MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO derrochador, corrupto y calumniador

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Son muchísimas las metidas de pata de la autodenominada Cuarta Transformación y sus personeros, empezando por el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien al verificar que su prestigio se va al precipicio, en caída libre, ya no haya qué hacer en sus conferencias mañaneras para desviar la atención de la opinión pública y detener el colapso de su buena fama. Él y sus personeros ya hasta creen haber encontrado la fórmula infalible para justificar sus malas acciones.

Cada vez que aparece un nuevo acontecimiento que desenmascara a AMLO y a sus personeros, como corruptos, ellos afirman que los anteriores robaban más, sin presentar pruebas ni emprender los procesos judiciales correspondientes para castigar a los supuestos delincuentes. Esa afirmación la hacen como si el hecho de que otro hubiera cometido un delito justificara que los de la Cuarta Transformación tienen derecho a cometer más delitos impunemente.

El pueblo sabe que esa es una artimaña tautológica que no justifica los delitos que, a ojos vistos, cometen los líderes del actual Gobierno federal y que tarde o temprano serán castigados conforme a derecho. 

Veamos a la austeridad republicana en entredicho. En los últimos acontecimientos que demuestran que el gobierno morenista está bocabajeado, está la consulta para la revocación de mandato o, como dirán los morenistas, ratificación de mandato de López Obrador en la que se gastaron una millonada; mil 692 millones de pesos, y sólo participó el 17 por ciento de los electores inscritos en la lista nominal, según datos oficiales abultados por los funcionarios de casilla que se encargaron de embarazar las urnas. Todo un derroche de dinero público que pudo haber sido utilizado en obras o servicios necesarios para la población, o medicamentos para los niños con cáncer

López Obrador llegó al Gobierno mexicano respaldado por 30 millones de votos, pero ya en 2022, durante el ejercicio también democrático de revocación de mandato y teniendo Morena, su partido, la mayoría de las gubernaturas del país, el presidente que se hizo llamar la esperanza de México, y no alcanzó ni siquiera la misma votación. Lo quieran reconocer o no, los morenistas, fue una derrota estrepitosa.

Una más. Recientemente, López Obrador inauguró el mal llamado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), donde casi ninguna de las aerolíneas, ni las locales, quieren realizar viajes desde ahí. Actualmente sólo hay 12 vuelos locales diarios porque hay fallas técnicas que pueden generar colisiones aéreas sobre la ciudad de México, además de que no hay suficientes vías de comunicación ni transporte para llegar a Santa Lucía. El Gobierno federal ha dejado entrever que obligará a las aerolíneas a realizar vuelos desde ahí, seguro que para justificar tanto gasto en un aeropuerto poco rentable y mal planeado. Utilizará como garrote a quien cobra los impuestos.

No obstante, AMLO sigue presumiendo, como si fuera un acierto, la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, y mañosamente dice que el Gobierno federal se ahorró 125 mil millones de pesos. Esto es falso. La cancelación del Aeropuerto de Texcoco costo 331 mil 996 millones 517 mil 600 pesos, según datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que advirtió, además, que podría incrementarse el costo por el pago de intereses al haber cancelado anticipadamente los contratos; si a esto se le sumas los 75 mil millones de pesos que costo el AIFA, significa que la erogación fue de 406 mil 996 millones 517 mil 600 pesos, sin contar la inversión de 98 mil 221 millones de pesos que ya se había realizado en Texcoco y que terminó por ser un desperdició. 

Así de irrisorio parece que aún con una millonaria inversión, México, gracias a AMLO y a la Cuarta Transformación, tiene un aeropuerto desolado que fue prioridad para quien decía que primero serían los pobres. 

¿Dónde quedó la honestidad valiente y el combate a la corrupción? Además de los escándalos de corrupción de los familiares de López Obrador, empezando por sus hermanos Pío y Martín López Obrador, recibiendo dinero de fuentes ilícitas, a las que cínicamente el presidente llama aportaciones; la ostentosa casa gris de Houston, de su hijo José Ramón López Beltrán; la fábrica de chocolates Rocío, propiedad de sus hijos que fue vinculada al mal manejo del programa Sembrando Vida; los contratos de Pemex con Felipa, la prima del presidente. 

Recordemos, también, los escándalos por corrupción de los principales funcionarios del gobierno de la 4T; las 23 casas de Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); la venta de respiradores a sobreprecio por el hijo de Bartlett, León Manuel Bartlett Álvarez; la renuncia de Jaime Fernando Cárdenas Gracia al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), donde ocupaba el cargo de director, tras haber encontrado graves irregularidades y falta de apoyo para corregirlas. Estas y otras más que sería larguísimo siquiera enumerar.

Ítem más. ¿López Obrador va a respetar a quienes piensan diferente porque él tiene adversarios, no enemigos? En este contexto, calumnia y amenaza a los periodistas que dan a conocer, con argumentos fehacientes, las acciones erróneas de su gobierno. 

Calumnia sin pruebas, difama a través de su conferencia de prensa mañanera y crea un clima político delicado que pone en riesgo la seguridad de quienes piensan diferente a la 4T; lo mismo ha sucedido con los grupos feministas, con los estudiantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), con los diputados de la oposición que no aprobaron la reforma eléctrica y que ahora son denostados en los distintos medios de comunicación como traidores a la patria, todo esto es por pensar diferente a López Obrador.

Y, ¿qué decir del Movimiento Antorchista? Que nuevamente fue calumniado en la mañanera afirmando, sin comprobar, que los dirigentes recibían 15 o 20 mil millones de pesos al año; acusación que una y otra vez ha venido repitiendo desde su pulpito inquisidor, pero nunca ha presentado una sola prueba de su dicho.

Es más, ni siquiera repara en considerar la cantidad estratosférica que menciona. No existe esa riqueza, no existe esa fortuna porque es falso que el Movimiento Antorchista, ni antes ni ahora, ha sido subsidiado por los gobiernos. 

Todos los integrantes del Movimiento Antorchista han trabajado toda la vida para construir los negocios lícitos que sustentan la lucha política de la organización que sí respalda a los pobres. Para el antorchismo sí están primero los pobres.

Para demostrar esto, basta con revisar el tiempo en que se constituyeron, bajo todas las normas, esos negocios lícitos, unos se fundaron hace 40 años y poco a poco se han desarrollado gracias a una administración honrada que ha cumplido con los requisitos fiscales que exige la legislación y las instituciones del país. El Movimiento Antorchista sí respeta a las instituciones, no como López Obrador que las destruye.

Si esto es así, ¿por qué entonces López Obrador calumnia al Movimiento Antorchista? La respuesta es sencilla: ante la debacle de la 4T, la organización antorchista se ve en el horizonte cercano como una alternativa para gobernar el país, por eso, AMLO calumnia a Antorcha, porque es un competidor político de gran importancia. ¡Todo al tiempo!

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