MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Amenazas, despesas y 100 pesos 

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La mal llamada esperanza de México lo volvió a hacer y le puso una raya más al tigre: acarreos, pases de lista, compra y coacción del voto; amenazas de quitar la pensión Bienestar a adultos mayores; gritos, empujones, golpes y hasta balazos fueron los protagonistas de la elección de consejeras y consejeros del partido Morena rumbo a su Tercer Congreso Nacional que se llevará a cabo el próximo 13 y 14 de agosto.

No obstante, el escándalo mediático propiciado por esas malas prácticas, el presidente de ese partido, el cínico y poco confiable, Mario Delgado Carrillo, tuvo la desvergüenza de negar los hechos y hasta prometer que anularía las elecciones si se comprueba esa práctica del acarreo.  

¿En serio? ¿Lo dijo en serio? A una semana de que todo mundo vio en la televisión los desfiguros partidarios arriba mencionados, no se ve que Delgado Carrillo esté preparando la anulación de sus elecciones y, de paso, su salida de la dirigencia nacional por el cochinero democrático que el partido Morena realizó para seleccionar a sus consejeras y consejeros. 

Es más, hasta el distinguido militante de Morena, John Ackerman, denunció en su cuenta de Twitter la compra de votos que hicieron otros morenistas destacados: “Descarado acarreo y presión a los votantes en el Distrito 23 de Coyoacán de parte de Carlos Castillo, alto funcionario del Bienestar, y Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena”. Y remató: “Enorme decepción. Estamos reuniendo un impresionante caudal de evidencias”.

Las elecciones morenistas también tuvieron el propósito de afiliar y reafiliar a los militantes de Morena; por eso, ahí también se hicieron presentes: la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum; al canciller Marcelo Ebrard, la secretaria general del partido, Citlali Hernández, y el propio Mario Delgado, quien, durante la construcción de una cortina de humo para limpiar la imagen de Morena, dijo que fue una exitosa jornada toda vez que su partido había llegado a los tres millones de militantes.

¡Ja, ja! Como dijo alguien: ‘repartiendo amenazas, despensas y 100 pesos, hasta yo junto tres o más millones de seguidores’

En efecto, las casillas de votación, afiliación y reafiliación de Morena estuvieron desbordadas; pero no porque la gente estuviera convencida y ansiosa por realizar cualquiera de esas tres actividades, sino porque con semanas de anterioridad los servidores de la nación –a los que se les paga con dinero del país, de nuestros impuestos, y no de los bolsillos de los militantes de Morena– hicieron labor de hormiga para convencer a la gente de que acudiera a votar, afiliarse y reafiliarse a ese partido para seguir gozando de los programas sociales que, según ellos, les ha dado López Obrador.

Por esa razón, desde antes de las 9 de la mañana –hora en que se abrirían las casillas–, en diferentes puntos de la CDMX y muchos estados del país, miramos a millones de personas de la tercera haciendo fila; pero, si hubieran llegado por su propia voluntad y con su propio pie eso de ninguna manera sería criticable porque estaría ejerciendo su derecho a elegir; lo que cuestionamos es que con presiones y amenazas para forzar su voluntad, Morena y el presidente López Obrador, obligaron a los adultos mayores a acudir a las casillas a fin de que no les quiten lapensión Bienestar. 

Por eso se desbordaron las casillas porque la gente mayor de 65 años acudió bajo amenazas. Lamentablemente vimos que mucha gente llegó en sillas de ruedas, apoyándose en bastones para poder caminar y, muchos más, iban en brazos de algún familiar. La finalidad de toda esa gente fue asegurar su registro en el padrón de Morena para acceder a algún programa social o a los proyectos de casas habitación, como lo declaró ante los medios de comunicación el señor Manuel N., de 83 años, a quien sus hijas lo llevaron en silla de ruedas para participar en ese ejercicio democrático. 

Pero no fue todo: en el municipio mexiquense de Chimalhuacán, además de amenazas, los morenistas repartieron despensas y 100 pesos con el objeto de que la gente fuera a las mencionadas casillas para elegir a sus consejeros, además de afiliarse y reafiliarse. La situación económica de las familias está tan mal, los empleos van tan a la baja y los salarios son tan raquíticos, que millones de mexicanos están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de conseguir algún alimento o dinero, por poco que sea, para satisfacer alguna necesidad momentánea.

Por eso también, a un costado de la Ciudad Deportiva de la CDMX vimos el acarreo en todo su esplendor: cientos de microbuses y autobuses que transportaron a gente de las colonias populares de las delegaciones Iztacalco, Venustiano Carranza y del municipio mexiquense de Nezahualcóyotl.

En Veracruz hubo gente que denunció que personas allegadas a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, desplazaron a personas allegados al diputado Sergio Gutiérrez Luna e incluso, se difundió en redes un video de ello.

En Tlapa, Guerrero, medios locales denunciaron una presunta elección de Estado, dada la presencia de servidores públicos que estuvieron al frente de las mesas de votación. En Chiapas, hubo acarreo masivo de votantes, empujones y compra de voto. Además se denunció quema de algunas urnas y que las papeletas utilizadas para esta jornada, no coincidían con las que se observaban en los videos compartidos en redes sociales.

Pero, como ya es costumbre en los militantes de Morena, empezando por López Obrador, todas esas evidencias de las malas prácticas para la elección de consejeras y consejeros de Morena, no las ve la gente de Morena; más bien su discurso es que: “si se comprueba que las hubo, procederemos a anular la elección”; pero como ellos se ponen unos lentes que no les permiten verlas, entonces no van a hacer nada para evitarlo; es más, ante la evidencia, no les quedó otra que echarles la culpa a los que van llegando a Morena, como cínicamente declararon  los dirigentes nacionales morenistas: Mario Delgado y Citlali Hernández, presidente y secretaria general de Morena, respectivamente.

Al ejercicio personalista del poder que ejerce López Obrador, hay que agregarle el clientelismo electoral y la manera distorsionada con que Morena realiza sus ejercicios democráticos, que en realidad, llevan a la ausencia de democracia interna, hay que agregar que ese partido eligió como candidata a la gubernatura del Estado de México a una mujer que no solo ha dado muestras fehacientes de deshonestidad y desprecio hacia los trabajadores al haber sustraído el 10 por ciento de su salario a más de 550 empleados del Ayuntamiento de Texcoco cuando ella se desempeñó como presidenta municipal (2013-2015), sino también le dio en la torre a la educación en México durante su breve paso por la secretaría de Educación Pública.

Dice el periodista y analista político, Raymundo Riva Palacio que Morena eligió a una delincuente como candidata a la gubernatura del Estado de México, pero yo digo: no solo Delfina Gómez es delincuente, también lo son todos aquellos morenistas que amenazan a la gente y le ofrecen despensas y cien pesos a la gente a fin de manipularla a su conveniencia. 

A cuatro años de gobierno de López Obrador y la 4T, lo único que queda de Morena es la desesperanza, pues, todo lo que prometió se ha quedado en eso, en promesas

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