Los vecinos de los barrios pachuqueños de Cubitos, La Raza y Felipe Ángeles me pidieron que informara a la opinión pública que desde hace un mes no están recibiendo las dotaciones de leche a través de la paraestatal Liconsa, situación, dicen, que jamás se les había presentado en más de 20 años de funcionamiento de su lechería; que hoy no tienen para alimentar a sus pequeños hijos ni a sus adultos mayores, situación que, como sabemos, se está presentando no solamente en esta lechería, sino en muchas de Hidalgo y de otras entidades.
Durante la actual administración de López Obrador y su partido Morena, México se ha visto afectado por el desabasto de varios insumos de primera necesidad: lo primero que les hizo crisis ante su ineptitud, fue la falta de gasolina; posteriormente vimos (y lo siguen padeciendo miles de familias) la carencia de medicamentos para niños con cáncer y personas enfermas de VIH, y de un número importantes de otras medicinas; no hay vacunas para alrededor de 10 millones de niños, y México está en el umbral del resurgimiento de enfermedades ya erradicadas, como sarampión, poliomielitis y tuberculosis, así como de las enfermedades que cubre la vacuna pentavalente que protege a los niños de difteria, tosferina, tétanos, influenza tipo B y poliomielitis. Recientemente muchas poblaciones resintieron el desbasto de energía eléctrica y de gas; ahora falta leche. Me permito compartir aquí parte de un reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), que nos ofrece una panorámica de lo que está ocurriendo al respecto: “Liconsa dejó fuera del reparto de leche subsidiada a más de 478 mil mexicanos en situación de pobreza, incrementó 150% el precio del litro a los más pobres y eliminó de su lista prioritaria de abasto a 67 de los municipios con mayor marginación del país que recibían el lácteo a tarifa preferencial. Todo esto ocurrió en 2019, el primer año del actual gobierno federal, cuyo lema ha sido “Primero los pobres”. Una auditoría realizada a inicios de 2020 por el Órgano Interno de Control de la propia, Liconsa revela que al cierre del ejercicio 2019 se había atendido con leche subsidiada a 5 millones 871 mil 236 personas en condición de pobreza, pese a que la meta había sido alcanzar 6 millones 350 mil beneficiarios, cobertura lograda un año antes, el último de Peña Nieto. Es decir, se dejó sin leche a más de 478 mil mexicanos.”
Dicho reportaje agrega: “…La cobertura alcanzada en 2019 fue, además, la más baja en una década. En 2010 el abasto de leche superó los 6 millones de beneficiarios y en 2013 llegó a un récord de 6 millones 490 mil, según cifras auditadas y validadas por la Auditoría Superior de la Federación. Los directivos de Liconsa habían fijado como meta suministrar en 2019 leche a precio subsidiado a 3 millones 829 mil mujeres pero sólo se atendió a 3 millones 466 mil, con lo que se dejó fuera a 363 mil, según cifras de la auditoría interna efectuada a la Dirección de Operaciones de Liconsa, de la que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) tiene copia…”
Y señala que “…Suben precio a los más pobres... El precio del litro a esos municipios era de 1 peso y a partir de julio de 2019 se elevó a 2.50 pesos, un incremento de 150%, según el acuerdo tomado en la sesión ordinaria 352 del 11 de junio del año pasado”
Asimismo, denuncia: “además, el mismo Consejo decidió en esa sesión recortar el número de municipios cuya población recibía la leche subsidiada. De un listado de 616 municipios… se dejó fuera 67 municipios con elevada marginación, que equivale al 10% del padrón anterior. Entre las localidades que quedaron fuera están Atarjea, Guanajuato; Calakmul, en Campeche; Tamazula y Topia, en Durango; Carácuaro, Chinicuila y Churintzio, en Michoacán y Pinal de Amoles, en Querétaro, todos municipios con bajo índice de desarrollo humano. Con esa medida se redujo el volumen de leche entregada a la población más marginada (MCCI).
El reportaje también da indicios de corrupción al indicar que: “tras los hallazgos de la auditoría por irregularidades en el abasto trascendió la renuncia al cargo de director de Finanzas, René Gavira, responsable de asignar presupuesto para la adquisición y el reparto de la leche”.
Aunque el 4 de enero del presente, Liconsa se comprometió a que el servicio se restablecería en 48 horas, sigue el desbasto. En el caso de Hidalgo, la afectación es para más de 75 mil hidalguenses de 21 municipios. El argumento o razón que ha dado Liconsa a algunos concesionarios es la falta de bolsas para envasar el producto, pero ninguna información oficial ha recibido ni los encargados de las lecherías ni los beneficiarios, pero recordemos lo que a finales de 2020, Eduardo Ron, presidente de la Comisión de Ganadería de la Cámara de Diputados, señaló: “Liconsa podría dejar de comprar leche a diversos productores del país, debido a una presunta falta de presupuesto” (El Financiero, 4 de marzo de 2021). De por sí millones de mexicanos sufren desnutrición y el consumo de leche es insuficiente: apenas 128 litros per cápita, por año, cuando lo recomendado son 189 litros. sujetos a
Queda claro que al actual gobierno federal lo que menos le importa es el bienestar de los mexicanos y que estamos ante el inicio de un posible desmantelamiento de Liconsa para dejar sin leche subsidiada a esos millones de mexicanos que hasta hoy son beneficiados; ¿dónde están todos esos “ahorros” por la política de austeridad? ¿Dónde los beneficios para el pueblo de su pretendida lucha contra la corrupción? Hoy los mexicanos vivimos más penurias, arropadas con actos de igual o mayor corrupción y con grado elevado a la “n” potencia de ineptitud e incapacidad para gobernar por parte de López Obrador y su 4T. De nosotros depende si también permitimos que desparezcan las lecherías; hay que sumar fuerzas e impedir tantos atropellos; unámonos y movilicémonos para impedirlo.
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