MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El 20 de Noviembre y la lucha actual de los mexicanos

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El 20 de noviembre se conmemoró el 110 aniversario de la Revolución mexicana, movimiento con el que se puso fin a una dictadura de más de 30 años mantenida por el general Porfirio Díaz, quien logró imponer “orden y progreso” a través del uso del aparato estatal, y que evitaba a toda costa las inconformidades de los sectores empobrecidos.

A través del “orden y progreso” se obtuvo un apreciable crecimiento económico que dio lugar a la aparición de las clases medias modernas y de trabajadores industriales; sin embargo, el modelo económico imperante se basaba en las grandes propiedades agropecuarias de pocas familias y en los negocios industriales, ferroviarios, mineros y petrolíferos de inversionistas extranjeros que desde entonces han explotado los recursos naturales y la mano de obra barata. 

La Revolución mexicana generó tres compromisos sociales que fueron plasmados en la Constitución de 1917. Con la reforma agraria se demandaba entregar la tierra a los campesinos, tomando en cuenta que la producción del país se basada en la producción agrícola, a lo que se opusieron los hacendados que eran los poseedores de grandes extensiones de las más productivas y, naturalmente, fuente inagotable de riqueza al tener sometidos a miles de campesinos para trabajarlas en la esclavitud.

El otro compromiso derivado de la revuelta fue el de los derechos laborales de obreros que exigió beneficios económicos, a lo que Porfirio Díaz se mostró renuente. Esto provocó los aguerridos movimientos de los mineros de Cananea en Sonora a mediados de 1906 y de los trabajadores textiles de Río Blanco, Veracruz, a principios de 1907 a los que se les reprimió violentamente, demostrando que Díaz no era capaz de resolver los problemas traídos por la modernidad.

En tercer lugar se consideraron beneficios sociales como una educación estatal laica y gratuita para toda la población; se habló de garantizar la salud, el derecho a la vivienda digna y decorosa, del derecho a la libertad de expresión y manifestación pública de las ideas, etcétera.

A más de un siglo de distancia hoy podemos evaluar lo logrado con esta movilización armada en la que miles de mexicanos de norte y sur dieron la batalla en contra del Gobierno federal con la consigna de que las tierras fueran para quien las trabaja y otros derechos de los que el México moderno aún debe al pueblo.

Con Morena no hay recursos públicos para las necesidades, pues centran su política en la repartición de dinero como una forma de mantener cautivo el voto popular y la perpetuación de la 4T.

Pero vemos que los pobres siguen sin tierras o si las tienen son de la peor calidad y en pequeña extensión; que no hay trabajo ni medios para educarse y que a la llegada de la “cuarta transformación” se les prometió que esta sería otra época, priorizando el “primero los pobres”; un engaño de un régimen que emula al de Díaz por intolerante y represivo.

Con Morena no hay recursos públicos para las necesidades, pues centran su política en la repartición de dinero como una forma de mantener cautivo el voto popular y la perpetuación de la 4T en el poder, con la consecuencia lógica de que ya no exista dinero del erario para atender la carencia de obra pública que es de impacto social.

En la campaña electoral que se avecina, los ciudadanos deben exigir a los candidatos que lleven propuestas para introducir agua potable, drenaje o pavimento, electrificaciones, escuelas u hospitales para sus localidades y se exponga su visión ante la necesidad de empleo bien remunerado que permita cubrir todas las necesidades de su hogar, para que los derechos no sean sólo de papel y discursos sin fondo en tiempos de convencer a incautos.

Algunas personas creen que están incurriendo en una ilegalidad pero no es así; nos han hecho creer que es malo exigir al Gobierno que los impuestos se destinen a realizar obra pública y su mantenimiento, y esto tiene consecuencias, pues por no destinar recursos al rubro han pasado desgracias.

Como ejemplo, tenemos a los damnificados por el huracán “Otis” en Acapulco, donde miles perdieron sus bienes pero al Gobierno le parece que es mucho gasto y los diputados federales, con mayoría morenista que deberían respaldarlos, no destinaron ni un peso en el PEF 2024 para la reconstrucción del puerto. Tampoco hay recursos para el seguro catastrófico de la sequía en Zacatecas y otros estados secos.

Los mexicanos debemos estar unidos para exigir que se materialicen los derechos logrados con la Revolución de 1910 e impulsar el desarrollo. Aquí existen especialistas con vocación social que pueden contribuir a resolver los problemas de la gente pero con la condición de que no se separen nunca del pueblo que les ha heredado la preparación técnica, buscando que los conduzcan rumbo al desarrollo del México moderno, pero con justicia social. 

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