MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Causa y efecto 

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Muchas veces se ha escuchado a la gente preguntarse ¿por qué la sociedad mexicana está como está?. Cada uno, según su criterio y forma de pensar, responsabiliza a quien cree que tenga la culpa de nuestra  pobreza, de nuestra marginación y de nuestra desgracia nacional, sin embargo, es importante decir que la condición en que vive nuestro pueblo, no es más que el efecto de una causa fundamental e importante.

El pensamiento humano, por necesidad, ha desarrollado a lo largo de muchos años, filosofías y formas de pensamiento diversas, con las que ha tratado de explicar sus realidades materiales, humanas y universales. Como resultado de ello surgió en Materialismo que es una corriente ideológica nacida con  los primeros filósofos griegos de la antigüedad, dicha corriente, no ha permanecido estática, sino que ha evolucionado con los años, y fue precisamente el filósofo Carlos Marx, quien la llevó a su máximo desarrollo dándole, un nivel  verdaderamente científico, hasta convertirla en lo que hoy se conoce como: materialismo dialéctico. 

Esta forma filosófica  no es otra cosa más que una ideología de avanzada, que postula principalmente, que todo lo que existe en el mundo material que conocemos, no es más que el producto  el desarrollo evolutivo de la materia a través de miles de millones de años. Y en donde el cerebro humano es la materia más evolucionada, más perfecta y precisa que ha tenido el mundo material.

Afirma también que a través del cerebro,  los humanos hemos podido conocer profundamente nuestro entorno, es decir el mundo que nos rodea,  y muchas veces, gracias a ese nivel de conocimiento, hemos podido transformar nuestro medio en beneficio del  género humano. 

Asimismo, esta  corriente, asegura que dicho desarrollo evolutivo del mundo material, no se da, ni a crecido en forma aleatoria, y/o desordenada, sino más bien, a través o bajo la influencia de ciertas Leyes Universales del Desarrollo. 

Una de esas leyes es la Ley de la Causalidad. Esta ley nos dice que en todo el mundo material existe una interdependencia de los fenómenos, de tal manera que de la acción de unos, surge la existencia de otros,  que estas dos circunstancias, van juntas, una detrás de la otra, en donde al primero se le denomina causa y al segundo se le llama efecto. Asimismo también, esta ley no solamente se aplica a los fenómenos de tipo natural o físico, sino también al desarrollo de una sociedad. Por ejemplo: el exceso de calor, genera una falta de lluvias, a su vez provoca sequías que generan malas cosechas, y que por tanto, producen hambruna en la sociedad. Todas estas circunstancias no son más que fenómenos de causa y efecto.           

Pero en nuestro país, ¿como y en donde podemos observar estas circunstancias? El lenguaje coloquial y popular de los mexicanos nos demuestra, nos resume y nos da respuesta en pocas palabras, a dicha pregunta, al decir que: “el pueblo mexicano tiene el gobierno que se merece”. Y en cierta medida dicho viejo adagio este cierto, puesto que a razón de la lógica, podremos pensar cómo CAUSA  a nuestro pueblo, inseguro, desorganizado, ignorante políticamente, vacilante, mediático, etc; y como efecto al gobierno pésimo, indiferente, corrupto, mentiroso, insensible, con el que actualmente contamos. Veamos:

Los mexicanos pobres somos una parte de la sociedad que por años ha estado sometida, enajenada, embrutecida y engañada por la clase dominante de cada época. Desde la conquista,  la independencia, la revolución y hasta nuestros días, los pobres, los campesinos, los trabajadores de esa sociedad han estado sometidos a él más brutal de los controles ideológicos, a través de los medios de su época, la iglesia, el periódico, hoy, el cine, la televisión, las revistas, las redes sociales, el internet, etc.

