El presidente de México presume tener amistad con más de 16 presidentes de América Latina, por lo que cree que es posible armar un bloque de comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), parecido al de la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y nuestras necesidades. Este bloque debería plantearse, sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA), por un organismo que sea en realidad autónomo no lacayo de nadie, mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia.
Hasta ahorita el papel de la OEA ha servido para mantener unida y disciplinada a toda América Latina bajo el yugo yanqui, igual a servido como brazo militar para someter a los movimientos populares con el pretexto de combatir al comunismo, ceder la libertad y democracia. La OEA cobijó golpes de estado contra gobiernos elegidos democráticamente por sus pueblos.
Este nuevo bloque que propone AMLO a través de la amistad, debe de ayudar a que los países de Europa especialmente China, para que puedan comerciar con nuestro continente y de esa manera cubrirle las espaldas a la llamada primera potencia del mundo. AMLO y la cuarta transformación, cree que con una actitud de sumisión ante el León vamos a poder detener su carrera voraz de rapiña, de invasión y de saqueo que caracteriza a todos los países imperialistas del mundo, cerrando los ojos a la historia de los pueblos, de las naciones y a la economía que nos demuestra a través de toda la historia todo lo contrario.
En pocas palabras el presidente propone formar un frente único en América Latina, para fortalecer la economía Norteamericana y por esa vía frenar el avance de china en el continente americano. Una alianza antiChina y pro yanqui es la novedad que nos propone AMLO, y según él, a cambio Estados Unidos se comprometa a respetar nuestras economías.
En realidad AMLO pensara que esto es posible, tal vez o una vez más se está siendo que no sabe, a sabiendas que eso no es posible, porque en el fondo solo le interesa su propio beneficio y para lograrlo no le importa engañar a los mexicanos y millones de pobres de toda América Latina.
¿Quién podrá seguir a este títere del imperialismo? La realidad nos dice que AMLO y su cuarta transformación, no conocen a fondo ni dominan la geopolítica contemporánea, ni entiende la verdadera esencia del capitalismo, de la economía basada en la producción de mercancías para maximizar la ganancia del empresario y no para satisfacer las necesidades sociales. Es ingenuo pues, creer que la CELAC, guiada por AMLO puede cambiar la naturaleza depredadora del capital; él cree que basta con explicarle la necesidad y las ventajas de una convivencia pacífica y de respeto mutuo con sus vecinos del sur a cambio de recibir la cooperación de su guerra contra China.
Nosotros que ganamos oponiéndonos a la realidad que nos dice que china hasta el momento mantiene un gobierno con mejores resultados en lo político, en lo económico y en lo social. A cambio de ayudar a un país invasor de pueblos libres que pisotean los derechos humanos y con una política imperialista de rapiña; invade naciones, todo en favor de los grandes monopolios que cada día concentran más en unas pocas manos y que a su paso van dejando charcos de sangre, aumentando el número de pobres y la explotación a niveles que cada día son más inhumanos.
Mientras exista el imperialismo no habrá paz, porque su esencia es la conquista de los débiles, la paz para el imperialismo solo es un respiro que aprovecha para preparar la guerra siguiente.
Además existe otro problema, que AMLO es incongruente, se propone encabezar un bloque anti China y pro yanqui, cuando él a México lo tiene hecho pedazos, no cumpliendo su eslogan de campaña que decía “La mejor política exterior, es la política interior” pero AMLO en México tiene tirada todas sus promesas de campaña, la pobreza ha crecido, los hogares pobres son los principales víctimas de su mal gobierno. Según City Banamex los programas de gobierno han beneficiado principalmente a los hogares con mayores ingresos. Y según Coneval, la población en situación de pobreza paso de 51.9 millones de personas en el 2018 a 55.9 millones de personas en el 2020. Y esta situación no se ve que vaya a mejorar, porque para el próximo año los recursos prioritarios serán para las obras de relumbrón, tren maya, aeropuerto y refinería de dos bocas, además de incrementar el gasto a los programas que ayudaran a mantener en pie el edificio de ocurrencias de esta administración invirtiendo para ello 55 mil 584 millones para hacer política de aquí al 2024, dejando a un lado la vivienda, la salud, el apoyo a la educación, la ciencia y el deporte, dejando abandonados a pueblos damnificados por terremotos y huracanes sin esperanza alguna por que su gobierno eliminó al Fonden.
Con estos resultados, qué le espera al CELAC que propone AMLO para América Latina. Primero que cumpla lo que prometió. Después ya veremos.
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