MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Deserción escolar y las políticas de la 4T

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Durante la adolescencia se producen conflictos que afectan el equilibrio familiar, entorno y escuela, siendo uno de los problemas más preocupantes la deserción escolar; este factor es muchas veces aceptado e incentivado por las familias que viven en pobreza extrema y especialmente en familias monoparentales; es decir, que está compuesta por un solo progenitor y uno o varios hijos, familias  con padres ausentes o con escasa integración al proceso de crianza, lo que motiva al adolescente a la deserción escolar y lo que favorece la incorporación al mundo laboral con salarios mal remunerados; para el adolescente es la más rápida forma de satisfacción de sus necesidades y el escape de un entorno familiar que no le brinda ningún tipo de apoyo.

El desafío de todos los representantes del  sistema escolar, radica en distinguir y comprender el abandono del sistema escolar, entre los alumnos aquellos que solo tienen el deseo de estudiar y aquellos que sus deseos de estudiar compiten con sus deseos laborales; ya que quién deserta, desaparece del escenario escolar pero sigue viviendo en el escenario del barrio y del país en condiciones desmedradas con pocas posibilidades de reinserción escolar y con altas posibilidades de sobrepasar las normas legales.

El fracaso escolar, según Murillo (2012) es cuando un alumno o grupo de alumnos no alcanzan con suficiencia los objetivos educativos programados y propuestos como metas a alcanzar por todos ellos. Este autor menciona que es importante preguntarse quién fracasó y cuándo, sobre todo, por qué un alumno no alcanza los niveles de aprendizajes esperados después de haber estado varios años en el sistema educativo.

Visto desde esta perspectiva, el abandono escolar no sólo se produce por circunstancias socio-culturales, económicas y políticas adversas, sino por las características y la estructura que presentan los sistemas educativos y las escuelas. Entre los factores intraescolares más referidos por los estudios mencionados se encuentran el uso de prácticas pedagógicas inadecuadas para incidir en los jóvenes, el bajo nivel de aprovechamiento de los estudiantes y las cuestiones relacionadas a la interacción entre docentes y alumnos, sobre todo en lo que se refiere a dificultades en los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula. 

Si bien una de las causas importantes de deserción escolar es el ingreso económico del hogar, esta causa se refiere al momento en que la familia del estudiante no posee los recursos para financiar los gastos propios de la educación: uniformes, útiles escolares, transporte, alimentación, entre otras. Del mismo modo comprende la necesidad del estudiante de ayudar económicamente a su familia y abandonar sus estudios para insertarse en el mundo laboral. Weiss (2014) establece que sigue habiendo familias para las que el costo del bachillerato y no se diga de la universidad es demasiado caro: los pasajes, los materiales, la alimentación y la ausencia de un aporte monetario por parte del joven al gasto familiar mientras estudia.

Pareciera que todo esto no es novedad para los mexicanos puesto que los gobiernos en turno  fijan su atención en arreglar o por lo menos de corregir estas deficiencias en el sistema educativo mexicano y se vuelve ordinario escuchar que tal o cual alumno ha dejado la escuela por tener que trabajar y coadyuvar a sus padres, también es sabido desde que se canceló el programa Prospera, que la matrícula ha disminuido hasta en un 25 por ciento, estos datos son escandalosos sabiendo que la educación en el país está en decadencia, sin ningún indicio que dé a notar que esto mejorará, todos sabemos que no es así.

Esto que se dice aquí es verdadero, y muchos de mis amigos que se toman la molestia en leer mis artículos saben que, si no lo han vivido en carne propia, bien lo han visto con alguno de sus vecinos o conocidos y han sufrido de esa impotencia de no poder hacer algo para que esto mejore, pero afortunadamente el Movimiento Antorchista, desde su nacimiento, ha tenido la solución y explica la solución en una frase de manera clara ¡organízate y lucha!

Si no crees lo dicho, ve la realidad de tu estado o tu región; si son tus vecinos o tus hijos, me gustaría que pensaras como yo: esa fuerza juvenil tiene que organizarse y luchar si quiere otro futuro. Así como están las condiciones, no hay otra salida para los pobres de México más que organizarse buscando en común un nuevo futuro para las nuevas generaciones que están por venir, de lo contrario los dueños del poder seguirán haciendo lo que le convenga a las elites económicas.

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