El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la palabra falacia como "engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien”. El término proviene de la palabra latina "fallacia” que significa engaño.
Generalmente las falacias son utilizadas para manipular o persuadir a los demás, aunque también caemos en ellas por ignorancia o descuidos en el razonamiento. La más elemental lógica señala cuáles son las falacias más comunes y, para no pasar ante un ojo crítico por mentiroso, manipulador o ignorante, conviene conocerlas y tenerlas presentes, tarea que, por su naturaleza pedagógica, queda en manos de cada uno de nosotros.
El título de esta colaboración obedece al nombre de una falacia que resuena como eco en mi cabeza, siempre que oigo a diversos medios y periodistas de toda especie, repetir tozuda y obtusamente, las calumnias e infamias que los enemigos de la lucha social han vertido sobre la única organización de masas, auténticamente revolucionaria, de nuestro país, a saber, el Movimiento Antorchista Nacional.
¿Por qué tanto dinero se ha invertido en esta sucia tarea? La explicación es que los grupos de poder, oriundos de aquellos lugares donde Antorcha ha ido ganando terreno, ven amenazados sus cotos de poder y riqueza, y para combatir el natural crecimiento de nuestras filas buscan desprestigiarnos a través de las "bocas de ganso” de los medios que, ávidos del dinero que les proporcionan estos grupos caciquiles, se prestan a dicho oficio.
Así se explica que sean los medios de información quienes se encarguen de repetir y repetir, hasta la náusea, calumnias refutadas desde hace muchísimos años y, precisamente, hacer mutis de las declaraciones, refutaciones y demostraciones, que Antorcha ha realizado siempre, a través de esos mismos medios, cuando otorgan el derecho de réplica, o, cuando no, a través de los medios propios.
Así se desarrolla un juego perverso donde unos medios informativos, para difamarnos, inventan calumnias y citan, como prueba de verdad, las calumnias que otro medio lanzó previamente, haciendo deshonrosa omisión de la réplica que los antorchistas hayamos hecho en su tiempo. Los medios y seudo periodistas, así llamamos a estos sujetos que sin ningún escrúpulo mienten, le apuestan al morbo, miedo y desinformación de la gente. Pretenden, pues, asustar a los desprevenidos como a los niños con el famoso "cuento del coco, de quien se dicen cosas terribles y todos lo creen, aunque nadie lo haya visto jamás.
Pero la prueba de verdad de que Antorcha es una organización popular legítima y legal se encuentra en la realidad misma, en los frutos de su gestión, en el desarrollo de los municipios donde gobierna, en el desarrollo de las comunidades donde ha logrado arraigar, en el progreso de las colonias que ha fundado y de aquellas donde nuestros simpatizantes han permitido nuestra dirección, y en los cientos de miles y miles de personas que han recibido algún apoyo. Y esto lo atestiguamos más de dos millones y medio de mexicanos que militamos en sus filas. Los antorchistas sabemos que, por la verdad, como por la justicia, hay que luchar y entregar la vida si fuese necesario. Y estamos dispuestos a dar la batalla.
En el estado de Puebla, a raíz de la persecución política en contra de la dirigencia Antorchista, justificada por supuestos delitos, inventados de cabo a rabo desde las oficinas donde reptan el gobernador Miguel Barbosa y su camarilla de colaboradores; los antorchistas, haciendo uso legítimo de nuestros derechos políticos y garantías individuales, a pesar de los riesgos de la pandemia y acatando todas las medidas sanitarias posibles, nos hemos dispuesto a realizar cadenas humanas de protesta.
Puebla, Tehuacán, Atlixco, Matamoros, Teziutlán, Acatlán, Libres, por mencionar las más representativas, son las ciudades poblanas donde el antorchismo, arrostrando la furia de la reacción, se ha levantado en pie de lucha. Como nunca en las principales plazas, se ven decenas, tal vez cientos de dirigentes poblanos, aguerridos, resueltos e impetuosos, discursando a voz en cuello en mítines frente a nutridos contingentes de antorchistas y frente a la opinión pública, denunciando las mentiras y los abusos de poder de la 4T, y, sobre todo, dispuestos a hacer frente a las fuerzas que pretenden acabar con la lucha del pueblo organizado.
Por mucho, las personas más humanistas, más justas, más trabajadoras, más sabias y más valientes que he conocido en toda mi vida, son, sin lugar a dudas, los antorchistas. Los líderes antorchistas que conozco y que han influido en mí, se han ganado todo mi cariño y admiración. Me consta su trabajo y entrega a la causa de los pobres, y ninguna de las calumnias que nuestros enemigos han vertido sobre el antorchismo podrá contra esta verdad, por más que la repitan.
Nunca la mentira pudo contra la verdad. Ya podrán nuestros enemigos invertir millones de pesos en difamaciones y su vida entera para infamar. Sin embargo, la organización antorchista está forjada y construida en el fragor de la lucha cotidiana, como el hierro, y no podrá la 4T acabar con nosotros.
Los mejores argumentos que se pueden escuchar en defensa de la 4T son mentiras ridículas, sin ningún valor, y cuya única fuerza sea quizá la obcecación fanática de quien los esgrime. Un proyecto político tan descabellado como el que actualmente oprime y hunde a todos los mexicanos, no puede tener otro futuro que el fracaso rotundo y el basurero de la historia. Y entre más pronto ocupe su lugar menor será el daño que suframos los mexicanos.
Ya en los días que corren el crecimiento económico, la salud, el desempleo, la inseguridad, la educación y el narcotráfico, han alcanzado niveles que solo tienen parangón en los peores tiempos que ha vivido nuestra patria en toda su historia. ¿Cuánto tiempo puede durar esto? Se sabe que ahora, la mayor parte del presupuesto federal se utiliza para comprar conciencias, pero cabe preguntarse ¿se puede comprar el futuro de la patria? ¿Alcanzará el dinero para pagar las miles de vidas que ha cobrado la pandemia y la delincuencia por causa del torpe gobierno?
Muchos actores políticos hoy empotrados en el poder, punta el presidente de la República y el gobernador poblano Miguel Barbosa, nos tratan de delincuentes y pretenden aplicarnos la ley como garrote. Por eso ordenaron al IEE negar el registro del Movimiento Antorchista Poblano, por eso giraron una orden de aprehensión en contra de Rosario Sánchez, lideresa en la capital poblana, por eso han ordenado a la UIF congelar diversas cuentas bancarias de negocios, sólo porque están a nombre de miembros de nuestra organización, y por si esto no fuera suficiente, la guerra de lodo y el linchamiento mediático. Este es el rostro de Morena. Pero se equivocan, Antorcha no nació para enemistarse con nadie, nuestros objetivos no pueden ser tan miserables. Antorcha nació para combatir la pobreza, tanto material como espiritual del ser humano, y si hoy salimos a dar la lucha en las calles es en defensa legítima de nuestros dirigentes y agremiados, en defensa de nuestros derechos y de la ley.
Antorcha nos llama a todos los mexicanos conscientes, médicos, amas de casa, obreros, comerciantes, profesionistas, y todos aquellos que estén dispuestos, a sumarnos a la salvación de México. El pueblo tiene la última palabra.
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