Hoy vamos a hablar de un problema muy grave, de un atentado a balazos contra los antorchistas de Ocoyucan, que requiere, desde ahora lo digo, la intervención eficaz del gobierno del estado para que se garantice que las elecciones del 2 de junio sean pacíficas y que la gente pueda acudir a las casillas de votación.
Este es el asunto: a las 7:30 de la noche, del lunes 27 de mayo, los compañeros antorchistas Humberto Domínguez Pérez y Biviana Rojas Varela, ambos colaboradores muy cercanos del candidato de la coalición PAN, PRI y PRD, Aristóteles Campos Flores, fueron atacados a balazos cerca de la comunidad de La Pastoría, en el municipio de Ocoyucan.
Desde que inició la campaña electoral por la presidencia municipal en Ocoyucan, la candidata de Morena Violeta Becerril Fragoso desató una campaña de calumnias contra el Movimiento Antorchista
El atentado ocurrió mientras Humberto Domínguez, a quien de cariño le decimos “El güero”, y la compañera Biviana Rojas se trasladaban en una camioneta pick up. En su narración, ellos cuentan que escucharon al menos cinco detonaciones de arma de fuego y tres de ellas impactaron en la camioneta: dos en la parte de atrás de la batea, por el lado del piloto, y una bala que perforó el medallón a la altura de la cabeza del piloto, misma que se impactó en el vidrio frontal, y que pasó rozando la cabeza de Humberto. Es decir, se trató de un intento de asesinato: los sicarios llevaban la orden de matar a Humberto Domínguez, quien se salvó de milagro.
¿Y quién ordenaría la muerte de un antorchista, mero ahora que los compañeros están en campaña electoral buscando ganar la presidencia? Solo hay una explicación: Humberto Domínguez jamás le ha hecho daño a nadie y desde hace muchos años es un activista que ha llevado, gracias a su lucha diaria, muchas obras y apoyos para la gente de Chalchihuapan y de La Pastoría. No tiene problemas personales con nadie y la verdad es que la gente lo quiere mucho porque ha dedicado su vida a luchar con la gente humilde de Ocoyucan.
Entonces solo hay una explicación y es la siguiente. Desde que inició la campaña electoral por la presidencia municipal en Ocoyucan, la candidata de Morena Violeta Becerril Fragoso desató una campaña de calumnias contra el Movimiento Antorchista. Esa campaña la desplegó en las redes sociales y en un sector de la prensa poblana. Desde luego, se trataba de agredir, de mentir y de amenazar, una y otra vez, a los antorchistas. Así lo hizo durante los 60 días de campaña y para ello recibió el apoyo del líder nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, que está acusado de criminal y huachicolero en Estados Unidos, pero que aquí dirige al partido del presidente de la República. Además, el sector más sucio de Morena en el estado se sumó a la campaña de calumnias de Violeta contra Antorcha.
La última de las agresiones fue decir que el Consejo Municipal Electoral de Ocoyucan estaba secuestrado por “antorchistas” y Violeta Becerril leyó en un comunicado en la prensa los nombres de los consejeros que ella dice que son “antorchistas”, comparándolos a delincuentes. Lo hizo para que la delincuencia de Morena alistara sus armas y saliera a hacerles daño. También lo denunciamos, porque nos parece que es una actitud delincuencial, pero no se nos hizo caso.
Y el lunes pasó lo que tenía que pasar: el intento de asesinato de Humberto Domínguez es el último eslabón de una campaña de odio y terror, generada desde la campaña de Violeta Becerril Fragoso, candidata de Morena. Ella tendrá que responder ante la ley por lo hecho hasta hoy y las consecuencias de sus actos.
Nosotros pedimos al gobierno del estado y a las autoridades judiciales que garanticen una elección pacífica. Es su responsabilidad y su deber. Nosotros solo pedimos que así lo hagan.
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