Según el censo escolar de la Secretaría de Educación Pública (SEPH) al inicio del ciclo escolar 2020-2021, en el sistema de educación pública se hallaban inscritos a nivel preescolar un total de 94,687 alumnos; a nivel primaria 317,096 distribuidos en el sistema Conafe 3,573, General 305,771 y en el sector indígena 34,190; a nivel secundaria 160,323, de los cuales 1,826 estudiantes se hallaban inscritos en la modalidad comunitaria (Conafe), 72,692 en el sistema de secundarias generales, 36,612 en escuelas técnicas y 60,738 en el sistema de telesecundarias; en el nivel medio superior de 127,383 estudiantes inscritos, 83,461 estudiaban en el sistema de bachillerato general mientras que 59,244 lo hacían en alguna de las opciones de bachillerato técnico.

      Según datos del director del Instituto Hidalguense para la educación de los adultos (IHEA), Víctor Bautista Ramírez, en Hidalgo existen 650 mil personas en rezago educativo, de los cuales 160 mil son analfabetas, quienes en su mayoría son adultos mayores concentrados en comunidades alejadas de la Sierra y la Huasteca, que hablan alguna lengua indígena. Otros indicadores revelados por el Inegi, nos dicen que en 2020, en Hidalgo el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más de edad es de 9.4 lo que equivale a poco más de la educación secundaria concluida. Siete de cada 100 personas de 15 años y más, no saben leer ni escribir y los mayores porcentajes se encuentran entre las personas de 75 años y más con 38.4%; entre 60 a 74 años el 19.5% y entre 45 a 59 el 6.8%. 

      De acuerdo con una nota publicada el domingo 11 de julio del 2021 en el portal criteriohidalgo.com, en Hidalgo el 36% de la población padece rezago educativo, cifra que supera al promedio nacional de 33.3%, según la encuesta Nacional de Hogares (ENH); Hay que destacar que el 39% de la población escolar a nivel secundaria está inscrito en el sistema comunitario y de telesecundarias, lo que significa que un número aproximado de 62,564 estudiantes reciben una educación de calidad dudosa no sólo a las precarias condiciones de infraestructura educativa en que los docentes desempeñan la tarea educativa, sino también a que muchos de los profesores o bien son estudiantes avanzados de bachillerato. 

      Para ilustrar lo referido hasta aquí, sólo a título de ejemplo  mencionaré los casos de los tele- bachilleratos de San Ambrosio y San Gregorio que a pesar de que llevan ya entre cuatro y cinco años funcionando y han egresado ya por lo menos dos o tres generaciones de bachilleres, no cuentan con edificio propio y mal funcionan en instalaciones prestadas e inadecuadas. En el primer caso, padres de familia y la comunidad plantearon a la administración municipal anterior, se les brindara apoyo para la compra de un terreno propio donde construir el edificio escolar sin ninguna respuesta favorable; en el segundo caso, pese a que la comunidad -haciendo un gran esfuerzo- ya adquirió un predio, la construcción de las instalaciones sigue esperando pese a que ambas demandas están contenidas en el pliego petitorio entregado en tiempo y forma a la actual administración estatal encabezada por el licenciado Omar Fayad Meneses y que hasta ahora se ha negado a resolver. ¿Así se respeta el derecho a la educación gratuita, laica y obligatoria, consagrado en el Artículo 3 constitucional? ¿Son éstos los esfuerzos del Gobierno de Hidalgo para hacer realidad la educación de calidad de que tanto se habla?