MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Adiós Escuelas de Tiempo Completo: los niños en el abandono

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El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado desde su inicio por asegurar que todo lo que hicieron los regímenes anteriores estaba mal, podrido y, por ende, debía ser destruido. Todo lo que había sido tocado por los ‘gobiernos neoliberales’ olía a corrupción y no tenía cabida en su plan de hacer la Cuarta Transformación. Así, la 4T ha seguido la lógica de destruir en lugar de corregir; lo que es, a todas luces, una decisión muy poco inteligente. Y cualquiera lo puede comprobar.

Bajo este pensamiento, AMLO ha quitado el Seguro Popular, Prospera, diversos programas sociales que ayudaban verdaderamente a las familias más pobres que veían en ellos, si no una salida, sí un apoyo para paliar algunas de sus tantas carencias. El último golpe a estos programas, a los que de ‘neoliberales’ y ‘corruptos’ no bajó, fue el asestado al de Escuelas de Tiempo Completo, que ofrecía a las familias jornadas escolares de entre seis y ocho horas diarias con actividades extracurriculares y alimentación.

Este programa permitía promover un mejor aprovechamiento del tiempo disponible, generar un mayor desempeño académico y el desarrollo de actividades relacionadas con el conocimiento del civismo, humanidades, ciencia y tecnología, artes, música, educación física y la protección al medio ambiente. Vaya, pues, se buscaba dar una educación integral, que en muy pocos planteles se oferta. Ahí, los niños estudiaban, mejoraban sus habilidades cognitivas, practicaban deporte y se ejercitaban en las artes; además, podían recibir alimentos nutritivos.

Muchas familias veían en estos planteles un apoyo verdadero. No hace mucho, el economista Abel Pérez Zamorano retomó para su artículo “OCDE, en México, los salarios más bajos y las jornadas más largas” datos de El Economista, que revelaron que “los mexicanos trabajan 2,124 horas al año en promedio, frente a 1,598 horas de los japoneses. Nadie trabaja más horas que los mexicanos”. También destaca que “México sigue a la cabeza como el país con menos vacaciones para los trabajadores”. Es decir, los mexicanos se la viven trabajando para poder subsistir, reciben bajos salarios, no tienen vacaciones y, dado todo esto en conjunto, no tienen tiempo para vivir. 

Por eso, las Escuelas de Tiempo Completo, entendidas como un apoyo para estos padres y madres que viven en el trabajo y no tienen dónde ni quién vele por sus hijos, representaban un apoyo bastante considerable. Sin estas, los niños, que tendrían el horario habitual, pasarían largo tiempo sin un cuidador que se preocupe por su formación, dejándolos en las garras del ocio y a merced del vicio de las redes sociales, los videojuegos, la comida chatarra y, quizá, hasta de la delincuencia. 

Pero el lunes 28 de febrero fue eliminado y, con ello, en Puebla más de 93 mil estudiantes de educación básica, es decir, de preescolar, primaria y secundaria, que se encuentran inscritos en los 661 planteles con el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), quedaron desamparados. A nivel nacional 3.6 millones de niños y jóvenes son afectados, según Mexicanos Primero. 

La secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, justificó, como siempre, esta decisión por ‘otras necesidades’, como fortalecer los recursos del programa “La Escuela es Nuestra”, que da dinero en efecto a comités escolares para que ellos ‘arreglen’ sus escuelas. “Albañilería con fines electorales”, le nombró Mexicanos Primero. Y suscribimos. Ya en muchas ocasiones diversos organismos dijeron que este programa es electorero y no resuelve las necesidades de infraestructura de los planteles. 

Ahora, tanto los niños, como sus familias, quienes veían en este programa un apoyo, deberán buscar la manera de seguir adelante con su educación, en un país en donde poco se apoya de verdad a quienes buscan superarse y el propio presidente los ataca llamándolos despectivamente ‘aspiracionistas’.

En Puebla, el gobernador Miguel Barbosa aseguró que el estado costeará a sus Escuelas de Tiempo completo de manera independiente, pues, dijo, la decisión tomada por el Gobierno Federal tendrá un impacto negativo en Puebla y su desaparición pondrá en aprietos a decenas de familias poblanas. La intención es buena, pero -decía V. Lenin en su ¿Qué hacer?-, “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”. 

Los estudiantes poblanos están en el atraso y en el olvido, miles de escuelas no tienen infraestructura digna, ni servicios tan básicos como agua potable, drenaje, algunas ni luz eléctrica. Y no se les apoya, en cambio, se les ignora y se les amedrenta. Vease, por ejemplo, el caso de los jóvenes del Bachillerato Digital 283 de Tepalcayuca, Amozoc, quienes exigen un terreno para su escuela y, por el contrario, los amenazan con reprimirlos si marchan para que se les tome en cuenta.

Es urgente que, tanto en Puebla, pero sobre todo a nivel nacional, se tome en serio la educación de quienes serán en un futuro quienes dirijan y cambien el rumbo de este país. Las decisiones que está tomando la 4T por instrucciones del presidente López Obrador están llevando a la educación a un precipicio del que difícilmente podrá salir si el pueblo mexicano no se une y exige que se frene este atentado contra la educación de los jóvenes. Que conste.

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