Uno de los sectores más castigados por el gobierno de la cuarta transformación, ha sido el campesino, donde se ha engendrado mayor miseria entre sus habitantes después de que con la mano en la cintura, legisladores pertenecientes al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) -por iniciativa del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador- han votado por la cancelación de programas y fideicomisos que anteriormente permitían la subsistencia de dichas familias.
Se podría decir que la cancelación más grave que han debido sufrir los campesinos y productores de esta nación, han sido la agricultura por contrato y el de la cobertura de productos agrícolas.
Fue desde el mes de junio de 2023 que el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) denunció la eliminación de esos aspectos que daban certidumbre a la comercialización de las cosechas de los granos básicos en el país, con un precio mínimo al productor y máximo al comprador.
La eliminación de esos programas fue desde el año 2020, despareciendo así la cobertura de productos agrícolas que representaba un incentivo para brindar protección a los productores del campo.
Desde sexenios anteriores al actual, se hablaba de la pobreza existente en las familias del campo mexicano, pero ha sido en esta administración donde se ha pronunciado con mayor fuerza, afectando principalmente a las niñas y niños de ese sector que pasan el día entero sin probar alimento alguno y sin contar con opciones de progreso de ninguna especie.
En muchas entidades del país aún se puede observar a los pequeños, hijos de campesinos, tomar agua de las charcas o de los mismos bebederos de los pocos animales con los que cuentan frente a la nula acción de un gobierno supuestamente transformador que ni siquiera ha sido capaz de dotar de agua potable a las comunidades rurales.
Pero el estigma de la miseria en la que viven los campesinos de la patria, les elimina también el acceso a la educación de sus hijos, donde se pueden observar escuelas rurales abandonadas, sin profesores, por lo que esos pequeños deben emigrar a realizar sus estudios a las cabeceras municipales, para lo cual recorren grandes distancias al no existir transporte para ellos.
Lo mismo sucede con la salud, donde las clínicas rurales han sido abandonadas después del asedio de bandas criminales en contra de los médicos o enfermeras que son enviados a esos lugares para hacer su servicio social, que carecen de medicamentos, mismos que no cuentan con la capacidad siquiera de atender a las señoras embarazadas, donde aún se echa mano de las llamadas “comadronas” para cumplir con los ciclos de embarazo hasta traer al mundo una nueva vida.
Enfermedades curables que después se convierten en tragedia al no ser atendidos como debería ser, tratándose pues de un núcleo más que ha sufrido los embates de malas estrategias gubernamentales donde para empezar se puso fin al Seguro Popular que era prácticamente donde todos ellos se amparaban.
Además de que se ha dejado a los productores del campo sin apoyos de ninguna especie, como semillas, hatos ganaderos y demás, dicho sector se encuentra desnudo frente a la inseguridad, donde bandas del crimen organizado se han adueñado de las siembras y únicamente aquellos que entregan las “cuotas” exigidas pueden cosechar sus productos.
De ese tamaño ha sido la tragedia para nuestras familias del campo en manos de la cuarta transformación, ese gobierno que no fue capaz de velar por sus hermanos campesinos, a los que abandonó en un ficticio combate a la corrupción, en una mascarada de mentiras y fracasos que hoy dan al traste con una Nación repleta de campesinos sin esperanza alguna.
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