Hoy quiero hablarles de un periodista combativo que, desde su gran legado literario, nos llama a no tener miedo, nos conmina a luchar por los ideales, me refiero a Albert Camus. En memoria de los periodistas asesinados en el cumplimiento de su deber y sobre todo a los  valientes que aún con la persecución desde el púlpito de Palacio Nacional no han quitado el dedo del renglón y siguen denunciando a los malos gobernantes, a los periodistas que no se venden y tienen claro que hay que denunciar las arbitrariedades que cometen los servidores públicos.

Albert Camus nació en 1913 en Mondovi, Argelia y murió en 1960 en Francia, su infancia transcurrió en la pobreza, con toda clase de circunstancias adversas: su padre murió antes de que él cumpliera un año de vida, en 1914. Sin embargo, antes de que comenzara la segunda Guerra Mundial ya había logrado cierta reputación como ensayista y como cofundador de “L’équipe”, una compañía de teatro proletario en la que intervino como director, actor, autor y teórico. Viajó por Europa, trabajó como periodista durante la resistencia y por algún tiempo, al terminar la guerra, editó el periódico Combat. Colaboró también con L’Express y fue asesor literario de la editorial Gallimard.

Copio  de su obra “El estado de sitio” (1948) lo siguiente: “Es verdad que usted miente y que seguirá mintiendo en lo sucesivo, hasta el fin de los tiempos. ¡Sí! He comprendido bien su sistema. Les dan ustedes el dolor del hambre y de las separaciones para distraerles de su rebelión. Los agotan, devoran su tiempo y sus fuerzas para que no tengan ni la ocasión ni el impulso del furor. ¡Patalean, alégrense! Ellos están solos a pesar de ser masa, de la misma manera que estoy solo yo. Cada uno de nosotros  está solo a causa de la cobardía de los otros. Pero yo, que estoy esclavizado como ellos, humillado como ellos, sin embargo le anuncio que usted no es nada y ese poderío desplegado hasta oscurecer el cielo, no es más que una sombra lanzada sobre la tierra, que en un segundo un viento furioso va a disipar. Usted había creído  que todo podía ponerse en cifras y fórmulas. Están ustedes perdidos, se lo digo. En medio de sus más aparentes victorias, ya están vencidos, porque hay en el hombre -míreme a mí- una fuerza que ustedes no podrán reducir, una locura clara mezcla de miedo y de valor, ignorante y victoriosa para siempre jamás. Es esta fuerza la que va a levantarse, y entonces verán cómo se esfuma vuestra gloria”.

Los grandes escritores son genios que ven más allá de su tiempo, que saben hablarnos y por  eso es necesario ir a sus obras, esta obra de teatro (el estado de sitio) habla de la Peste, pero se refiere al sistema, el cual es más terrible que la epidemia, que mata más el sistema que la misma peste bubónica. ¿Cuántos muertos contamos ahora por la pandemia del covid-19?  En México las cifras oficiales rebasan los 300 mil, pero sabemos que hay muertes no contabilizadas,  y son más los muertos por la mala atención de la pandemia, en los países con sistema capitalista, donde se volvió al trabajo, sin tomar en cuenta el incremento de contagios, pues no les importa la vida de los trabajadores, solo importan las ganancias.

Pero como dijo Camus, llegará el momento de perder el miedo y la masa se rebelará, no lo duden. Poco a poco la unión de algunos valientes nos dará  valor. Esa antorcha encendida en nuestro corazón iluminará con su llama al mundo.

Desafortunadamente ahora hay un mentiroso consumado en el poder, llegó con mentiras y nos sigue mintiendo día a día, pero igual la verdad se abrirá paso. Ahora conserva mucha popularidad, pero eso no es sinónimo de buen gobierno, y no se  mata la verdad asesinando a periodistas. El gran “Quino” periodista, creador de Mafalda dijo: “¿Practicas un deporte de riesgo? Sí, a veces doy mi opinión”.

En el Movimiento Antorchista se impulsa la lectura, la escritura, el arte y la ciencia, te invitamos a conocernos y a participar, que más temprano que tarde la masa tendrá dirigentes honestos que la educarán y entonces nada detendrá a una sociedad organizada, educada y combativa.