MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Algunas notas sobre “La Cuestión Comunista” de Domenico Losurdo

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El presente texto no es una reseña crítica ni un resumen del lúcido trabajo del filósofo marxista, ya extinto, Domenico Losurdo, sino simplemente algunas reflexiones que me surgieron de la lectura de su obra La Cuestión Comunista; ya tiempo atrás había tenido la intención de expresar otras a raíz de la revisión de sus anteriores escritos como "Stalin: Historia y crítica de una leyenda negra" o "El marxismo occidental. Cómo nació, cómo murió y cómo puede resucitar".

A diferencia de otros autores, según Giorgio Grimaldi, Losurdo “…nunca siguió ni se dejó llevar por las modas y siempre mantuvo la mirada fija en un objetivo: la emancipación política y social de la humanidad en su conjunto”, lo anterior indica por qué logró desentrañar y criticar algunas tendencias que actualmente se venden como las novedades de la lucha social, pero que en el fondo son más de lo mismo, movimientos oportunistas que anteponen la lucha economicista a la lucha política y que conscientemente o no terminan beneficiando los
intereses de las clases dominantes, en nuestro país es representativo el caso de la Cuarta Transformación.

El libro está constituido por 4 capítulos: ¿el comunismo como <<utopía invertida?, ¿socioliberalismo o comunismo?, Maduración del proyecto comunista y herencia liberal y El comunismo como evasión y como <<movimiento real>>. El contenido es amplio y profundo, ayuda a discernir cuestiones del mundo actual como el triunfo de partidos populistas o de caudillos en países donde las crisis económicas y de los partidos tradicionales han puesto en tela de juicio al sistema capitalista de producción, al mismo tiempo, la imposibilidad de que estos agentes políticos lleven a cabo transformaciones de gran envergadura a pesar de sus promesas de campaña.

La tendencia es que después de sus triunfos terminen convirtiéndose en gobiernos autoritarios, desmantelen lo poco que queda del estado social y propongan medidas para evitar el surgimiento o desarrollo de organizaciones sociales verdaderamente revolucionarias.

Comienzan comprando conciencias, a través de apoyos de transferencia monetaria o prometiendo resolver problemas de gran envergadura como el calentamiento global o la pobreza, aunque saben que no lo lograrán si
no atacan los orígenes de tales problemas, pero si esto no es suficiente, la represión policial y la violación del Estado de derecho siempre es una posibilidad para que dichos partidos o líderes impongan su voluntad, finalmente tienen el poder en sus manos y dos que tres eufemismos sirven para engañar a la población, “lo que diga mi dedito”, ha expresado cínicamente  en diversas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador para mostrar desprecio hacia sus críticos aunque éstos tengan razón.

En este mismo sentido, Losurdo expresa que después de la caída de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), la burguesía arreció sus ataques hacia el comunismo al grado de que en algunos países (como en los tiempos del nazismo) se llegó a prohibir la propaganda comunista y en otros como en Lituania y Letonia la persecución a los comunistas fue más descarada. En el terreno ideológico, en las universidades y fuera de ellas los defensores del capitalismo redactaron libros completos, artículos, capítulos de libros, para demostrar la imposibilidad del comunismo a pesar de ser una buena idea; “El fin de la Historia y el último hombre”, de Francis Fukuyama, es un claro ejemplo de lo antedicho.

A pesar de la bazofia anticomunista, la desigualdad, la pobreza, la situación desesperada de millones de familias ha ido incrementando, sobre todo después de la crisis del 2008, por lo que la lucha social siempre ha estado presente.

Ante esta situación, muchos marxistas, al verse despreciados por las clases dominantes (política, ideológica y socialmente), en lugar de tomar la actitud de Marx, de Engels o Lenin cuando eran perseguidos por dilucidar la realidad capitalista y denunciar la explotación obrera, han caído en el servilismo más despreciable admitiendo la
inviabilidad del socialismo y convirtiendo al marxismo en un recetario de cómo ganar elecciones o planteando que es posible la existencia del imperio sin imperialismo. Ha sido en este entorno en el que el populismo, el mesianismo y el rebeldismo se han presentado como las novedades de la lucha social dejando atrás la rigidez del marxismo clásico.

¿Cómo ha repercutido lo antedicho? Por un lado, el envilecimiento del socialismo y la perversión de la conciencia de las masas inconformes, por otro, la oportunidad de que gobiernen los países, personajes tan viles como López Obrador. Cualquiera de las dos cosas significa una tragedia para las clases dominadas pues implica que su liberación se tenga que aplazar aún más.

Las clases dominantes y sus ideólogos conocen y entienden bien lo expuesto líneas atrás, por eso, en situaciones de crisis económica y social están dispuestos a apoyar y promover a los ideólogos pseudoizquierdistas y a los candidatos de izquierda, pues de esta manera garantizan la permanencia del statu quo.

¿Cuál es la tarea de los verdaderos luchadores sociales? Esclarecerles a las masas la realidad que estamos atravesando, tanto nacional como nternacional. Así que las aportaciones de Domenico Losurdo resultan ineludibles para lograr esta importante y loable labor. ¡Hay que hacerlo, después quizá sea tarde!

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