Según lo que se conoce sobre la historia del desarrollo de la sociedad, a partir del momento en que la comunidad tribal, o comunidad primitiva, como se le conoce a la primera organización social antigua, donde no había intereses opuestos en la tribu, fue superada por el esclavismo, primera organización social dividida en clases, por un lado la clase dominante, que concentraba el poder económico y el poder político, por otro, la gran masa de esclavos que vivían en condiciones infrahumanas considerándolas como su propiedad y que tenían en sus espaldas que trabajar, con una ración miserable, para darle de comer, beber, placeres, etc., a todas las familias esclavistas, a los gobernantes y a las nacientes instituciones que ejercían el poder policiaco y burocrático; desde entonces primero los esclavos y después los siervos de la gleba y ahora, en el capitalismo, los obreros, campesinos y pueblo trabajador, han sido encabezados por líderes ejemplares, como el ilustre Espartaco quien junto a sus hermanos gladiadores, en un movimiento de grandes proporciones que asestó un golpe casi mortal al imperio romano. En México, Hidalgo, Zapata, Villa, etc., que han encabezado su inconformidad y exigencia al gobierno de dar mejores condiciones de vida. Hoy en nuestro país, dado que la gran mayoría de los mexicanos, siguen careciendo de obras y servicios, o son atropellados por las acciones del presidente López Obrador, como el despido de los mas de 2,000 trabajadores de la salud en Oaxaca, y la represión sangrienta del gobierno de López Obrador sobre los trabajadores de la refinería en Dos Bocas en Tabasco, se levantan voces de organizaciones, profesionistas, intelectuales, científicos y líderes sociales para reclamar mejores condiciones de vida y en contra de la falsa política de López Obrador. La historia nos informa del reclamo de los de abajo y la respuesta de la clase dominante, a través de sus gobiernos, el reclamo de la lucha popular.
El estado de Oaxaca, en particular, se ha caracterizado históricamente por su destacada participación en la lucha social y eso hoy es el pan de cada día: bloqueos de carreteras, toma de oficinas, marchas, plantones, cadenas humanas, etc., para protestar y exigir, al gobernante en turno, solución a sus demandas, las que cada una de ellas estén planteando, en su momento. Es bastante probable que algunas de estas organizaciones y sus lideres sean afines al gobierno o incluso cilindreadas por él mismo, para usarlas en favor de sus intereses, y que para cubrir su verdadera naturaleza abanderan temas sociales, sobre todo “representando” a las clases mas desprotegidas. Después de todo, con diferentes métodos de lucha, exigen al gobierno la solución a sus demandas en beneficio de sus representados.
¿Y cuál ha sido la respuesta de los gobernantes ante esta exigencia de las masas, que en muchos casos ha llegado hasta las armas? Desprestigiar con calumnias a los líderes, organizaciones y movimientos revolucionarios, con epítetos, calificativos agraviantes y prefabricar delitos para envenenar la cabeza del pueblo en general, y así colocarlos fuera de la ley, para repudiarlos, encarcelarlos y, en muchos casos, para preparar el terreno con el negro propósito de justificar su asesinato. Así responden los gobernantes a las protestas y exigencias del pueblo trabajador.
Por eso a los antorchistas de Oaxaca y del país, no nos extrañan los recientes ataques que recientemente han circulado en las redes sociales, calumniando y desprestigiando al dirigente estatal, Dimas Romero González, y al Movimiento Antorchista, porque sabemos con toda certeza, que él que lo escribe y publica se comporta como un miserable al que no le importa ir contra su propia clase social, sabemos con toda certeza que el que estructura estos ataques es el gobierno, pues no le gusta que Antorcha esté apoyando a los trabajadores de la salud despedidos. Otra vez pues, como en el pasado, el gobierno, calumniando y desprestigiando a líderes y organizaciones, y así poner a la opinión publica en su contra. Antorcha no es primeriza en esto, conocemos a las mañas del gobierno y por eso mientras asista la justicia a nuestra lucha, la seguiremos dando hasta donde tope. Que conste.
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