En la ley federal del trabajo se establecen derechos y obligaciones muy precisos tanto de los trabajadores como de los patrones, tanto para personas físicas como morales, en nuestra carta magna. Por ejemplo, en su artículo 1ero se habla del apartado “A”, artículo 123, donde se establecen todos los derechos laborales y desde luego las obligaciones también.
Ya en su artículo segundo de este apartado se habla también del equilibrio que debe haber entre el capital y el trabajo, se habla pues, de justicia social.
Hablo acerca de esto por los recientes hechos violentos suscitados en el estado de Tabasco, el paraíso, donde se está construyendo la refinería denominada “Dos bocas”, proyecto ambicioso del actual gobierno morenista y en donde 5 mil trabajadores, aproximadamente, fueron víctimas de una represión violenta por parte de las corporaciones policiacas que están al servicio del estado, tanto local como federal. ¿Cuál fue el delito de los trabajadores para ser tratados así? Exigir que se respeten sus derechos laborales, y en primer lugar el derecho de petición, porque es la libertad que posee cualquier ciudadano para solicitar y exigir en un momento dado, cuando por cuestiones burocráticas es ignorado y no se le ha dado además, la atención suficiente a su petición, y tal parece que este derecho ha sido anulado por el gobierno morenista, ya que en lugar de respetar nuestra constitución el gobierno hace todo lo contrario, es decir, dar la orden de enviar a las fuerzas represoras, que para eso fueron entrenadas y reprimir físicamente a los trabajadores, cortando de tajo el derecho que les asiste como ciudadanos mexicanos y como trabajadores de una empresa, ¿es así como el gobierno morenista resuelve los problemas de los verdaderos productores de la riqueza de nuestro país?; y como siempre, los culpables son otros menos él, ya que hoy sale a decir que los culpables de la protesta son los sindicatos que se están peleando la titularidad, es fácil culpar a otros, y no digo con esto que los sindicatos no tengan nada que ver en esto, pero la esencia del problema es que las condiciones de trabajo y la fuerza de trabajo no son y nunca han sido las más dignas de un trabajador mexicano y esta es la verdadera causa del por qué del paro laboral y en esto tiene tanto que ver la empresa constructora como el mismo presidente de la república que se está lavando las manos para no aceptar su responsabilidad como lo ha hecho ya con otros problemas, como los incendios e inundaciones por ejemplo; así, la reacción del gobierno ante la protesta justa es contraria, por tanto, a los derechos humanos fundamentales, una protesta que solo busca precisamente el equilibrio entre el capital y el trabajo, algo básico que el gobierno no ha entendido en este modelo neoliberal que él mismo dice que ya lo extirpó por decreto presidencial.
Y sucede lo de siempre desgraciadamente, que en este tipo de sucesos alguien sale perdiendo, incluso hasta la vida, y es el pueblo trabajador, los débiles, los marginados y a los que todo gobierno promete proteger y apoyar cuando así sea necesario. Ante estos hechos lamentables, ¿podemos seguir creyendo que López Obrador es el presidente que México necesita? Yo creo que no, y no por estos hechos nada más, sino porque sigue rodeado de la misma estructura que ha sido utilizada ya por los anteriores gobiernos, no hay diferencia pues, porque al pueblo y a los trabajadores se les sigue dando el mismo trato, se les acusa de desestabilizadores sociales y prácticamente de delincuentes y dos de ellos pierden la vida por intentar defender un derecho, que el gobierno morenista les ha negado también por el solo hecho de ser solo obreros asalariados, gente humilde y sencilla; la política aplicada sigue siendo la del viejo estilo caciquil y charril y López Obrador no es diferente a los demás por más que lo repita, porque esta práctica él la heredó de esa vieja escuela precisamente.
Hoy los trabajadores, los obreros de nuestro país, los que han sido atropellados en sus derechos y los que no también, deben hacer un frente común para frenar la violencia que viene ejerciendo el morenismo en todos los aspectos de la vida social y política del país. El respeto y la atención de nuestros derechos son irrenunciables, y por ser irrenunciables seguiremos exigiendo aunque el gobierno actual quiera cambiar nuestra constitución y hacerla a su conveniencia, el silencio de siempre hoy se vuelve un grito de protesta, y a López Obrador no se le debe olvidar eso.
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