Durante este mes de diciembre, los antorchistas veracruzanos despedimos el año con diversas concentraciones para conmemorar luchas históricas y trascendentes a lo largo de los más de 40 años de trabajo en la entidad. Con estos eventos públicos, además, dejamos plena constancia del vigor y vigencia de nuestra organización, y de que las calumnias y actos de represión ejercidos por los gobiernos morenistas poco pudieron hacer por detener el avance de nuestro trabajo organizativo y de politización entre las clases trabajadoras.
Ninguna gran transformación en favor de las clases trabajadoras puede hacerse sin la participación organizada y consciente de éstas.
El pasado fin de semana celebramos 34 años de la fundación del Ejido 13 de diciembre en el municipio de San Rafael y el 15 aniversario del trabajo antorchista en el municipio de Tihuatlán, con sendos eventos culturales de enorme valor artístico y en medio del entusiasmo de nuestros compañeros campesinos, colonos, maestros y estudiantes.
Los ejidatarios del 13 de diciembre libraron una lucha ejemplar hace más de 34 años y debido a su valentía y tenacidad, así como a la atinada dirección del Ing. Samuel Aguirre Ochoa y el Ing. Aquiles Córdova Morán, lograron derrotar legal y políticamente a los terratenientes de la región y obligarlos al reparto agrario de tierras que ocupaban ilegalmente. Fue una lucha dura y difícil, en la cual los campesinos fueron víctimas de la represión de los caciques y el gobierno al servicio de éstos, hasta que finalmente el asunto se resolvió a su favor tras más de 40 días en plantón frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En la actualidad la colonia 13 de diciembre, en donde viven los ejidatarios que lucharon por las tierras y sus familias, es un verdadero modelo de desarrollo social, pues cuenta con todos los servicios básicos, escuelas de todos los niveles hasta el nivel bachillerato, un centro de salud, calles pavimentadas y espacios suficientes para que sus habitantes se recreen practicando deporte o actividades artísticas.
Por su parte, la colonia Unidad Antorchista en Tihuatlán, también fue fruto del trabajo y lucha de cientos de colonos pobres que se organizaron para lograr un lote en el cual construir su casa y que a lo largo de estos 15 años han continuado luchando para ir consiguiendo la introducción de los servicios básicos que les permitan disfrutar de una vivienda digna y decorosa, tal como lo establece la Constitución de la República.
Además, en los últimos años han tenido que sortear distintos embates de los gobiernos morenistas que ha realizado intentos por reprimir y desorganizar a los colonos para impedir que continúen luchando por los servicios que aún les hacen falta, como son el drenaje sanitario y la pavimentación de las calles.
También el próximo 21 de diciembre la Fraternidad Antorchista en Tantoyuca, celebrará 15 años de fundación con un gran banquete cultural para cientos de antorchistas de la huasteca veracruzana. También la lucha por la formación de esta colonia en la que habitan más de 300 familias ha sido larga y difícil, los colonos tuvieron que vencer las resistencias del cacicazgo de la región que se negaban a entregar las tierras del fundo legal del municipio para uso habitacional, pues las tenían acaparadas para uso privado.
Aunque la lucha por el pleno reconocimiento legal de la colonia no ha concluido, a lo largo de los años la lucha organizada de nuestros compañeros ha permitido avances significativos en materia de servicios básicos, como el agua potable, y la fundación de un preescolar y una primaria. También han sufrido actos de represión e intentos por dividirlos.
Asimismo, entre el 19 y 21 de diciembre se realizarán diversos eventos artísticos en la ciudad de Córdoba para celebrar 20 años de funcionamiento de la compañía antorchista de artes “Ollin Yoliztli”, que durante más de dos décadas ha formado a cientos de jóvenes artistas y profesionales de la danza y el baile folclórico para masificar su práctica en muchos rincones de la entidad. Actualmente la compañía tiene presencia en los municipios Xalapa, Veracruz, Tierra Blanca, San Rafael y Tatahuicapan de Juárez.
Los festejos iniciarán el jueves con un desfile cultural y un encuentro de ballets folclóricos de distintos puntos de la entidad y concluirán con una gala cultural en el teatro Pedro Díaz de la ciudad de Córdoba. Con ello daremos muestra no solo de la calidad artística de los grupos antorchistas sino del inmenso trabajo de educación y sensibilización política del pueblo veracruzano desplegado desde hace varias décadas.
Como puede verse, tenemos muchas razones para estar contentos y seguros de que nuestro trabajo seguirá creciendo y penetrando en la conciencia y la vida de muchos más veracruzanos, pues el tiempo está demostrando que Antorcha tiene razón: ninguna gran transformación en favor de las clases trabajadoras puede hacerse sin la participación organizada y consciente de éstas.
No pueden hacerse transformaciones de arriba hacia abajo y las mejoras verdaderamente significativas en la vida del pueblo jamás son fruto de la bondad o la buena voluntad de los gobernantes, por muy nobles y honrados que sean. Los pobres deben organizarse y deben exigir la parte de la riqueza social que les pertenece.
Todos los aniversarios que estamos celebrando son un recordatorio vivo y contundente de que a los campesinos, colonos, obreros, estudiantes y clases populares en general no les queda otro camino que el de la organización y la lucha en las calles, para lograr mejorar su vida en serio.
Han pasado seis años desde la famosa transformación prometida y hoy podemos decir sin mala fe que no existe. Sigue haciendo falta un servicio de salud amplio y de calidad; un sistema educativo que haga a nuestros niños y jóvenes verdaderos conocedores de la ciencia y la tecnología para impulsar la producción nacional; los empleos siguen siendo insuficientes y los salarios apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas.
En los pueblos y colonias populares siguen existiendo inmensas necesidades en materia de servicios básicos e infraestructura física y sigue pendiente poner un freno a la descomposición del tejido social y al crecimiento de la violencia.
No existe ninguna transformación porque en los últimos seis años el gobierno impidió la organización de la gente, persiguió y reprimió a las organizaciones sociales, particularmente al Movimiento Antorchista Nacional y esto provocó que algunos gobiernos como el de Cuitláhuac García perdieran el rumbo y resultaran un rotundo fracaso, granjeándose el repudio de la gente, al convertirse en un nido de corruptos y prepotentes ineficaces.
Por estas y muchas otras razones, podemos mirar de frente al pueblo mexicano y decirles con mucho orgullo y seguridad, que en México sigue pendiente una verdadera transformación en beneficio del pueblo y que los antorchistas estamos dispuestos a impulsarla; los resultados de nuestro trabajo están a la vista y son prueba irrefutable de que sabemos cómo mejorar en serio la vida de los más pobres.
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