MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Autoconsumo no es para combatir la inflación como dice AMLO

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Desde el punto de vista científico, para catalogar a un país como una nación desarrollada es necesario analizar su desarrollo económico; y el indicador infalible es el producto Interno Bruto (PIB), más concretamente el PIB per cápita, pues este relaciona el crecimiento económico con la distribución del ingreso. 

En el entendido de que para reducir la desigualdad es necesario permitir el crecimiento, pues éste es generador de empleos, al menos eso dice la teoría, pero como ciencia al cabo, la sociedad tiene sus características propias y no se le puede aplicar una teoría económica a rajatabla, como si fuera una receta de cocina. Para ello es necesario hacer cambios estructurales, tanto en la forma de gobierno cono en política económica.

Vivimos en un mundo globalizado, donde nuestro país no tiene una economía sólida y en muchos aspectos dependemos de las políticas económicas del vecino país del norte. Una prueba de ello es que el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando era candidato, prometió bajar el precio de las gasolinas, en caso de que ganara la silla presidencial. Ya vimos todos, tiene el poder, pero jamás pudo bajar el precio de las gasolinas, por el contrario, la gasolina y el gas están en constante aumento por la sencilla razón de que la explotación del petróleo y la producción del combustible está controlada por los grandes consorcios capitalistas mundiales.

De igual manera prometió mejores condiciones de vida de los mexicanos e incluso acuñó la famosa frase de que primero los pobres y nada de eso sucedió, el número de pobres en lo que va de este sexenio aumentó considerablemente, no hay pues, un reparto equitativo de la renta social.

Todo esto viene a cuento, porque el gobernar no es tan sencillo, se requiere un profundo conocimiento de la realidad social de nuestro país. Y aunque muchos consideran al presidente como un tonto, la realidad es que no lo es porque conoce a la perfección las debilidades del pueblo mexicano y supo canalizar la inconformidad a su favor para ganar la presidencia. 

Ahora, ya como presidente, sigue diciendo enormes mentiras con la seguridad que el pueblo no le reclamará, tiene medido al pueblo; sabe que la debilidad de los mexicanos es precisamente nuestra falta de unidad. Por eso insiste en dividirnos, nos dice conservadores y adversarios, y sabe que no haremos nada. Se atreve a promover una consulta de revocación de mandato con la seguridad que nunca asistiríamos 90 millones de mexicanos a tachar el “si” para que deje el poder. Todo lo que hace está calculado, la Guardia Nacional para reprimir al pueblo, las obras insignes de su gobierno son para robar a lo grande, el tren maya es el ejemplo más ilustrativo. Hace y deshace y los mexicanos callamos. Y algunos hasta aplauden cada ocurrencia que dice en sus mañaneras. 

Dije más arriba que la economía es un fenómeno globalizador y que se requieren acciones con miras a atenuar los efectos de la inflación, no remedios caseros como la propuesta que hizo el presidente en pasados días, como un adelanto de su plan de combate a la inflación propuso que los campesinos y campesinas siembren maíz y frijol, porque la inflación se enfrenta con autoconsumo afirmó. 

Dijo que la producción de bienes de autoconsumo es una medida efectiva para hacerle frente a la carestía. Esto es una auténtica disparada, pues pretende combatir un problema económico moderno con una medida de la época de la conquista española. La producción de autoconsumo definitivamente no es la solución para combatir la inflación. Acaso se le olvida al presidente que, en estos tiempos modernos, ¿los mexicanos vivimos sólo del Maíz y del frijol?, pues no. Aún el campesino más humilde, tiene otro tipo de necesidades y solo los podrá resolver si vende una parte de su cosecha, pues de lo contrario, tendría que elaborar su propia ropa, el calzado, no consumir energía eléctrica, en fin, todo lo que necesita tendría que producirlo él mismo, y esto definitivamente no es posible. 

El país necesita una verdadera transformación, pero no tipo 4T. Una transformación empieza generando fuentes de empleo y que estos estén bien pagados, a través de programas de desarrollo con la participación de la iniciativa privada, y el estado cumpla la función de regulador. La construcción de una infraestructura moderna y funcional, no como el aeropuerto de Santa Lucia, donde no aterrizan ni las moscas. La cancelación del aeropuerto de Texcoco fue uno de los errores más grandes que ha cometido este gobierno en materia de desarrollo económico. 

Es necesario que se aplique una política fiscal progresiva, es decir que, en nuestro país, todos tienen que pagar impuestos de acuerdo con las utilidades. En la actualidad, los que más ganan son los que no pagan impuestos, y se les carga sobre las espaldas a las clases trabajadoras la pesada lapida de los impuestos. Finalmente debe aplicarse una política de más equitativa de la renta nacional, mediante atención a las necesidades prioritarias de los mexicanos, como, en salud, educación, vivienda servicios y obras de infraestructura urbana. Eso de que la inflación se combate con la producción de autoconsumo, no solo es una burla contra los mexicanos, sino también significa eludir la responsabilidad del gobierno en atender las grandes carencias de la sociedad mexicana. 

Sin embargo, sabemos que el gobierno morenista está imposibilitado para poner en práctica una autentica transformación social, por el simple y sencillo hecho de que defiende intereses bien identificados, es necesario desplazarlo del poder político y eliminar es modelo económico que nos domina. Por esos es necesario que el pueblo se organice y luche.

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