Escuchaba al presidente de la República en una de sus conferencias de prensa, en un resumen de noticias, refiriéndose a los hombres y mujeres de ciencia, acusándolos de corrupción y no sé qué otras lindezas, y donde decía lo que ha repetido durante los tres años de su gobierno: que la “austeridad” se debe aplicar a todos e igualmente la ley; que “todos parejos” ante actos de corrupción. Al escucharlo me vino a la mente Pío López Obrador, recibiendo paquetes de billetes e igualmente su otro hermano, Ramiro López Obrador, y, con importantes contratos, su prima Felipa Obrador y hasta su cuñada, Concepción Falcón, por desfalcar al erario de su natal Macuspana, Tabasco. Varios medios de comunicación dieron cuenta de estos hechos y de las justificaciones a tales actos de corrupción por parte del entorno familiar cercano al presidente López Obrador, además de las corruptelas de varios de sus funcionarios de la 4T; y hasta hoy sin ningún proceso instaurado (o al menos que no se haya dado a conocer a la opinión pública) a pesar de que se documentó y se dieron evidencias de los hechos.
“Pío López Obrador… En agosto de 2020 se difundieron videos en los que se le ve cuando recibe dinero de manos de David León, entonces funcionario del gobierno de Chiapas. Los recursos fueron utilizados en la campaña de Morena de 2018”. De su prima Felipa Obrador, se señaló que: “Ya iniciado el gobierno del presidente López Obrador, la empresa Litoral Laboratorios Industriales, propiedad de la prima del mandatario, Felipa Obrador, obtuvo contratos con Pemex por 365 millones de pesos”. De otro de sus hermanos, José Ramiro López Obrador que: “se benefició de la banca de desarrollo rural del gobierno de López Obrador. El periodista Carlos Loret de Mola reveló que el hermano del Presidente recibió un crédito por 1 millón 771,000 pesos otorgado por la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero”. De la cuñada, Concepción Falcón Montejo (síndico de Hacienda) se aseguró: “La cuñada del presidente también fue involucrada en un presunto desfalco por 223 millones de pesos al municipio de Macuspana, Tabasco, municipio del que es originario el mandatario federal” (Expansión política, 30 de mayo 2021). La corrupción ha sido la principal bandera de la 4T, pero como resultados, entre 2017 y 2019, tenemos que, los actos de corrupción ahora son más: las personas que experimentaron corrupción en trámites de gobierno aumentaron y los contratos por adjudicaciones directas también aumentaron.
Es decir, la austeridad y la lucha contra la corrupción es, por un lado, garrote para sus adversarios políticos, pero invisible, cuando menos, para su entorno familiar; aquí aplica muy bien el adagio popular “hágase la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre”. Por otro, solamente discursos para seguir mareando a los mexicanos, alimentándoles “la esperanza” (que no el estómago) y creándoles falsas ilusiones de prosperidad, para así ganar por partida doble: lograr tenerlos engatusados y que no protesten ante la grave crisis económica, de salud, empleo y de bienestar general de la inmensa mayoría de la población. Además, en su proyección de egresos para el año 2022, no se ve que tenga el mínimo interés de combatir dichas crisis, pues el presidente López Obrador sigue empeñado en sus obras faraónicas, que no tienen factibilidad económica; así lo demuestra su Propuesta de Egresos para el próximo año. Algunos datos relevantes muestran que contempla seguir recortando presupuesto en rubros de primera necesidad a cambio de aumentar en sus proyectos emblemáticos que han rebasado con mucho el presupuesto inicial.
En su proyecto de egresos del Gobierno federal para 2022, disminuyen:
El programa de mejoramiento urbano y vivienda en un 52%, cuando existen alrededor de 10 millones de familias sin casa.
En Desarrollo Agrario decrece en un 22.5%.
El Programa Nacional de Reconstrucción sufre un recorte del cuatro por ciento, ante lo cual tenemos derecho a preguntarnos, ¿y los afectados por los huracanes y las inundaciones del 2021? ¿Y los afectados por las inundaciones de Tabasco, muchos de los cuales siguen sin poder reconstruir sus viviendas, e igual los damnificados por los últimos sismos?
Las participaciones a los estados y municipios, que han venido de recorte en recorte, regresarán a niveles de 2019, sin considerar los retrocesos en muchas obras y acciones de los gobiernos, atribuibles, en parte, a los gastos para hacer frente a la pandemia.
Al Conacyt se le reduce 11.2 por ciento su presupuesto.
En cambio, aumentan, y en mucho: Lo presupuestado al Tren Maya, 68 por ciento.
A la Guardia Nacional se la dota de un incremento del 66.6 por ciento. Al programa de adultos mayores le incrementa 76.2 por ciento. No hay que olvidar que hay elecciones en puerta en varios estados, y las presidenciales en 2024, y hay que ir abonando el terreno; se trata no de una verdadera preocupación por nuestros adultos mayores, sino de la vil utilización de programas sociales para la compra de votos.
Lo presupuestado por el Gobierno federal para hacer frente a la operación del gobierno y para resolver las grandes carencias de los mexicanos en el 2022, son 7 billones 88 mil 250 millones de pesos, mucho dinero, y casi 9 por ciento más de lo erogado en el presente año. Pero, así como viene su intención de egresos, de todo el gasto público proyectado, olvidémonos que será para enrumbar al país por el desarrollo económico y el combate a la pobreza y a la desigualdad. No, el señor López Obrador seguirá haciendo lo mismo que han hecho los anteriores gobernantes, pero peor.
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