MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Covid-19 en Palacio Nacional

image

El pasado 4 de enero escuchamos el compromiso del presidente López Obrador de acabar con el desabasto de medicamentos en el país: “vamos a saturar los almacenes de fármacos” dijo. Pero al igual que con la recontratación del personal médico, solo son promesas.

         En el caso del medicamento, desde agosto de 2019; luego en abril, en julio, incluso en noviembre le llamó la atención al secretario de salud, “ya no quiero escuchar que faltan medicamentos” -le dijo y en diciembre de 2021, ya había hecho ese mismo compromiso. Pero la realidad es que al día de hoy, persiste el desabasto de medicinas y que muchos pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas, siguen sin recibir un cuidado adecuado y los pocos que lo tienen deben cubrirlo con recursos propios o bien la atención es pésima; nada más lejos del sistema de salud de Dinamarca.

         Por otro lado, es común escuchar en los medios informativos, las protestas de médicos, enfermeras y personal de apoyo de primera línea en esta pandemia de covid-19, algunos con una antigüedad de hasta 10 años; como el caso de Oaxaca. Sin importar el crecimiento del número de contagios por el SARS-CoV-2, despidieron a cerca de 2,100 personas entre especialistas, médicos, enfermeras, camilleros y anestesistas, a quienes se les reprime por exigir que se cumpla la palabra de AMLO, y no solo eso, se persigue a sus líderes como el caso de Dimas Romero, representante del Movimiento Antorchista en Oaxaca que ha estado apoyando las demandas del personal despedido.

         “No se está despidiendo a nadie, a nadie; es propaganda, es para afectarnos. Ya ven cómo es el hampa del periodismo”, dijo el presidente. Lejos de estas declaraciones, lo cierto es que de los 312 mil empleos perdidos en el último año, más de 15 mil pertenecen al sector salud.

         Actualmente, es del conocimiento de todos que el presidente se vuelve a contagiar de covid-19, y típico de su estilo, desprecia los síntomas; “se trata de una gripe, algo de ronquera, nada de qué espantarse”.

         Pero el gesto ha indignado a parte de la sociedad mexicana por desatender las recomendaciones de salud pública, aunque el presidente mantiene una inalterable alta popularidad y sus críticos ya están acostumbrados a sus ocurrencias.

         Sin embargo, no solo minimizó las molestias que ha sentido esta vez, sino que de nuevo le restó importancia a la gravedad de la pandemia al señalar que “afortunadamente no vamos a necesitar hospitalizarnos ni vamos a sufrir con pérdidas de vidas humanas. Esto es distinto. Yo diría que este virus va de salida, ya se queda aquí nada más, no va a los pulmones”.

         Con sus palabras, similares a las que han pronunciado los dos charlatanes que están a cargo de la Secretaría de Salud, el presidente seguramente intentó convencer a los millones que creen que todo lo que dice es cierto, que la pandemia ya no es un problema grave, que hay que dejar de ser exageradamente cuidadosos para no contraer la enfermedad que, a fin de cuentas, como también lo dijo, para “la gran mayoría de las personas vacunadas la variante Ómicron es un ‘covidcito’…”.

         Los científicos serios, no los que asesoran a Andrés Manuel, están de acuerdo de que Ómicron es menos letal que el original coronavirus SARS-CoV-2 y su variante Delta; sin embargo, jamás se atreverían a restarle importancia calificando como un “covidcito” a la enfermedad que causa.

         AMLO afirma que para “la gran mayoría de las personas vacunadas” la nueva variante no representa un peligro grave, pero pretende ignorar el hecho de que hasta hace una semana solo el 56.1% de la población mayor de 18 años había recibido las dosis completas de una vacuna anticovid, que el 6.8% solo había recibido una de dos dosis y que el 37.1% no había sido vacunada, lo que significa que el 43.9% está en riesgo de enfermar leve o gravemente y hasta de morir. Las molestias leves similares a las suyas usualmente se dan en quienes han recibido la dosis completa. Mejor aún si han recibido la de refuerzo, que desde diciembre pasado ha sido aplicada a quién sabe qué porcentaje de los mayores de 60 años. 

         El presidente también minimiza que, desde el 3 de diciembre, cuando se detectó el primer caso de contagio por Ómicron, hasta ayer, 190 personas mueren de covid diariamente, un número que es 179.1% mayor que el total de homicidios dolosos que se perpetraron en noviembre pasado.

         Creo que lo mejor para el pueblo mexicano, es guardar las medidas de precaución recomendadas por el sector salud, vacunarse sin falta, porque lo que en realidad está causando el fallecimiento de miles de mexicanos y que es el verdadero virus que debemos combatir, está en Palacio Nacional y se llama AMLO y su 4T.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más