En los días que corren, platicando con conocidos de muchos años, campesinos, amas de casa, jornaleros, gente de poblados y colonias que van al día, es decir, que sobreviven con el ingreso que generan diariamente cuando encuentran algún lugar que requiera de sus servicios temporalmente. Una primera queja que escuchamos es que en estos días están escasos los lugares que daban algo de trabajo a este sector de la población.
En una conversación cotidiana, una pregunta obligada es para saber cómo está la familia y como están sobrellevando la indicación de las autoridades, que a cada minuto escuchan en los medios de comunicación: "permanezcan en sus hogares, solo salgan si es que hay realmente algo importante que hacer fuera de casa". Esta gente la única razón que tienen para salir de sus hogares es buscar el sustento diario para sus familias.
Obedecer esta indicación para minimizar el riesgo de contagio del corona-virus conlleva contar con la suficiente solvencia económica para cubrir el costo de sus alimentos que a diario consumen. Los trabajadores que las estadísticas oficiales agrupan como trabajadores informales no disfrutan de ese privilegio, no tienen otra alternativa más que buscar todos los días el sustento diario, pero al no estar funcionando los negocios, talleres, los pequeños establecimientos que en tiempos normales alguna mercancía o servicio ofrecían; la situación de las familias que dependen de este sector de trabajadores se vuelve realmente difícil y desesperante.
Hace apenas tres semanas la mayoría de esta gente no dimensionaba la magnitud del problema que se avecinaba, como gente de buena fe que es, siempre estaban predispuestos a que el siguiente día sería mejor, la terca realidad es otra. Este problema de salud es nuevo para México y el mundo, en la historia reciente de la humanidad no se conocía un problema de salud pública con estas catastróficas dimensiones. Es un problema real, la gente que se contagia con este virus tiene probabilidades muy altas de morir, probabilidades que se elevan si padece de una enfermedad crónica o es adulto mayor.
Hay que destacar que el primer problema que esta gente enfrenta es la falta de empleo. Antes de que conozcan los síntomas de esta devastadora enfermedad, se encuentran con que ya no tienen empleo. En algunos municipios ubicados en la Costa Sur de Jalisco aún no se conocen casos de personas infectadas por este mortal virus, sin embargo, por estos días se empieza a manifestar la desesperación, por la falta de empleos suficientes para percibir un magro salario que en parte ayudaba al sustento de estas familias. Esta situación será mucho más difícil para las próximas semanas.
De manera sucinta, es la situación general en que las familias de la Costa Sur de Jalisco enfrentan estos tiempos del corona-virus: Sin empleo, con un sistema de salud deficiente, que carece de lo más indispensable para atender a los pacientes que tengan la necesidad acudir a sus instalaciones y, estar en condiciones de superar un contagio que ya sabemos tiene un porcentaje muy alto de ser mortal.
Ante este gris panorama, ¿Qué es lo que están haciendo muestras autoridades? Los insistentes llamados a que las familias permanezcan en sus casas ya no son suficientes y ha quedado rebasado. Con solo sugerencias a que se laven las manos y que se queden en casa, las familias más necesitadas no van a superar esta crisis que está causando la pandemia del Covid-19. Las noticias que cada segundo nos llegan de otras latitudes del planeta deberían sensibilizar, incluso a la autoridad más lerda, que es necesario tomar medidas más eficaces y por lo tanto contundentes, por ahora, para detener la propagación de este virus. El aislamiento de las personas ha demostrado su eficacia para detener la propagación de esta pandemia, pero para garantizar las condiciones necesarias de aislamiento, es necesario garantizar el sustento de las familias, prioritariamente, las familias más vulnerables, las que sin sufrir aún los síntomas del corona-virus, ya padecen las consecuencias de su contención. Esto tiene que ser así sencillamente porque en México, según las estadísticas más conservadoras, más del 70% de la población vive en la pobreza.
Por todo lo anterior, nos unimos a las voces que ya hace rato exigen a las autoridades en turno, instrumentar un plan actualizado y que asimile la experiencia que ya se ha generado en otros países para contener esta pandemia. Exigimos que las autoridades estatales y federales que actúen de inmediato, que garanticen servicios médicos y alimentos suficientes para que las familias, esas familias que las estadísticas oficiales reconocen que se encuentran en la pobreza y la pobreza extrema, cuenten con las condiciones necesarias para superar esta crisis.
Tienen la oportunidad los que se autonombran pertenecer a la 4T de manifestar su estatura de estadistas. Es su responsabilidad llevar a buen puerto a la gente que mueve a México, que es la gran mayoría, esta mayoría no son 30 millones de mexicanos; somos más de 90 millones, los cuales aún confiamos en nuestras leyes y nuestras instituciones; leyes e instituciones que se han venido forjando en el devenir de nuestra historia.
Un sector importante de mexicanos, al cual pertenezco, atentos a los acontecimientos trascendentales para México y consciente de lo que necesita hacerse en nuestro país, insistimos que, por la contingencia causada por el Covid-19, es necesario que se ejecute un plan nacional que garanticen el suministro de alimentos suficientes y la salud de las familias trabajadoras de México, en este momento esto debe ser la prioridad. No está de más también manifestar que no estamos de acuerdo que la 4T siga vulnerando nuestros derechos constitucionales y nuestros derechos como individuos, como ha estado sucediendo en estos días en el Estado de Puebla con el Movimiento Antorchista Poblano (MAP). Que conste.
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