficiente “el comandante borolas” que López Obrador.
En relación a la economía, ahora dijo que “la economía crecerá el 6%” (en lo que resta del 2021). Sólo que con esa misma cifra se comprometió a crecer desde que era candidato presidencial. La realidad ha sido totalmente otra, en 2019 antes de la pandemia, decrecimos en -0.1%; en 2020 decrecimos -8.5%, la peor caída desde la gran depresión de 1932, según datos de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este decrecimiento económico trajo como consecuencia que 9.8 millones de mexicanos de sumaran al índice de pobreza, según las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), pasamos de 61.1 millones de pobres en 2018 a 70.9 millones en 2020.
En el caso de la pandemia según AMLO, “nuestro país no está colocado ni en américa ni en el resto del mundo en los primeros lugares en mortalidad por covid-19”. ¿Cuál es la realidad?, que México está en el pódium de luto mundial, ocupando el cuarto lugar con más de 233 mil muertos, según datos de la propia Secretaria de Salud Federal. Sólo atrás de Estados Unidos, Brasil y la India respectivamente. Porqué en un tema tan delicado y sensible para los mexicanos, el presidente se atreve a mentir tan cínicamente. Por más que intento buscar una explicación lógica a la actitud genocida del Presidente, para no encontrarlo culpable de tanta mortandad, no la encuentro. Más, sin embargo, he llegado a la conclusión que es uno de los lados más oscuros de su verdadera personalidad. En los hechos está actuando como un genocida, y aquí hay que aclarar que es una de las características de los dictadores, verbigracia revisemos la biografía del líder nazi Adolfo Hitler. Sólo así se explica que no haya destinado los recursos económicos para hacer pruebas masivas desde que inició la pandemia, prefirieron adoptar el fallido modelo “centinela”. Así también se explica que seamos el primer lugar a nivel mundial con más muertos de personal médico. Y también así se explica que vaya tan lenta la vacunación contra el covid-19. Es ridículo que vayan enjuiciar a Peña Nieto por los 43 muertos de Ayotzinapa, si López Obrador sólo en la pandemia lleva más de 233 mil muertos y los que faltan.
En relación a la salud, López Obrador se comprometió que íbamos a tener un sistema de salud parecido al de los países nórdicos como Dinamarca, Reino Unido o Suecia. Pero la realidad ha sido totalmente distinta, además de que el sistema de salud pública no pudo contener con eficacia la pandemia, como describimos líneas arriba. El gobierno morenista de AMLO sólo destina el 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en servicios de salud, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mínimo el 6%, del PIB nacional. Así se explica que haya tanta escases de medicamentos en los hospitales públicos, y que los padres de niños con cáncer desde hace varios meses se vean en la necesidad de manifestarse en las principales ciudades del país, ya que el gobierno federal no les garantiza los medicamentos mínimos a tiempo, ya que como sabemos los tratamientos en estos casos no pueden esperar la ineficacia del gobierno federal. Es verdaderamente lamentable e inhumano que recientemente el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, haya llamado golpistas a los padres de los niños con cáncer, sólo porque se atreven a solicitar lo que por derecho les corresponde; antes debería agradecer que, en la defensa de la vida de sus hijos, para lo cual aún la madre o el padre más pacífico es capaz de dar la propia o hasta de matar, no le hayan enseñado a por lo menos respetar, como se enseñan esas cosas en el pueblo.
Baste con eso por el momento, ya que los hechos que contradicen al mundo feliz que presume el Presidente son realmente abundantes y no caben en tan limitado espacio, y eso sin contar que estamos apenas entrando a la tercera ola de la pandemia, que se va a acentuar la crisis en todos los terrenos y, por si no bastara, que estamos por entrar a los nuevos trienios o sexenios en donde varios morenistas tomaran las riendas de municipio y estados, y que nos faltan tres largos años con el actual gobierno federal, al que no se le ve ni una pequeñísima luz de que vaya a corregir absolutamente nada.
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