Desde la tragedia en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, donde murieron 26 personas, los problemas han sido más frecuentes con ese medio de transporte masivo que mueve a más de cinco millones de usuarios diariamente. El último episodio fue hace unos días en la Línea 3 donde perdió la vida una joven estudiante de la UNAM y alrededor de 100 heridos por el choque de dos trenes.
Tan sólo el hecho de llevar el control de los trenes con papelitos, desde el centro de operaciones, como quedó de manifiesto en los medios de comunicación, es una prueba fehaciente del gran abandono del sistema Metro y de la negligencia del gobierno capitalino encabezado por la morenista, Claudia Sheinbaum, quien ha salido con el cuento de los sabotajes para justificar la presencia de seis mil elementos de la Guardia Nacional, además de sostener que las inversiones en el Metro son cuantiosas y, según ella, no hay recortes. Pero ¿cuál es la cruda realidad? De otra forma, ¿a qué se debe que los problemas siguen y no terminan de salir a flote un día sí y otro también? Veamos algunos datos que revelan el abandono y la mala administración del Metro.
En primer término, el presupuesto asignado al sistema Metro en este año, mismo que asciende a 19,769 millones de pesos, no supera el ejercido en el año 2018, que fue de 22,882 millones, último año del gobierno de Miguel Mancera (www.m-x-com). Es decir, existe una reducción real del presupuesto del 13.6 por ciento, pues mientras con Mancera se invirtieron 100 pesos, con Sheinbaum apenas 86, la diferencia es clara. Además, hay que señalar que el año pasado hubo un subejercicio en el primer semestre del orden de 3,063 millones de pesos, lo cual significa que no se habían ejercido por una mala administración de los recursos.
En segundo término, los recursos destinados específicamente al mantenimiento del Metro disminuyeron en un 18.7 por ciento, entre los años 2018 y 2022, al pasar de 2,610 a 2,122 millones de pesos. Lo anterior es más grave aún si consideramos que no se ejercieron todos los recursos asignados, por ejemplo, no se gastó el 7.8 por ciento y el 4.3 por ciento en los años 2020 y 2021, respectivamente.
En tercer término, los recursos federales asignados al Metro también sufrieron un recorte, pues mientras en 2018 fue de 10, 237 millones de pesos en 2021 disminuyó a 8, 298 millones en números redondos, lo que equivale a una reducción del 18.9 por ciento.
Estando así las cosas, es evidente con los datos expuestos, que los problemas que actualmente tiene el Sistema Metro son producto de los recortes que le han hecho, sobre todo, de 2018 para acá, y que coinciden con los gobiernos de Sheinbaum y López Obrador. Por tanto, querer justificar las tragedias recientes y las fallas en el sistema, aduciendo posibles sabotajes, es una cortina de humo a los ojos de los mexicanos y de los usuarios, puesto que dichos gobernantes han castigado el servicio del Metro, asignando menos recursos no sólo para su mantenimiento sino para la modernización de todo el sistema y la adquisición de nuevos trenes que suplan a los cientos de trenes ya fuera de circulación.
Los mexicanos tenemos que levantar la voz ante malas acciones y no dejarnos engañar por quienes nos gobiernan, máxime que los recursos destinados al Metro son resultado de los impuestos que pagamos todos y por consiguiente nos merecemos un mejor servicio. El hecho de que se destinen elementos de la guardia nacional para la seguridad del Metro tampoco abona para la mejora del servicio porque es de otra naturaleza lo que hace falta, como queda dicho.
Los capitalinos están en todo su derecho de exigir mejor servicio del Metro porque se lo merecen y, ante todo, porque está de por medio la vida de millones y millones de transeúntes que a diario tienen que transitar en éste que es su único medio de transporte y eso implica mayores recursos asignados y una mejor administración de los mismos.
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