MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El futuro de Huitzilan está en manos de los jóvenes

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Los jóvenes huitziltecos deben conocer y entender el pasado, para comprender el futuro. El sufrimiento y la vida que ofrendaron muchos hombres para llevar a su pueblo por un mejor  camino debe conocerlo la juventud huitzilteca, porque ellos deben ser quienes ahora encabecen a su pueblo, quienes lo dirijan con una idea clara y con su espíritu revolucionario que siga los ideales de quienes nos dieron vida. Es necesario que los jóvenes conozcan a fondo la negra historia que vivió Huitzilan de Serdán por culpa del cacicazgo y los pistoleros de la UCI, pues es lo que la llevó a luchar por la libertad y a ser encabezada por los mejores hombres salidos del mismo pueblo. Un joven que verdaderamente ama a su pueblo nunca traicionará estos ideales. 

El terror que vivió el municipio, hasta hoy, no se ha olvidado; son dos etapas que llevaron a Huitzilan a un estado de injusticia y violencia. La primera es la explotación del cacicazgo; recuerdo que en alguna ocasión, don Martín de Gante me contó que lo que lo impulsó a levantarse a luchar fue el sufrimiento que vivían en esos tiempos, cuando los señores poderosos (los Acos) obligaban a trabajar al campesino a cambio de un salario miserable que no le alcanzaba ni para comer: se tenían que levantar desde muy temprano, antes de que saliera el sol, y la paga era solo 3.5 kilos de maíz.

La segunda etapa fue en 1978, cuando llegó a Huitzilan la Unión Campesina Independiente (UCI), según ellos, a repartir tierras y a liberar a los huitziltecos de los caciques. Pero, como dice el corrido de Filiberto Hernández Bonilla, sí repartieron las tierras, pero de tres metros por cuadro, pues esta organización se deformó a la muerte de sus líderes y las armas se quedan en manos de hombres que sin tener conocimiento de la lucha, asesinaron a decenas de huitziltecos; hicieron que medio pueblo huyera de Huitzilan y otros tantos quedaran encerrados en un pueblo sometido por la violencia, el robo y la opresión. Cuando comencé a investigar más sobre la historia de Huitzilan, un camarada me contó que vio la violación de una mujer enfrente de su esposo, y después fue asesinada. He escuchado de voz de muchos paisanos que por el asesinato de un maestro que estaba de visita cerraron las escuelas, además que se cuenta que cuando se escuchaban tiros se rumoraba: “mataron a alguien, otra vez”, y no podían hacer nada porque si levantaban el cadáver corrían el riesgo de terminar con la misma suerte.  

Fue gracias a un grupo de hombres valientes que se levantaron y fueron en busca de la salvación, que Huitzilan logró la transformación. Después de buscar ayuda entre los diferentes partidos políticos y niveles de gobierno, sólo la encontraron en el Movimiento Antorchista Nacional, y bajo la guía del maestro Aquiles Córdova Morán fueron orientados para conquistar la paz y la tranquilidad. Gracias a ello, a partir de 1984 una nueva vida comenzó para el pueblo huitzilteco: cambiaron el rumbo, lo desarrollaron, impulsaron la educación en todos los niveles, el arte y el deporte. No se puede comparar a Zapotitlán, Zongozotla y otros pueblos cercanos con Huitzilan, porque el avance es mucho: según datos del Inegi 2020, el 98% de la población tiene energía eléctrica, el 96.4 % tiene agua potable, el 82.4% cuentan con drenaje sanitario; todo esto gracias a la organización. Los huitziltecos Iniciaron otra etapa formando hombres nuevos, profesionistas al servicio de su pueblo como fue el caso de de Berenice Bonilla López, joven artista que no solo se destacó por su talento para la poesía y el baile, sino que ese conocimiento con el que logró nutrirse, lo devolvió al pueblo; fue una maestra que siempre luchó y trabajó para que los niños y jóvenes obtuvieran esa educación integral que les permite ser hombres nuevos y sensibles ante las injusticias. 

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Además, el pueblo huitzilteco dio a luz a uno de los más importantes líderes, un profesionista que llevó a Huitzilan a un desarrollo acelerado, el licenciado Manuel Hernández Pasión, quien además de que nos trajo un gran desarrollo en materia de educación, de infraestructura, educó al pueblo porque sintió esa necesidad de que los niños, jóvenes,  y sus padres, despertaran, conocieran la historia de su pueblo y también identificaran a  a los culpables de la época de terror. Por esa importante labor y por convertirse en uno de los líderes antorchistas más importantes de la zona fue acribillado por las balas asesinas del cacicazgo de la región. Recordemos que al licenciado Manuel las amenazas de muerte le llegaron a través de un escrito publicado en el periódico La Jornada de Oriente, en la que Alonso Aco le dijo: “Por último les decimos, con todo el respeto que se merecen: Cuídense mucho, no vaya a ser que alguien de ustedes aparezca por ahí muerto o malherido para inculpar a otros”. El licenciado Manuel fue asesinado días después por seguir el proyecto de desarrollo de Huitzilan, por trabajar para mantener la paz y tranquilidad del pueblo huitzilteco.

Por eso, los jóvenes huitziltecos debemos tener conciencia de clase, entender que pertenecemos a la clase explotada, porque eso nos servirá para dar la lucha para cambiar la situación en la que nos encontramos; nos sirve para comprender por qué Huitzilan estuvo sometida a la violencia del cacicazgo y de la UCI, y para no repetir esa triste y trágica etapa que vivió. Yo, como antorchista, hago la invitación a todos los jóvenes huitziltecos a que conozcan al Movimiento Antorchista, porque somos el pilar, la vanguardia que ayudará a nuestro pueblo a salir adelante. Es importante la incorporación de jóvenes a la lucha organizada, porque una organización que no se nutre de jóvenes y no están educados políticamente, es una organización que cae, como pasó con la UCI y con los Aco. Por eso la tarea de los jóvenes es sacar al pueblo de la ignorancia, de la desorganización, del sometimiento de los que los están matando de hambre y de enfermedad, y con la guía de Antorcha lo podemos hacer. 

Debemos tener esa voluntad de luchar, vencer y no ceder ante el enemigo, por muy poderoso que sea. Los convocamos a que se sumen a esta tarea, porque juntos seremos invencibles. La liberación del pueblo debe ser obra del pueblo, nosotros debemos de seguir por donde Antorcha nos trae, porque desde hace tiempo escogimos esa ruta y los hechos dicen que la única que habla con la verdad es Antorcha.

“Juventud, al combate, que es preciso

dejar este risueño paraíso;

gigante y no pigmeo

hay que ser de la vida ante el topacio;

¡caballeros andantes, al torneo,

águilas solitarias, al espacio!

 

El futuro te espera y con sus flores

perfumará tus íntimos dolores;

es tuyo el porvenir, tuyo el mañana

de senda larga y dura y escabrosa…

¡Juventud!, al combate, ya es la hora”.

 

Fragmento de “A la juventud”, de Gregorio de Gante

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