Se presentaron ya los nuevos llibros de texto gratuito que acompañarán como material didáctico a la comunidad estudiantil durante el nuevo ciclo escolar. Cabe destacar que la forma en la que se interpreta la educación por parte de la 4T, hizo que sus “especialistas” esbozaran un nuevo modelo educativo criticado desde el principio por tratarse de una nueva forma de enaltecer al gobierno actual haciendo énfasis en su desempeño en los últimos años y elogiando las “megaobras”,o libros editados incluso por parte de organismos que, deberían ser neutrales hacen ver, casi mesiánica la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, libros que se decoran con el mismo color del partido.
Errores en lenguaje, conceptos, didáctica y dosificación curricular son algunos de los errores que se señalan en estos nuevos libros; sin embargo, esto al final de cuentas nos deja dos grandes problemas.
El primero de estos que, al centrar la discusión en el uso del lenguaje que aún no se ha aceptado por la RAE, o que usa elementos de lo que hoy conocemos como “inclusión forzada” parece pasarse por alto aquellos elementos que realmente importan. Al no existir una línea curricular que guíe el aprendizaje de forma consecuente y de acuerdo con las competencias que se deben potenciar en cada peldaño educativo, los libros en lugar de ser un elemento didáctico que ayude a guiar a los niños y jóvenes para pertrecharse de conocimientos, competencias, habilidades etcétera, necesarios para el nivel en el que se desarrolla a los educandos, los docentes nos encontramos ante la disyuntiva de qué y cómo enseñar. Hoy los libros, parecen ser solo un objeto decorativo, que termina por confundir más que poder guiar o apoyar al aprendizaje.
Hace algunos años se criticaba la supresión de materias como la Filosofía o la Historia, indispensables para la formación del pensamiento crítico y objetivo, para poder aprender de los errores del pasado y transformar el futuro, hoy incluso las Matemáticas o la Lengua Española, han caído del pedestal en el que se encontraban y alzan apenas la mano, entre los contenidos de los nuevos libros de texto.
Aunque no es una mala idea el iniciar una Educación que, sobre la base de proyectos de impacto inmediato en la sociedad y sobre todo, en la realidad, se construyan, aquí encontramos también un nuevo error. No existió pues, forma de preparar a cabalidad a los docentes para el manejo del nuevo modelo y sus puntos positivos, en las reuniones de consejo técnico del ciclo pasado que hemos culminado, sólo y por partes, se atendía la manera en la que se llamarían los elementos como “transversalidad de la Educación” por la de “ejes articuladores”. No existía quién pudiera llevar la batuta de la capacitación pues, hasta este momento, el modelo es inconcluso, desconociéndolo hasta la propia secretaria de educación pública.
Aquí encontramos un nuevo error, pues estos libros fueron concluidos con anterioridad aunque apenas se hayan alumbrado, no estudiando así los problemas coyunturales o las necesidades de la población estudiantil, que son muchas y todavía más profundas que las que se plantean aquí, es decir, una educación verdaderamente por proyectos debería atender a las necesidades de la comunidad estudiantil en el entorno al que pertenecen que, repito, no fue estudiado y se ha sacado de la realidad existente únicamente en la cabeza de los editores.
Sin embargo, esto es apenas una muestra de cómo el sistema capitalista busca seguir perpetuado las relaciones de explotación existentes desde que el hombre dejó las relaciones de colaboración recíproca y se inició la lucha de clases.
De forma intrínseca, el modelo capitalista decreta que, a las masas, no se les debe educar, a las masas hay que someterlas porque la educación es garantía de una sociedad libre y sensible, culta y capaz de generar cambios radicales en el sistema imperante. La enajenación no puede existir, pues en un pueblo culto.
Hace algunos años se criticaba la supresión de materias como la Filosofía o la Historia, indispensables para la formación del pensamiento crítico y objetivo, para poder aprender de los errores del pasado y transformar el futuro, hoy incluso las Matemáticas o la Lengua Española, han caído del pedestal en el que se encontraban y alzan apenas la mano, entre los contenidos de los nuevos libros de texto
Es necesario entonces, levantar en el país un modelo educativo que centre su atención en la comunidad estudiantil y que atienda también su heterogeneidad de necesidades en los distintos estados de la República y aún dentro de estos.
Un modelo estudiado y analizado por verdaderos científicos de la educación y que potencien las habilidades educativas, culturales, deportivas entre otras. Un modelo que atienda a los alumnos, trabajadores de la educación, planes y programas etcétera. Y que atienda también las necesidades de la infraestructura educativa.
Sin embargo, esto será posible en virtud de que se levante también, en el país un modelo económico que no limite ni mutile las capacidades de su población, de no ser así, sin importar el color del partido en el poder, seguiremos teniendo intentos de modelos educativos que seguirán llenando las bodegas de la SEP y queden en el olvido con cada nuevo sexenio.
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