Esta semana, un grupo de colonos de distintas alcaldías organizados en nuestra querida organización, el Movimiento Antorchista, se dio cita en la plancha del Zócalo capitalino para ingresar a una de las audiencias públicas realizadas por funcionarios del Gobierno capitalino. Esto tuvo como objetivo dar seguimiento a la serie de demandas sociales asentadas en el pliego petitorio que, desde la llegada de Clara Brugada, exalcaldesa de Iztapalapa, como jefa de Gobierno, se ingresó.
Repartir migajas no basta, pues no todas las familias reciben apoyos, y los que sí lo hacen encuentran que estos son insuficientes.
Nuestros compañeros fueron recibidos por funcionarios de este gobierno. Nos quedamos con que la atención formal es buena, pues los funcionarios claramente son obligados por consigna a dar la cara y escuchar a los ciudadanos; seguro con el objetivo de ganar simpatías.
Sin embargo, la solución de los problemas dista mucho de esta atención; de hecho, la problemática se ha agudizado. La misma gente comenta que parecen de la realeza, pues cuando va a iniciar la audiencia pública, se abre paso con una serie de policías y vallas metálicas para que transite la jefa de Gobierno, quien sale de sus oficinas saludando a todos y repartiendo sonrisas.
Está bien que mantenga su jovialidad, pero aquí lo más importante es que la jefa solucione los problemas, y de eso no se ve mucho.
En la Ciudad de México, capital del país, presentada como ciudad de vanguardia y derechos, con más de nueve millones de habitantes, los problemas saltan a la vista: un transporte deficiente, especialmente el Metro, por donde se transportan casi cinco millones de capitalinos diariamente. Este resalta por las constantes humaredas, cortocircuitos, accidentes, a veces mortales, y retrasos, que son el pan nuestro de cada día.
Y qué decir de la inseguridad, donde vamos de mal en peor. Los habitantes de esta ciudad vivimos en constante zozobra por los delitos que los malhechores cometen sin freno, pues las autoridades parecen más preocupadas en actos de corrupción o en reprimir a los capitalinos cuando estos se manifiestan en protesta por la falta de solución a las demandas sociales.
Una de las demandas que el Movimiento Antorchista ha enarbolado durante varios años es la construcción de vivienda, no por capricho, sino por la necesidad real de miles de familias que no cuentan con hogar. Por esta situación, muchas están condenadas a vivir hacinadas o pagando altas rentas, afectando gravemente su ya de por sí deteriorada economía.
Gracias a estas gestiones, Antorcha ha logrado en la ciudad la construcción de unidades habitacionales y la formación de colonias que han solucionado la problemática de cientos de familias. Sin embargo, el camino es largo, pues cada día más familias solicitan apoyo por no contar con los recursos necesarios para pagar los pocos espacios disponibles.
En una reciente nota publicada por El Universal, se citó un estudio realizado por la consultora Alquimia Urbana, titulado “Estancia Turística Eventual (ETE) y Plataformas Eventuales de Hospedaje en la Ciudad de México”. Este identificó diversos factores que han intensificado la crisis de vivienda, entre ellos:
1. Falta de construcción de vivienda. Desde el arribo de la 4T al poder, la inversión en este ramo se redujo a niveles críticos.
2. Aumento del precio del suelo.
3. Falta de políticas de desarrollo urbano actualizadas.
4. Escaso aprovechamiento y reúso de viviendas deshabitadas.
5. Subsidios limitados y poca coordinación con el sector de la construcción para ofrecer viviendas accesibles.
Según la Comisión Nacional de Vivienda, el déficit de vivienda en la Ciudad de México ascendía a 200 mil hasta 2020, y ni siquiera los datos están actualizados, lo que refleja la falta de interés de las autoridades por atender esta problemática.
Esto deja claro que las autoridades no están interesadas en invertir recursos para mejorar las condiciones de vida de quienes menos tienen. Repartir migajas no basta, pues no todas las familias reciben apoyos, y los que sí lo hacen encuentran que estos son insuficientes.
Para Antorcha, este es uno de los fundamentos de su existencia. Desde hace 50 años, su misión ha sido combatir la pobreza, enfrentando múltiples obstáculos.
Antorcha debe seguir existiendo porque la pobreza no se ha reducido; al contrario, va en aumento, y los problemas sociales se agudizan cada día más.
Por eso, invitamos a todos los mexicanos que atraviesan por distintos problemas a unirse al Movimiento Antorchista y luchar juntos por una patria más justa para todos. La patria que queremos y necesitamos, no la que imponen quienes tienen el poder en sus manos y quieren mantenernos sumisos y en la pobreza.
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