Durante la eterna campaña que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hizo para llegar a la silla presidencial, se valió de todo para convencer a la ciudadanía de que la situación en México estaba mal, y en efecto, el diagnóstico de aquel político con ganas de ser presidente era certero.
López Obrador le hablaba a la gente de la problemática que los tenía sometidos, como la falta de empleo, el aumento de los combustibles, la falta de un buen servicio de salud, la mala calidad educativa, y un largo etcétera, que parecía que aquel hombre traía los polvos mágicos para resolver los problemas que aquejaba al país de aquel entonces.
Finalmente, AMLO logró ser presidente y se sentó en la silla presidencia de México. Y, ¿Qué ha pasado en estos últimos cuatro años que ha gobernado la supuesta Cuarta Transformación?
Pues, hasta ahora tenemos el mayor número de homicidios dolosos de los últimos 20 años, el mayor desabasto de medicamentos para niños con cáncer, la mayor inflación de últimos años, el mal manejo de la pandemia dejando a más de trecientas mil fallecidos, pero hay algo más que el gobierno de la Cuarta Transformación dejó olvidado en estos últimos años, que es la educación.
La inversión en educación es una de las más importantes para cualquier país, en el caso de América Latina de acuerdo a la Unesco, los países de la región tendrían que hacer una inversión de al menos un 6 por ciento de su PIB o un 20 por ciento de su presupuesto público, pero, en México ¿realmente se cumple con estos estándares de inversión? La respuesta es un no.
Entonces, ¿Cuál es la inversión que se le destina la educación en México? En los últimos doce años, el gasto a la educación ha tenido el peor recorte en este rubro, donde apenas un 3.1 por ciento del PIB es lo que se le destina a la educación, muy por debajo de lo establecido por la UNESCO, y el resto ¿a dónde se invierte ese dinero? Pues se invierte en los programas clientelares que el presidente ha promovido desde que llegó a la presidencia para seguir captando votos en favor del partido en el poder, mientras que cerca de 846,000 alumnos dejaron de asistir a la escuela, la mayoría de educación básica, aunado al recorte de las escuelas de tiempo completo, y el mal planeado programa La Escuela es Nuestra (LEEN) que no se ha logrado aterrizar, y en donde se ha aterrizado este recurso ha habido una infinidad de irregularidades por parte de quienes ejercen este recurso.
En conclusión, la promesa de campaña de aquel mesías que venía a cambiar la situación, la vino a empeorar, cuando su prioridad no son los mexicanos pobres sino solo valerse de la pobreza para seguir en una eterna campaña en donde quiere tener todo el poder absoluto solo para satisfacer su ego personal, mientras que millones de mexicanos sufrimos las consecuencias de un estado fallido.
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