MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Antorcha este 1 de mayo

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La voz que vais a sofocar será más poderosa en lo futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora: August Spies, antes de ser ejecutado el 11 de noviembre de 1887.

Esas fueron las últimas palabras de uno de los cuatro mártires de Chicago —junto con Albert Parsons, Adolph Fischer y George Engel—, líderes obreros y anarquistas asesinados por el crimen de haber encabezado la lucha inmortal de los trabajadores en el primero de mayo de 1886.

Falsamente acusados de lanzar una bomba —delito que nunca se les probó—, su verdadera condena, para la clase capitalista de todos los tiempos, fue exigir dignidad y justicia para el proletariado. Como lo declaró George Engel en su juicio:

“¿En qué consiste mi crimen? En que he luchado por un sistema social donde sea imposible que unos amontonen millones mientras otros caen en la miseria. La tierra y los avances de la ciencia deben ser para todos, como el aire y el agua. Vuestras leyes roban a las masas el derecho a la vida, la libertad y el bienestar”.

El origen de la lucha: ocho horas de trabajo, ocho de descanso, ocho para vivir.

Fue Federico Engels, compañero de Carlos Marx y fundador del socialismo científico, quien en 1889 propuso en París una jornada internacional de protesta el 1° de mayo de 1890, bajo la consigna principal, como se leía en los volantes: ocho horas de trabajo, ocho de descanso, ocho para lo que nos dé la gana.

La Internacional Socialista eligió esta fecha en homenaje a los mártires de Chicago, y desde entonces, el primero de mayo simboliza la lucha obrera contra la explotación capitalista, aunque los gobiernos burgueses de todo el mundo, y supuestamente de diferentes ideologías, se empeñen en ocultarlo.

Hoy, en México y Baja California, exigimos:

• Reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, como lo demanda el Frente por las 40 Horas.

• Aumento salarial real, no simulaciones como acostumbran patrones y gobierno.

• Seguridad en el trabajo y en la sociedad para todos los trabajadores y sus familias.

• Vivienda digna, educación y salud garantizadas para las familias obreras.

• Respeto a los derechos constitucionales de organización y protesta, sin represión ni criminalización.

¡La emancipación obrera sólo será obra de los propios trabajadores!

No olvidemos que la liberación de la clase obrera requiere:

• Conciencia de nuestra explotación.

• Organización para la resistencia y para la verdadera transformación de la sociedad.

• Lucha incansable por nuestros derechos y por el futuro de nuestros hijos.

¡Por una organización de vanguardia de los trabajadores mexicanos!

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