“A todos los niños de esta colonia los invitamos al evento que se celebrará en el parque de Gaviotas, por favor lleven a sus papás, a sus hermanos, asiste con tus abuelos, lleva a tus vecinitos, conviviremos de forma sana, estará todo el elenco de los Guzmancitos, Bely y Beto y las hermanitas Cárdenas, tomaremos un refrigerio junto al payasito Frijolito y, desde luego, te llevarás el juguete de tus sueños. No olvides decirle a tus papas que lleven su credencial de elector, tu diputado de la 4-T te espera, ¡no faltes!”.
Este anuncio se escuchó en la esquina de mi cuadra, una y otra, y otra, y otra vez, por lo que mi vecina me preguntó ¿es muy importante llevar la credencial de elector para que les den juguetes a los niños? Mi respuesta tajante fue que no debería ser requisito, lo que se regala debe ser por voluntad, sin condicionar los apoyos, pero en el próximo periodo electoral, cualquier evento es el pretexto para comprometer el voto de los ciudadanos.
Considero que un niño o niña es un proyecto de vida, es un compromiso para siempre, la decisión de educar a un niño tiene que ver con una cuestión filosófica, económica, cultural, social, proyectar la vida de un niño no depende de que sólo el 30 de abril nos supeditemos a llenarlo de regalos o juguetes. Seguir el esquema que nos marca este sistema socioeconómico en el que vivimos es un error, exponer a los niños en un evento político, donde se les utiliza como carne de cañón para atrapar a los futuros votantes es una perversidad. Pareciera ser que en un solo dia queremos recompensar a nuestra niñez por todas las dificultades reales a las que se enfrenta en su día a día.
Pero veamos que hay de los problemas por los que atraviesan los niños: violencia intrafamiliar (verbal y física), inseguridad en las calles, falta de alimentos básicos para su desarrollo, carencia de medicamentos, deserción escolar, éstos últimos por falta de recursos económicos, prostitución infantil, ¿y qué hay de la cultura como parte de la formación integral de un niño? La realidad nos indica que la preocupación principal de millones de familias mexicanas es llevar un poco de alimento a su mesa, tener dinero para comprar frijoles, tortillas, huevos, algún sobrecito de sopa, un poco de tomate y cebolla o un poco de café y galletas, y si se puede una coca cola. En este sexenio la pobreza aumentó de 51.9 millones a 55.7 millones de mexicanos, la pobreza extrema también aumentó de 8.7 a 10.8 millones de personas, al 40 por ciento de la población en México no le alcanza ni para la canasta básica y en zonas rurales el porcentaje aumenta hasta un 53 por ciento, los anteriores son datos que arroja el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo Social (Coneval), el flagelo de la pobreza en México, es como una sombra que día a día se presenta en millones de hogares.
Existe una brecha enorme entre un puñado de familias que son las dueñas de nuestro país y que cómodamente deciden quien será el próximo Presidente en turno, (no olvidemos que quien paga la campaña electoral es el que manda, el ganador sólo es el títere de la gran burguesía, con quien está en deuda) y, por la otra parte, millones de mexicanos en pobreza y pobreza extrema, para quienes están vedados los verdaderos eventos culturales, porque el pago de un boleto para presenciar una buena obra de teatro o un concierto de la orquesta filarmónica del estado, así como el hecho de que los niños reciban clases de ballet, música, baile, teatro, pintura etc. es prácticamente imposible.
Otro dato crítico que debemos abordar, es la inseguridad alarmante que actualmente sufren los niños: en los cuatro años y medio que lleva gobernando la 4T, han sido asesinados 8 300 menores de edad. Cada día, 7 menores son asesinados en México. Más que en el Donbas, ( una región en guerra al este de Ucrania ) donde mueren cinco niños al día.
Recientemente, un niño de seis años y sus padres, Conrado y Mercedes N., fueron asesinados por motivos políticos, el 12 de abril, en el estado de Guerrero. – información proporcionada por el CEMEES – por lo anterior, me uno a las voces que gritan ¡Justicia!. Ningún niño merece este triste final.
Pero, como diría un presentador de televisión, aún hay más: México es el segundo lugar mundial en turismo sexual infantil y se estima que son más de 20 mil niñas y niños víctimas del turismo sexual y la prostitución, advirtió la senadora Verónica Delgadillo García ante la cámara de senadores. Además, cuestionó el futuro que se está construyendo si los menores están siendo violentados, abusados y explotados, cuando deberían estar jugando, aprendiendo, creciendo y preparándose para ser el futuro del país.
Ciertamente, los mexicanos vivimos momentos muy difíciles, ¿qué decir del trabajo infantil?, ¿quién no ha encontrado niños menores de ocho años vendiendo flores, chicles, frutas en los semáforos?, ¿quién no ha observado a niños abandonados a su suerte en las calles?, ¿o quién no se ha enterado de niños recién nacidos encontrados en botes de basura? Es terrible la violencia que se transmite en canciones, películas, caricaturas y videojuegos. Pero, no basta con quejarnos de estos problemas, necesitamos unirnos y organizarnos bien para brindar a nuestra niñez una mejor educación y un mejor futuro.
Por lo anterior, mi estimado lector, te invito a organizarte con el Movimiento Antorchista, juntos podemos parar la ola de violencia que sufren los niños en México. Organízate y lucha, nunca te quedes callado ante las injusticias. Finalmente me despido compartiéndote las estrofas de una canción que escuché a lo lejos.
“Qué canten los niños, que alcen la voz,
Que hagan al mundo escuchar,
Que junten sus voces y lleguen al sol
En ellos está la verdad.
Que canten los niños, que viven en paz
y aquellos que sufren dolor
que canten por esos que no cantaran
porque han apagado su voz….
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