Veracruz es considerado un estado megadiverso en México; sin embargo, ha sufrido una terrible deforestación al punto de contar con el 72% de territorio ocupado por actividades agrícolas y ganaderas que han sustituido la cobertura vegetal original. Cuenta con una precipitación media anual de 1,506 mm y el 35% de las aguas superficiales mexicanas atraviesan el territorio veracruzano (Semarnat, 2020). Además, tiene 40 ríos que están integrados a 10 cuencas hidrológicas, donde destacan los ríos Pánuco, Tuxpan, Cazones, Nahutla, Jamapa, Papaloapan y Coatzacoalcos. Por ello, Veracruz tiene la incidencia más alta en inundaciones en el país y sus efectos alcanzan a 2,189 localidades en 118 municipios en las que habitan 1.5 millones de habitantes (Inegi, 2020).
Los datos arriba mencionados, nos dan una idea clara de que Veracruz vive literalmente en agua, porque cuenta con un litoral de 745 kilómetros, esto representa el 29.3% (casi una tercera parte) del golfo de México. Sin embargo, la mayoría de los veracruzanos no tienen acceso al agua potable como lo estipula el artículo 4to de nuestra Carta Magna que dice: "Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios”. Como se ve, el derecho al agua está en manos del Estado.
Sin embargo, la realidad es diferente como lo podemos constatar en el estado de Veracruz, pues, en días recientes, el gobierno de Cuitláhuac García emitió la Cuarta Alerta Preventiva contra la covid_19 en las ciudades y municipios con mayor contagio en el estado, esto incrementa la demanda del agua para mantener las medidas sanitarias, pero al mismo tiempo se incrementó la escasez de agua en la Huasteca por el mal servicio y cientos de fugas por falta de mantenimiento en el sistema hidráulico en Tantoyuca. Asimismo, se incrementaron los costos, ya que llenar un tinaco le cuesta de 300 a 500 pesos a cada familia semanalmente.
En este sentido, el Movimiento Antorchista en esta ciudad, denunció la situación que padecen los habitantes de 15 colonias y la zona rural en los bienes comunales de Santa Clara solicitando la intervención del gobierno estatal. Ante dicha acción, se recibió una llamada del encargado de la oficina operadora con sede en Tantoyuca, Ing. Macario Santos Redondo para reclamar por dicha denuncia y con voz cínica dijo: "que la gente no se quejaba y que no iba a hacer nada”. Esto sólo mostró ante los quejosos la insensibilidad, la soberbia y la incompetencia de los funcionarios de la 4T para atender un problema elemental de miles de tantoyuquenses.
Por lo visto, la actitud déspota y de menosprecio en los funcionarios de la Cuarta Transformación es un vulgar remedo de su guía espiritual atrincherado en la presidencia de la República; pues, es la misma forma de tratar y responder a los problemas más apremiantes de los mexicanos.
Por eso, los tantoyuquenses viven en condiciones precarias a pesar de contar con suficiente agua en el municipio y en todo el estado; entonces, el problema de fondo no es la escasez, el problema reside en contar con funcionarios que no tienen la capacidad ni la voluntad para resolver los problemas más apremiantes de los huastecos. Porque su labor se reduce a hacer proselitismo político con el erario público y su alta especialización sólo se ve en las pintas de bardas de la 4T que provocan contaminación visual, esa es su verdadera tarea.
La actitud señalada arriba por un peón de está mal llamada Cuarta Transformación, es la misma que se repite a nivel nacional con el presidente de la República, pues, a pesar de haber sufrido en carne propia la covid-19 sigue menospreciando las medidas sanitarias, al no utilizar cubrebocas, y sin cambiar la estrategia que es evidentemente un fracaso nacional e internacional. Aunque diga "vamos bien o requete bien&rdquo, "ya domamos la pandemia&rdquo, "ya compramos muchas vacunas” sin haber vacunas y cosas semejantes, la realidad le refriega en las narices que hay 2 millones de enfermos confirmados, 170 mil muertos (oficiales), más de 400 mil muertos (no oficiales) con una letalidad del 8% y un promedio de 1,121 muertos por día, que nos coloca como el tercer país a nivel mundial con mayor número de muertos y contagiados. Ese es el espíritu transformador de Morena y sus adeptos.
Por ello, la respuesta del Ing. Macario Santos Redondo jefe operador de la CAEV en Tantoyuca no es una casualidad, es producto de la ocasión y la improvisación de un gobierno carente de principios, ideales y un proyecto de nación que permita a la clase trabajadora vivir como humanos en una patria más justa. La actitud del gobierno morenista es la decadencia de la vieja clase política que intentó camuflarse cambiando sólo de color, pero no en su esencia, ni sus viejas prácticas, ni sus objetivo más perversos; sino todo lo contrario, la radicalizó para generar mayor desigualdad en el pueblo mexicano.
Entonces, el problema del servicio de agua potable en la Huasteca no se debe a que haga falta lluvia o fuentes de abastecimiento, se debe a la negligencia de quienes dirigen estas instituciones; lo mismo sucede a nivel nacional, la muerte de tantos mexicanos no se debe a que hagan falta doctores o voluntad de las fuerzas políticas en nuestro país; se debe fundamentalmente a la actitud genocida del presidente que no dispone de los suministros suficientes para enfrentar el problema de la pandemia. Por ello, todos los adeptos de López Obrador lo emulan, pero su actitud negligente está llevando a una catástrofe irreversible a nuestro país.
Ante esta situación, los mexicanos tienen que tomar conciencia sobre que esta forma de gobernar no beneficia a las grandes mayorías, que sigue beneficiando a la misma clase poderosa que se incrustó desde la conquista de México. Por lo tanto, es necesario tomar partido en las próximas elecciones del 2021, para poner a los verdaderos representantes del pueblo trabajador en el poder.
La mayoría de los representantes genuinos de la clase trabajadora se encuentran en el Movimiento Antorchista Nacional, quienes pueden mostrar con hechos sus grandes obras y una larga trayectoria de trabajo y honradez a favor de los pobres de México. Al final, lo que sucede en la Huasteca es un ejemplo claro y fehaciente de lo que sucede en todo México; por ello, todos los mexicanos debemos repudiar esta política genocida de Morena y su cuarta deformación. Vale.
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