MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Afectaciones psicológicas, consecuencia de la división de clases

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El objetivo de la psicología es comprender, explicar, predecir e influir en el comportamiento de las personas y sus procesos mentales, lo que implica investigar cómo piensan, sienten y se comportan, y cómo estas interacciones se ven influidas por factores biológicos, sociales o ambientales.

La psicología busca mejorar la calidad de vida de las personas a través de la aplicación de sus conocimientos en áreas como la salud mental, la educación, el trabajo, las relaciones interpersonales y muchas otras áreas de la vida humana. 

Hoy en día, la difusión sobre la necesidad del cuidado mental ha proliferado en nuestro país, trayendo consigo consecuencias positivas, pues se han logrado identificar diferentes padecimientos en múltiples pacientes de todas las edades e implementar estrategias para su tratamiento y cura.

Esta difusión también ha traído consecuencias negativas, pues muchas veces la información que se difunde carece de cientificidad y no aborda con profundidad la raíz concreta de los problemas.

En México, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en 2021 la población con síntomas de depresión ascendía al 15.4 por ciento (19.5 millones de personas) de la población adulta. El 19.3 por ciento (25.09 millones de personas) de la población adulta presentaba síntomas de ansiedad severa, mientras otro 31.3 por ciento (40.69 millones de personas) reveló síntomas de ansiedad mínima o en algún grado.

Desde un punto de vista tradicional, el psicólogo norteamericano Ronald C. Kessler atribuye las causas de estos padecimientos a factores genético-biológicos, a traumas psicológicos como la pérdida de familiares y el abandono, y a factores sociales como el estrés laboral y las presiones económicas. 

La falta de profundidad en la investigación de las causas económicas ha hecho parecer que no hay mayor relación entre la precaria situación de la población y su salud mental, cuando, por el contrario, es la causante más directa.

El capitalismo como sistema económico y social dominante ha demostrado ser eficiente para generar riqueza y fomentar el progreso material, pero no para distribuirlo. La socialización e intensificación del trabajo y la privatización de las ganancias producidas han traído consigo pobreza, hambruna y muerte por enfermedades perfectamente curables.

El abandono, la prostitución, las guerras, el sufrimiento, las crisis, la explotación irracional de los recursos naturales del planeta y, desde luego, la insatisfacción de las necesidades humanas son otros tantos males.

¿Qué consecuencias puede traer a las personas saber que, a pesar de todo su trabajo, no les alcanza para darle de comer a sus hijos? ¿Qué siente el hijo que no convive con sus padres porque estos trabajan todo el día?

¿Qué siente el trabajador al saber que no tiene garantía de contar con empleo permanente y que, sin importar cuánto trabaje, su salario nunca será suficiente?    

Carlos Marx, en su obra “El Capital”, dice:

“Ahora bien, la fuerza de trabajo en acción, el trabajo mismo, es la propia actividad vital del obrero, la manifestación misma de su vida. Y esta actividad vital la vende a otro para asegurarse los medios de vida necesarios. Es decir, su actividad vital no es para él más que un medio para poder existir. Trabaja para vivir. El obrero ni siquiera considera el trabajo parte de su vida; para él es más bien un sacrificio de su vida. Es una mercancía que se ha adjudicado a un tercero. Por eso el producto de su actividad no es tampoco el fin de esta. Lo que el trabajador produce para sí no es la seda que teje ni el oro que extrae de la mina, ni el palacio que edifica. Lo que produce para sí mismo es el salario; y la seda, el oro y el palacio, se reducen para él a una determinada cantidad de medios de vida. Para el obrero que teje, hila, taladra, tornea, construye, cava o machaca piedras, por espacio de ocho o doce horas al día, ¿son estas horas de tejer, hilar, taladrar, tornear, construir, cavar y machacar la manifestación de su vida misma? Al contrario; para él, su vida comienza allí donde terminan estas actividades, en la mesa de su casa, en la taberna o en la cama”.

Es imposible ser feliz en un mundo dividido en clases sociales; debemos organizarnos y luchar.

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