MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Derecho a la salud, derecho a la vida  

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La pandemia ha venido a agudizar muchos de los problemas que ya estaban presentes en nuestras vidas, y también ha develado la indolencia de los gobernantes para garantizar el derecho supremo de cualquier ser humano: el de la vida.  Asimismo, ha puesto al descubierto, más claramente, que bajo este esquema de gobierno, la inmensa mayoría de los mexicanos no tenemos la certeza de poder tener una vida, aunque sea medianamente segura y sin muchos sobresaltos económicos, aunque trabajemos 14 horas diarias para lograrlo y hayamos podido ahorrar un poco durante esos años de trabajo y esfuerzo; todo se derrumba en un abrir y cerrar de ojos, cuando se pierden el empleo y la seguridad social o bien cuando hay que enfrentar una enfermedad grave o crónica de algún integrante de la familia: se acaban los ahorros, luego viene la venta de alguno de los bienes con que cuenta la familia y al final, hasta la casa. Para hacer frente a esta grave situación, las familias se encuentran solas, sin apoyo y en el total abandono gubernamental; así lo demuestran la realidad y la crisis en el sector salud, la peor en la última década; si antes tampoco se garantizaba la salud de los mexicanos, ahora se suma un menosprecio mayor a la gran responsabilidad del Estado de garantizar el derecho a la salud, trayendo como consecuencia un número mayor de víctimas mortales que pudieron evitarse con el tratamiento y medicamentos adecuados y a tiempo. Veamos algunas evidencias:

?El 30 de mayo (2021), el Diario Reforma evidencia en sus ocho columnas: “Tienen hospitales meses sin fármacos. Institutos Nacionales de Salud y hospitales, en los cuales se da consulta de alta especialidad para enfermedades que ponen en riesgo la vida, enfrentan falta de fármacos tan básicos como paracetamol y controlados como morfina y dopamina. Médicos denuncian que los medicamentos, que debieron repartirse desde enero de 2021, aún no se entregan. Cuando se puede, el personal ha recurrido a la sustitución de medicamentos o las familias compran por fuera lo que requiere su paciente”. Pero, la misma nota agrega: “Cuando no hay forma de sustituir los medicamentos, como los antibióticos, hay consecuencias graves.

Entonces los pacientes siguen infectados y mueren...” La situación es similar en prácticamente todos los hospitales públicos: “En estos momentos el Instituto (Instituto Nacional de Pediatría) no tiene capacidad para aceptar traslados de ninguna otra entidad; por lo que le solicito que gire las instrucciones que considere pertinentes para que, hasta nuevo aviso, NO SE ACEPTE NINGUNA SOLICITUD DE TRASLADO”, esto según el oficio emitido por Mercedes Macías Parra, directora médica. En el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE no hay ni paracetamol, señaló una doctora de esa institución. Aseguró que hasta 80 por ciento de pacientes oncológicos y no oncológicos que reciben tratamiento contra el dolor, está descontrolado. “Y no sólo hay carencia de medicamentos, sino también de jeringas, agujas y soluciones”.

Las razones de este colapso del sistema de salud pública, se encuentra, ciertamente, como señalé renglones arriba, en el menosprecio a la vida de los mexicanos, de los hombres y mujeres que día a día salen a trabajar arriesgando su vida ante un posible contagio; está en el desabasto de medicamentos, como también lo denuncia la nota de El Heraldo de México (20 de mayo): “En el primer trimestre del 2021, la Secretaría de Salud gastó 26.4 por ciento menos respecto al mismo periodo de 2020, de acuerdo con el informe sobre Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda”. El economista Mario di Constanzo (quien fue miembro del gabinete  de la “presidencia legítima de Andrés Manuel López Obrador”, su secretario de Hacienda de ese “gabinete legítimo”) consideró inaudito que en medio de la pandemia de Covid-19, el sector salud esté gastando menos. “Cómo es posible que si estamos viviendo la pandemia y sus secuelas, el gasto en salud en general se esté reduciendo en términos reales, cuando la lógica nos dice que debería estar aumentando porque la pandemia ha generado más gastos”. Agregó que : “La infraestructura de los hospitales no es suficiente; entonces, ¿por qué esta reducción?”. No se tiene claro el papel que está jugando el Insabi. Nadie sabe cuál es su ejercicio presupuestario. Nadie sabe a ciencia cierta cómo maneja los recursos y en qué se está gastando”. Apenas en marzo, Grupo Reforma informó que en el primer bimestre del año, el Gobierno no ejerció 32 mil 502 millones de pesos que tenía programados para la Secretaría de Salud,  IMSS y e ISSSTE.

Pero otra gran razón, de mayor calado, del colapso de nuestro país en casi todos los rubros del bienestar, consiste en que toda la estructura del sistema neoliberal, profundizado ahora en la administración de López Obrador, que privilegia la concentración y centralización del capital y de toda la riqueza social producida, generando una terrible desigualdad. Antorcha propone como remedio una verdadera transformación social y económica que emerja de la unidad de todos los mexicanos, con un gobierno verdaderamente del pueblo, que ponga en marcha una política económica basada en cuatro ejes fundamentales: 1) empleo para toda la población económicamente activa, 2) salarios bien remunerados, 3) gasto público social que garantice salud, educación, vivienda y en general seguridad social y, 4) que paguen más impuestos quienes más ganen. Cierto que no es fácil lograrlo y que el camino está lleno de obstáculos, pero también, que no hay otro más que la unidad y acción conjunta de las millones de almas que claman justicia. 

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