Hace ya 113 años que nuestros antepasados aguerridos y enfurecidos se levantaron en armas desde el norte del país, extendiéndose por toda la nación para acabar con la dictadura de uno de los presidentes de México con más años en el poder, Porfirio Díaz. Este tenía ya 36 años en la Presidencia en beneficio de pocos, pero con muchos millones de personas con hambre, tuvo en su contra el Plan de San Luis, proclamado por Francisco I. Madero, quien llamó a los mexicanos a levantarse en armas en contra de la injusticia.
Fue relevante la valentía de Francisco I. Madero al hacer un llamado nacional para acabar con el régimen dictatorial de Porfirio Díaz, pero fue más valiente pelear por espacio de trece mil días y con hambre.
En el régimen de Porfirio Díaz eran inexistentes la libertad política y la democracia, y la riqueza se acumulaba en unos cuantos: eran contados los propietarios que tenían tierras, pero la mayoría de los mexicanos era analfabeta. ¿Qué diferencia hay entre el México de hace 113 años al de hoy? ¿Sólo el analfabetismo?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 30 por ciento de la población —38.2 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años de edad. Esta población tiene derecho a recibir una educación de calidad y sin carencias estructurales en todas las etapas, pero eso no es una realidad para todos.
Por eso, el pasado lunes 20 de noviembre más de 600 alumnos, desde el nivel preescolar hasta el nivel de media superior, dieron un recorrido con actividades deportivas desde el Arco de la colonia Santa Bárbara hasta el estadio La Antorcha, ambos ubicados en el municipio de Ixtapaluca.
45 escuelas de Ixtapaluca participaron en el desfile de conmemoración de los 113 años de la Revolución mexicana, desfile que se convirtió en una protesta debido a que la actual presidencia municipal, encabezada por Felipe Arvizu, no le ha dado apoyo a la educación.
45 escuelas de Ixtapaluca participaron en el desfile de conmemoración de los 113 años de la Revolución mexicana, desfile que se convirtió en una protesta.
Las escuelas carecen de salones y tomar las clases por parte de los estudiantes se ha convertido en un desafío en tiempos de lluvia; no hay laboratorios en los que puedan realizar prácticas científicas, hay inseguridad y, en varias ocasiones, se quedan sin luz y sin agua. Además, muchas de las escuelas ixtapaluquenses siguen careciendo de una cancha deportiva con cimientos; sólo tienen espacios en terracería.
“Hemos entregado pliegos petitorios en donde manifestamos las demandas de las escuelas, pero el director de Educación Municipal, Humberto Sabás Marín Vázquez, nos ha dejado plantados en las citas en donde promete atendernos, pero los funcionarios menores siempre justifican su ausencia diciendo que está en recorridos”, denunció la directora de la escuela preparatoria “Aquiles Córdova Morán”, Juana Ramírez Solís.
Estos pliegos petitorios, añadió Ramírez, se hacen por escrito y son entregados por jóvenes estudiantes de las escuelas que presentan necesidades básicas.
El tiempo no aleja a los estudiantes ni a las comunidades escolares del levantamiento armado que sucedió hace 113 años; al contrario, los acerca a revivir la historia de abuso de poder por unos cuantos terratenientes, sólo que ahora además de tener “la mayoría de tierras en su poder”, tienen el poder de un municipio completo,
El desfile del 20 de noviembre no sólo es un desfile escolar: es el recordatorio de lo que pueden hacer los revolucionarios que levantan la voz por los demás. Recordamos una revolución y luchamos por otra: una revolución social, académica y obrera.
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