Los últimos acontecimientos, sobre todo la muerte de la regidora de obras públicas del H.Ayuntamiento de Acatlán de Osorio, Puebla, Jovita Magdaleno Cortés, y su señora madre, junto al aviso de contagio de cuatro o cinco regidores más, han consternado a la sociedad acateca.De improviso muchos chocaron con la realidad, como el que se descuida y da vuelta antes de llegar a la esquina.El coronavirus es sumamente contagioso y mortal.Una verdad que en México han difundido muchos actores, pero millones no la creían porque el primer guía de la nación, el presidente, decía y sigue diciendo otra cosa.
Las reacciones han sido diversas, desde la preocupación sincera, el pavor y el enojo.A los que de repente les cayó el veinte, y ven con sus propios ojos caer contagiados a sus conocidos, multiplican los comentarios de que es necesario tomar medidas más efectivas para prevenir muertes y contagios.Las personas enfermas que acuden despavoridas a médicos particulares, porque no quieren poner un pie en el hospital, pues ha corrido la idea de que muy difícilmente saldrán vivos si llegan a internarse.Finalmente, los que ya eran conscientes de la gravedad del problema, expresan de diversos modos su descontento ante la inacción de la presidenta municipal y demás autoridades.
Lo sucedido nos obliga necesariamente a analizar con cuidado la irresponsalidad con que las autoridades emanadas de Morena han tomado la pandemia.En vez de cumplir su obligación legal de orientar positivamente a la población, es decir, apoyándose en las indicaciones de las autoridades sanitarias mundiales que desde marzo alertaron sobre la gravedad del peligro, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la minimizó y no tomó las medidas de prevención requeridas.No quiso gastar en pruebas para localizar a los contagiados que no presentan síntomas, pero sí trasmiten el virus a todos los que entran en contacto con él.El gobernador Miguel Barbosa, fiel discípulo de AMLO, declaró que sólo se iban a morir los ricos, y recomendó un caldo de pollo picoso para prevenirlo.Todo Acatlán sabe que el hospital y su personal no fue dotado de los equipos de protección indispensables para salvaguardar su vida, ni de los medicamentos que les permitieran salvar a los enfermos graves.El resultado ha sido el pleno descontrol de la pandemia, y cada ciudadano tiene que rascarse con sus propias uñas; si tiene recursos puede irse a Puebla o hasta México para internarse y curarse; pero los que no tienen, están poniendo los muertos.
Dicen que algunos difuntos creían que era puro cuento lo del coronavirus, y nadie los sacó de su error.Habrá que examinar qué papel juega en todo este problema el atraso de la población.Lo preocupante es que este repunte de la enfermedad viene con mucha fuerza.Por eso afirmamos que Acatlán está complicado y en peligro, porque si las autoridades no asumen su obligación de velar por la vida de sus gobernados, caminamos derechito al desastre.Sólo es cuestión de tiempo para que veamos los resultados.
Por nuestra parte, como Movimiento Antorchista, hemos decidido posponer la marcha de protesta programada para el próximo domingo 8 de noviembre, en espera de que la ola de contagios disminuya, pues consideramos nuestra obligación proteger la vida de nuestros agremiados y todos los pobladores.Nuestra lucha seguirá por otros medios, porque los problemas lejos de amainar se encrespan.
Por esta vía seguimos reclamando a la presidenta municipal que, con carácter de urgente, atienda tres problemas relacionados con la covid-19.Primero, la sanitización permanente de todos los espacios públicos, empezando por la presidencia municipal, el despliegue de una campaña enérgica de orientación a la población para que use el cubrebocas y guarde la debida distancia mínimo de metro y medio; la recomendación a todos los sectores de riesgo de confinarse y no salir más que a lo estrictamente ineludible.Segundo, la entrega de suficientes despensas a los sectores más vulnerables para que puedan confinarse y se corte la cadena de contagios.Tercero, el abastecimiento de equipo de protección suficiente para todo el personal de salud; la dotación de suficientes pruebas de covid-19, para que todo el que lo desee pueda verificar su estado de salud; el suministro de los equipos médicos, los medicamentos y el personal suficiente y capacitado, para que el hospital pueda desempeñar su labor con eficiencia.
Reclamamos así mismo, la atención de las demandas de la población que la misma presidenta se comprometió a resolver.El pozo y la electrificación de la Unidad Deportiva de San Vicente, el pago de salarios y entrega de presupuesto para el correcto funcionamiento del Centro Comunitario de Prevención y Participación Ciudadana; la construcción de los edificios para el preescolar "Niño Artillero" y el bachillerato "Coronel Joaquín Osorio".Si no rehabilita la carretera a Boquerón y eso dificulta la atención de los enfermos, María del Carmen Nava será la responsable de lo que suceda.Si no, al tiempo.
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