MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El opio del poder político y económico

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Considero que todos como seres humanos cometemos errores, errores que muchas veces pueden ser intencionales o premeditados y otros quizá inconscientes o no intencionales, pero lo grave de estos errores es que muchas de las veces traen consecuencias y a veces hasta la vida misma se pone en riesgo y más aún, cuando se es funcionario público o se tiene bajo nuestra responsabilidad un gobierno que debe responder o rendir cuentas ante un pueblo o una sociedad determinada. 

Esta reflexión la expongo debido a que, a lo largo de nuestra historia como país, han pasado muchos gobernantes que han dirigido el destino de México, gobernantes que siempre han hecho el compromiso de velar por la seguridad y bienestar de los mexicanos, pero la realidad también siempre se ha impuesto y ha terminado por demostrar que todos los gobernantes en turno no han tenido la visión política suficiente ni han estado dispuestos a cumplir y cambiar. 

Es decir, no han estado dispuestos a revolucionar lo que debe ser revolucionado para el bien de todos los mexicanos sin distinción de ningún tipo; decía pues, que la realidad se ha encargado de demostrarnos que los compromisos hechos por los gobiernos antes de serlo, cuando inician una campaña de convencimiento para lograr su objetivo, y una vez logrado, se convierten en su contrario, en otras palabras, cambian totalmente en su manera de ser y de tratar a la gente, ya no son los mismos, el poder que ostentan ahora tanto el político como el económico los ciega totalmente, pierden todo sentido de sensibilidad y de humanismo, si es que lo tienen; y empiezan a actuar como patrones y capataces, como señores esclavistas y como caciques de pueblo, imponiendo su voluntad, pero no resultado de su sensibilidad y análisis político de todos los problemas sociales, sino resultado de sus intereses de grupo o de carácter personal, asumiendo una actitud de soberbia y prepotencia, tratando a los ciudadanos como si fueran sus servidores y no el pueblo que ha confiado en él. 

Es este poder adquirido el que los hace cambiar totalmente, es el poder que los marea, que los intoxica y los lleva a cometer actos que lejos de hacer prosperar a un país, lo van sumiendo mas y mas en una pobreza aguda, en un abandono y aislamiento que en un momento dado puede llevarlo a una guerra civil.

Digo todo esto porque la actual corriente política que gobierna en México, constituida por los morenistas, encabezados por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), inició una guerra de papel en contra de la oposición política de los diputados que no aprobaron la reforma eléctrica que el señor presidente quería que se aprobara a como dé lugar, y al no lograrlo, ahora acusa a los opositores de traidores a la patria. 

Dije al principio que todos llegamos a cometer errores en ocasiones, pero el hecho de no aprobar una reforma al gusto del presidente, ¿será ya suficiente para acusar de traidores a quienes no lo apoyan? 

Acusar de traidor a alguien desde la tribuna más alta del país es algo muy delicado y al parecer a la corriente morenista esto le tiene sin cuidado, el mismo presidente al permitir y hacer este tipo de campaña, es para empezar a dudar de su capacidad para ser jefe de Estado. 

Yo creo, que tanto el poder político como el económico que hoy administra López Obrador se ha convertido en el opio de su gobierno, este opio que a la inmensa mayoría de los gobiernos pierde cuando apenas han subido un escalón; esto significa que no están preparados para dirigir una institución de esta envergadura, y demuestra, además, que se requiere de otro tipo de  gobierno, otro tipo de hombres y mujeres que tengan la capacidad para estar a la altura de lo que exigen  los tiempos y no aprendices de brujo que echan todo a perder. 

El poder del pueblo es algo sagrado y no puede ser utilizado solo a voluntad de un solo personaje, llámese presidente de la república o gobernador, etc., so pena de estar caminando sobre un pantano o arenas movedizas. 

El gobierno de López Obrador debe pensar bien su actuar, no puede actuar solo por instinto animalesco, ni actuar solo por venganzas, rencores o resentimientos, porque, de lo contrario, la reacción del pueblo puede desembocar en una revuelta en la que los únicos culpables serán los que hoy están dirigiendo los destinos de este gran país; ojalá puedan corregir a tiempo y gobiernen en serio y con mucha responsabilidad, que no sigan viendo enemigos donde no los hay. 

Entre los mexicanos no debe haber enemigos a muerte, ni políticos ni de otro tipo, queremos un México unido, luchamos y trabajamos por un solo México, así como en China se lucha por una sola China. 

México necesita de grandes hombres y mujeres dignos y dignas para ser ejemplo, pero a muchos los ha cegado el opio del poder, los arrastra y los pierde aislándolos de su pueblo. Los mexicanos tenemos que evitar esto y lo lograremos luchando más, pero de manera inteligente y organizada, solo así lograremos forjar un país más progresista y de avanzada, tarea que otros gobiernos no han logrado porque no han querido, incluido el actual. México es de los mexicanos, luchemos por él, es lo mejor para todos.

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