En la actualidad, la clase dominante así como el gobierno a su servicio, estará más tranquilo y más seguro, en el sentido de que  la clase trabajadora mexicana esté enfocada en distractores de  tipo social, que estemos más al pendiente de la Rosa de Guadalupe o de los ridículos Tik-Toks, o del facebook, o de los partidos de fútbol, o de las tertulias y borracheras de cada ocho días entre amigos y familiares, y que de todo lo que pudiera estar sucediendo  política, social, y económicamente alrededor de nosotros, no sea de nuestra incumbencia e interés. 

Tanto para los gobiernos de ayer como  para también los  de hoy, es más importante que estemos ignorantes, que creamos fielmente y a ojos cerrados la palabra de los gobernantes, que no nos atrevamos a criticar en lo absoluto,  ninguna de las acciones y políticas que ellos implementen. 

Toda esta condición de mediatización, y sometimiento ideológico, da la oportunidad que la clase gobernante haga del gobierno popular su medio de enriquecimiento, un medio de corrupción, de ilegalidad, de impunidad, una sociedad en donde se asesine a las mujeres, una sociedad donde los homicidios sean una circunstancia común, un medio donde la salud y la vida no importe para nadie ni para nada; en fin, un medio de un gobierno desastroso, agobiante, indiferente, que mata poco a poco  la vida del pueblo trabajador. 

Y lo peor, es que la sociedad a pesar de su pasado heroico y revolucionario, en la actualidad no mueva un solo dedo, no intente hacer lo mínimo necesario para poder sacudirse  toda esta inmunda  política y asesina ideología, en la cual está inmersa. 

Los brotes espontáneos de organización y de lucha social son muy escasos, y los que surgen de inmediato son acallados a través de la indiferencia o tergiversación mediática y, en el peor de los casos, a través del uso de la represión y la violencia. 

La gran mayoría del pueblo trabajador, no se organiza, no lucha, no se educa políticamente;  no muestra ningún interés mínimo en querer transformar su sociedad en una sociedad más digna, más justa para hoy y para nuestros hijos en el  futuro. Es por ello que, parece ser muy acertado el decir que  hoy la sociedad mexicana tiene el gobierno que se merece.

Pero lo que también es muy cierto, es que otros muchos mexicanos que honestamente no han sabido, pero han querido aprender a luchar en beneficio de su clase social, han emprendido el camino del esfuerzo y sacrificio colectivo, a través y junto con Antorcha Revolucionaria.

Desde hace 47 años el Movimiento Antorchista no ha parado en  enseñar y educar políticamente a la sociedad pobre, en el sentido de decirle, de frente, y abiertamente, que solamente el pueblo pobre  organizado y unido podrá mejorar su condición de vida, que solamente los propios trabajadores unidos están llamados a ser de México una sociedad más equitativa y justa.  No pensemos que los gobernantes por muy tiernos y bonachones que parezcan, y por muy buenos, honestos y revolucionarios, que digan ser, nunca serán ellos, los que en verdad se preocupen por el interés de los pobres en México, la historia más reciente lo ha dicho y demostrado.

Antorcha Revolucionaria, no llama a las armas, no llama a ejercer la violencia, llama  y exige el ejercicio justo de la aplicación constitucional de  nuestra Carta Magna, llama a que las autoridades: Presidente, gobernadores, presidentes municipales y funcionarios estado, cumplan con lo que juraron: cumplir y hacer cumplir la constitución, porque éste es el momento en que la sociedad les demanda ese incumplimiento. 

Los mexicanos tenemos que tomar el rumbo en nuestras manos, es el momento en que el pueblo pobre vea con claridad hasta donde hemos permitido que no sojuzguen y nos asesinen, debido a esa gran desidia política, a esa  indiferencia  social hacia nuestros semejantes. Hacemos un llamado sincero y claro a que la clase trabajadora comprenda que ha llegado el momento de integrarse a la dinámica organizativa que promueve el antorchismo, que en cada una de sus colonias, pueblos, escuelas, y fábricas, se ejerza la exigencia por la justicia y el derecho.

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