MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Antorcha, 40 años iluminando Huitzilan de Serdán

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Era un pueblo con el corazón herido, primero, por el maltrato, abuso y explotación de un cacicazgo que llegó a arrebatar a los naturales de Huitzilan de Serdán sus tierras a través de la usura; luego, la violencia y los asesinatos provocados por los pistoleros de la Unión Campesina Independiente (UCI) y de ese mismo cacicazgo. La sangre de cientos de indígenas huitziltecos pintó de rojo el pueblo, y la oscuridad envolvió los hogares que, desde las seis de la tarde, cerraban puertas y ventanas para evitar ser uno más en la lista de los muertos o heridos, aunque muchos de los crímenes se cometieran a plena luz del día. Huitzilan se convirtió, a causa de los intereses económicos de quienes detentaban el poder, ya para la década de los 80, en un pueblo en ruinas.

Este 23 de marzo, a las 11 de la mañana, en el auditorio “Máximo de la Cruz Rivera”, festejemos 40 años de lucha, para que México conozca la historia de valentía y éxito de lo que puede lograr un pueblo organizado como Huitzilan.

Pero la realidad exigió a ese pueblo herido levantarse con valentía, organizarse y buscar auxilio en las dependencias y partidos, encontrándose en ocasiones con la absurda amenaza de tirar una bomba para terminar con el problema, y en otras, oídos sordos. Sin embargo, el carácter revolucionario de un grupo de huitziltecos, muchos apenas sabiendo escribir, los llenó de valor para hallar esa luz que lograra la tranquilidad social.

Fueron el maestro Aquiles Córdova Morán y su organización, el Movimiento Antorchista Nacional, quienes se convirtieron en la luz que germinó la semilla del progreso en ese pueblo en ruinas, y lo erigieron a través de un proyecto de trabajo organizado en uno de progreso.

Es por ello que este escrito lo dirijo especialmente a mis compañeros antorchistas de Huitzilan de Serdán, con el propósito de recordar la valentía de un pueblo que no claudicó en su intento por cambiar esa realidad lastimosa, pero también para decirles que a 40 años de existencia en Huitzilan, el Movimiento Antorchista sigue más vivo que nunca, iluminándolo y guiándolo para mantener la tranquilidad social y el desarrollo.

Para seguir por este camino, es necesario que el pueblo conozca la historia en su desarrollo, en su lucha de clases y en su unidad; aprender de ella y trabajar decididamente para avanzar en la construcción de una vida más digna. Consciente de esto, el Movimiento Antorchista Nacional llegó a Huitzilan de Serdán en 1984 para desarrollar este proyecto de trabajo colectivo, que con la unidad y la guía de una vanguardia que conociendo las leyes que operan sobre la realidad material, hicieron posible cambiar esa situación.

De acuerdo con datos oficiales del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2010 Huitzilan de Serdán se ubica en el 7º lugar de los municipios con mayor grado de marginación, en 2015 se alejó de esa posición al llegar al 17 y para el 2020 pasó al lugar 21; como puede observarse, se fue alejando de la muy alta marginación gracias a este proyecto de trabajo colectivo encabezado por las administraciones antorchistas.

Cuando apenas había pasado un cuarto de siglo con este esquema de trabajo, el municipio fue reconocido en los estudios del Programa de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por superar a decenas de ayuntamientos en cuanto a porcentaje de población alfabetizada y acceso a servicios de agua potable y alcantarillado. En un comunicado emitido por el Movimiento Antorchista el 8 de abril de 2008 sobre dichos estudios de la ONU, se dijo:

“El trabajo que durante 25 años ha desarrollado el Movimiento Antorchista en Huitzilan ha fructificado en más servicios y mejor calidad de vida de los pobladores. Se ha logrado mejorar los indicadores que respaldan avances en el desarrollo humano y, de seguir dicha tendencia, en pocos años estaría en posibilidad de salir de la lista de municipios con bajo desarrollo en la que se encuentra no por falta de servicios públicos y educativos sino por el bajo ingreso per cápita”.

