A través del púlpito presidencial, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue atacando ferozmente al Instituto Nacional Electoral (INE), al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a los miles de ciudadanos que lo defienden y a la marcha que se organiza para el 13 de noviembre en defensa de esa institución.
López Obrador afirma que el INE cuesta mucho, pero en realidad, cuatro años de la mañanera han costado miles de millones de pesos, espacio que sólo ha servido para insultar adversarios y hacer campaña permanente a favor de Morena.
Al respecto, se pronunció el presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Santiago Creel Miranda, quien acusó a AMLO de intentar poner fin a la democracia mexicana destruyendo al INE; el presidente de la república, siempre irónico, contestó que le enviará un diccionario político y que el gobierno de la Cuarta Transformación presenta la Reforma Electoral que garantizará elecciones limpias, libres y sin fraudes, pero también busca que el INE no ejerza gastos excesivos.
Pero las mañaneras son el espacio oficial del presidente de México, que sólo sirven para atacar a sus adversarios y para seguir culpando de los actuales problemas del país a los gobiernos pasados, utilizando las mismas palabras: son unos cretinos, corruptazos, que se vayan…a engañar más lejos (léase con las respectivas pausas).
La propuesta de reforma busca reducir gastos excesivos del actual INE, también busca impedir que los consejeros se dirijan por consigna propia y no velando por los intereses del pueblo y de la democracia. “El INE y todos estos corporativos que defienden privilegios, cuentan con voceros y les pagan muy bien”, dice AMLO.
López Obrador es el principal beneficiario de la democracia mexicana que hoy quiere destruir. Empezó en la política en un partido político, se encumbró en otro y fundó un tercero. López Obrador fue dirigente nacional, gobernante de la capital del país y presidente. Inició su carrera política en el PRI cuando era un partido de estado, luego rompió con el Revolucionario Institucional y se acomodó en el PRD, pero cuando unos grupos dentro del partido se negaron a someterse, fundo el partido en el que milita actualmente: Morena, donde ha sido dirigente nacional, candidato presidencial y presidente de México.
La democracia mexicana ha permitido a los partidos políticos donde ha militado, acceder a grandes presupuestos. Su reforma, que implica un retroceso democrático, va en tres vertientes: reducir los recursos que se entregan al INE y a los partidos políticos, reducir el número de legisladores a nivel federal y local, y que los consejeros del INE sean nombrados mediante el voto popular y puedan ser propuestos por el poder Ejecutivo, abandonando cualquier idea de neutralidad política, convirtiendo a los jueves en jugadores en la arena que ellos van a arbitrar.
Es cierto que en México sí hubo fraudes electorales, situación que quedó atrás luego de que, desde 1996, las elecciones las dejó de organizar el gobierno y empezaron a estar en manos de ciudadanos, a través de un órgano autónomo encabezado por la sociedad civil, avalado por los partidos políticos y con recursos económicos, en referencia al IFE, actualmente INE.
Sin embargo, desde el púlpito presidencial que debería servir para dar a conocer obras realizadas por Morena a lo largo y ancho del país, AMLO sigue atacando a sus adversarios, sin argumentos; asegura que los convocantes a la marcha de este domingo desean que el INE siga al servicio de la oligarquía, de quienes desean un gobierno para todos los sectores, menos para el pueblo y acusó al consejero presidente del Consejo Electoral, Lorenzo Córdova, de pertenecer al conservadurismo, él fue promovido con el propósito de que los neoliberales, conservadores y corruptos simularan que en México había democracia.
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