Me encontré con una nota de un portal digital, donde habla sobre un tema de interés nacional, que a primera vista parece, y así lo he entendido, como un golpe más a la educación de nuestro país, la nota decía “En Baja California, al igual que en otras entidades del País, desaparecerán las escuelas de tiempo completo, confirmó la subsecretaría estatal de Educación, Dulce María Santillán Jáuregui. Explicó que ese programa lo suspendió el gobierno federal porque implementará el de 'La escuela es nuestra', que tiene el propósito de mejorar la infraestructura de los planteles.”, más adelanta la misma nota señala de manera particular que “la Entidad contaba con 900 escuelas de tiempo completo, aproximadamente, de las cuales 500 estaban en Mexicali y 200 en Tijuana”.
Recordemos que las escuelas de tiempo completo formaron parte de un programa escolar para poder mejorar la calidad educativa de los estudiantes y que este, fuera un aliciente para que los estudiantes tuvieran una educación completa con talleres educativas y con actividades deportivas; sin embargo, para las políticas de esta nueva administración, la educación pasa a formar parte de una de las tareas más que tienen el gobierno.
A pesar de que nuestro país se encuentra en una crisis sanitaria y además educativa, lo que se tendría que hacer es volverse a la educación y diseñar programas para que esta se mejore; en un análisis que se ha realizado en este nuevo regreso a clases vemos que la calidad de conocimientos es muy baja, que existen jóvenes que no han aprendido siquiera a leer y que muchos de ellos no tuvieron siquiera la oportunidad para poder acceder a la educación en línea, pero veamos unas cifras.
Aun antes de la pandemia de covid-19, el mundo entero experimentaba una crisis en la educación. De acuerdo con datos el Banco Mundial, 258 millones de menores de los niveles primaria y secundaria no iban a la escuela y muchos de los que estaban en las aulas aprendían muy poco, pues el 53% de todos los estudiantes de 10 años de edad en países de ingresos bajos y medios era incapaz de leer y comprender un texto simple.
Este rezago se mide a través de los aprendizajes esperados para cada nivel educativo. Además, en el alumnado de primer año de primaria se está identificando que la mayoría no cursó el kínder.
Datos previos a la pandemia ya indicaban que en México hay un rezago en la educación. La prueba PLANEA de 2019, la última que se aplicó en el país, indica que 51% del alumnado de sexto de primaria ese año, tenía deficiencias altas o muy altas en comprensión lectora y habilidades matemáticas. Sólo 21.8% de quienes hicieron la prueba PLANEA, tenían deficiencias medias, mientras que el 26.3% tenía deficiencias bajas o muy bajas.
PLANEA es una muestra censal que era aplicada por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) desde 2015, en sustitución de ENLACE, que era aplicada por la SEP. Sin embargo, el INEE desapareció en mayo de 2019, cuando entró en vigor la reforma educativa del presidente Andrés Manuel López Obrador. La prueba se suspendió en 2020 hasta nuevo aviso y actualmente está anunciada una ruta para aplicar la prueba en 2022, aunque no hay fecha para la aplicación.
Ante este panorama está claro que las políticas están mal encaminadas, que no solo hacen falta escuelas con el programa de tiempo completo, sino que falta una mayor inversión en materia educativa, ante este rezago es más que necesario que nuestros estudiantes vuelvan a situarse no solo en el nivel que se tenía, sino que superen estos niveles, pero con lo que se pretenden, pareciera que solo se quiere retroceder. Habrá que abrir los ojos, después, ya será un poco tarde.
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