Y así ocurrió, lo podemos ver en los datos de la Conapo.

Ahora Huitzilan es de progreso y ha materializado este proyecto a pasos agigantados: cuenta con un Cessa de primer nivel con servicio las 24 horas, una UBR, tres clínicas y más de una decena de casas de salud, que a pesar de los terribles recortes por parte del Gobierno federal que han afectado en la cantidad y calidad de atención, se siguen sosteniendo por la intervención de las administraciones antorchistas; se tienen 27 canchas de usos múltiples con techado, un complejo deportivo y el auditorio más grande de la región; además de 54 instituciones educativas de nivel básico hasta superior y, gracias al trabajo de gestión, se mantiene como uno de los principales productores de café en el estado.

Son muchos los logros obtenidos, es cierto, pero este avance no ha sido fácil, porque los enemigos del pueblo, aquellos que llevaron a Huitzilan a la época de terror y violencia, a través del cacicazgo y los falsos revolucionarios, han querido acabar con nuestra organización para retomar el poder que tanto les sirvió para maltratar al pueblo.

Por eso han aparecido falsos redentores como el “defensor de los derechos humanos” Fernando Cuéllar, el seudosacerdote José Martín Hernández, el cacique Alonso Aco, pero ¿dónde están? ¿Dónde está su obra material para Huitzilan? ¿Dónde están los apoyos o logros obtenidos para el grupo al que supuestamente defendían? ¿Dónde están los apoyos que bajarían una vez que ganara su partido a nivel nacional? No hay nada.

Son falsos revolucionarios, que no hicieron nada cuando al pueblo lo masacró la UCI, cuando lo marginó el cacicazgo o cuando lo han reprimido por exigir mejores condiciones de vida.

En su libro De la esperanza a la decepción, el maestro Aquiles Córdova Morán escribió: “La gente(…) debe ver con más desconfianza a los falsos revolucionarios (…), porque tiene que saber que esos son sus peores enemigos, pues son quienes esconden sus aviesas intenciones, porque son los que más mienten cuando dicen que están con el pueblo y que quieren el poder para hacerle justicia”. 

Añade: “Los mexicanos no se deben dejar engañar por los impostores, por los disfrazados de redentores sociales, deben saber identificar a su enemigo (…) por muy bien disfrazado que esté o por muy edulcorado que sea el discurso que le lance”.

Compañeros antorchistas, recordemos que la labor de estos falsos redentores nos ha llevado a perder a varios de nuestros valiosos líderes como Manuel Hernández Pasión, Máximo de la Cruz Rivera, Francisco Luna, Ignacio Gómez, Ramírez Velázquez, que perecieron por las balas asesinas de los enemigos del pueblo, o como a nuestros entrañables compañeros Facundo Ayance, Berenice Bonilla, Eulogio Pasión.

Pero también recordemos que aunque nos los hayan quitado, no vamos a claudicar en nuestra lucha, al contrario, nos da el coraje para seguir adelante. Por eso, el Movimiento Antorchista está más vivo que nunca, organizando y educando a las masas para dar la lucha por mejorar sus condiciones de vida.

De ahí la importancia de que este 23 de marzo, a las 11 de la mañana, en el auditorio “Máximo de la Cruz Rivera”, festejemos 40 años de lucha, para que el pueblo de México conozca la historia de valentía y éxito de lo que puede lograr un pueblo organizado como el de Huitzilan, y se pueda replicar en todos los rincones para sumarnos, como un solo hombre, a la lucha por la transformación de las condiciones materiales del pueblo trabajador de nuestro país y del mundo.

Huitzilan es un ejemplo de que sí se puede y de que vamos por el camino correcto. Adelante, compañeros de Huitzilan, a seguir siendo ejemplo en la lucha.

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