MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El país que deja AMLO

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Este 1° de octubre, Andrés Manuel López Obrador dejará de ser el presidente de México. Se terminaron los seis años del primer gobierno de Morena y los mexicanos deberíamos analizar si a todos nos fue “requetebién” o si, durante las elecciones de 2018, saltamos de la sartén a la lumbre.

¿México mejoró sustancialmente en favor de los pobres? ¿Ya no hay corrupción promovida desde el gobierno? ¿Se ayudó “primero a los pobres” y, por eso, dejaron de ser pobres? ¿La política de “abrazos, no balazos” logró la anhelada seguridad y ya no hay balaceras, masacres, desaparecidos, cuerpos embalados, desmembrados o colgados en los puentes? ¿Con el Instituto de Salud para el Bienestar ya todos los mexicanos pueden curarse y tienen medicinas gratis? ¿Se han creado tantos empleos como son necesarios? ¿Los salarios alcanzan para que las familias se alimenten, se vistan, se eduquen y salgan de paseo? ¿Las tarjetitas del bienestar ya eliminaron el hambre en México? ¿Con el gobierno de Morena, a todos los mexicanos se les garantizó una vivienda digna? ¿Ahora más que antes se ayuda a los mexicanos tras el paso de los huracanes, temblores o inundaciones? ¿La educación en México ya ahora es de calidad? ¿Somos una potencia deportiva y nuestros atletas destacan en las Olimpiadas? ¿Los artistas encontraron apoyo real para impulsar el teatro, la literatura, la escultura, la música o el muy tradicional baile folclórico mexicano? ¿Dejamos de estar sometidos al poder de los gringos y somos libres y soberanos?

La política de “abrazos, no balazos” y el fracaso del Insabi son ejemplos de cómo el Gobierno de Morena ha agravado los problemas del país.

Con justa razón, nos quejamos del PRI y del PAN, pero caímos en el pésimo gobierno de López Obrador y Morena, que reunió en torno a sí a lo peor de la “mafia del poder” y la puso a trabajar para sus intereses. Pero vamos por partes.

"Al igual que en el 2019, 67% de los mexicanos cree que se dan más actos de corrupción en el sector público que en cualquier otro sector. El vínculo entre el gobierno y la corrupción es el más relevante para los mexicanos”, dice un análisis de Leonor Ortiz Monasterio del 1 de septiembre pasado que se titula “Corrupción: Gobierno, empresas y ciudadanos”. Pero eso no es todo: saltan a la vista los casos de Pío López Obrador y sus sobres amarillos llenos de fajos dinero para la campaña de AMLO, del hijo del presidente y su casa en Houston, gracias a contratos ilegales, así como de funcionarios de alto nivel en el gobierno federal como Manuel Bartlett, el tristemente célebre gobernador poblano Miguel Barbosa (ya fallecido), el próximo titular de la SEP Mario Delgado, la mano derecha de AMLO Yeidckol Polevnsky, la gobernadora electa de Veracruz Rocío Nahle, Irma Eréndira Sandoval y su marido John Ackerman, Ana Gabriela Guevara, así como el director de Segalmex Ignacio Ovalle Fernández, responsable del mayor quebranto económico por corrupción registrado dentro de la 4T. Doy pocos nombres de una lista que llenaría varios tomos de una obra llamada “Gran compendio de la corrupción”.

La pobreza y el hambre siguen siendo un problema serio. El especialista Julio Boltvinik afirma que 97 millones de mexicanos son pobres. “Con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, la proporción de personas en México que gana hasta un salario mínimo pasó de 8.5 millones al cierre de 2018 a 19.2 millones de ocupados; es decir, una de cada tres que tienen un empleo, ya sea formal o informal. Por su parte, la población ocupada en el país que percibía de tres hasta cinco salarios mínimos en 2018 ascendía a 6.7 millones, mientras para 2023 sumaron 2.3 millones”, dice La Jornada del 29 de enero pasado. La Oxfam sostiene que hay 9 millones de mexicanos que “no saben si podrán comer al día siguiente”. Pero los ricos se hicieron más ricos durante el gobierno de AMLO.  “La fortuna conjunta de Carlos Slim y Germán Larrea creció en 70% durante los últimos cuatro años”, sostiene la Oxfam. La fortuna de Carlos Slim es superior a los 100 mil millones de dólares y la de Germán Larrea es de 30 mil millones de dólares, “esa fortuna equivale a la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe, unos 334 millones de personas” (Oxfam).

La política de seguridad de AMLO en la guerra contra el ‘narco’ solo logró incrementar el número de asesinatos en el país: 198 mil 571, hasta el 23 de septiembre pasado. Y entregará el país con varios estados calientes por la guerra entre grupos criminales, como Sinaloa. El día 29 de septiembre, en una camioneta se escribió: “Bienvenidos a Culiacán”, en su interior había cinco cuerpos desmembrados, como parte de la guerra entre dos grupos de narcos. La gente pide paz para poder vivir, pero las políticas del gobierno solo han logrado más asesinatos. En varios estados es el crimen el que manda: Zacatecas, Guanajuato, Chiapas, Michoacán, Sonora, Guerrero, Veracruz y otros estados. En las elecciones de 2021 y 2024, decenas de candidatos no alineados al crimen fueron asesinados. Y varios gobernadores, como el de Sinaloa o el de Michoacán, están implicados en tratos con grupos criminales. Al mismo AMLO se le videograbó acudiendo a ‘taquizas’ de narcos, y testigos protegidos en EE.UU. lo acusan de sus pactos con el crimen.

Decenas de millones no tienen un sistema de salud para curarse. De acuerdo con Jorge A. Castañeda, columnista de El Financiero: “reemplazar el Seguro Popular (SP) sin un plan concreto y con presupuesto para ofrecer servicios de salud a la población sin derechohabiencia era un error garrafal. (…) Los resultados de desaparecer el Seguro Popular y reemplazarlo por un bodrio como el Insabi no dejan espacio a dudas. Se dejaron de realizar más de 40 millones de consultas externas, más de 7.5 millones de consultas de alta especialidad, 1.3 millones de mastografías, 1.6 millones de papanicolaous (...) 15 millones de mexicanos declararon dejar de tener un sistema de salud, el gasto de bolsillo incrementó 40 por ciento”. A eso, sumémosle el millón de muertos por Covid-19 durante la pandemia, porque según AMLO era “una gripita” que se podía detener con “estampas religiosas”.

En educación… “En el ciclo escolar previo al inicio de esta administración, en 2018-19, había 35.8 millones de estudiantes en el país; para el ciclo escolar 2023-24 (el último del que se ofrecen datos en el VI Informe), la matrícula nacional fue de 24.8 millones”, dice un análisis de El Financiero. Además, las escuelas se abandonaron durante la pandemia y en varios pueblos o colonias pobres no hay escuelas de ningún tipo o son, literalmente, de “palitos”. Somos un país con una baja calidad educativa en matemáticas, español o ciencias naturales y sociales. ¿Y los titulares de la SEP? Son borricos que desafinan en el rebuzne.

El apoyo a los damnificados era ya un problema grave, pero cuando Morena desapareció el Plan DN III ahora todo se ha complicado y ahí está Tabasco, Oaxaca y varios estados del país con la sequía y Guerrero con los huracanes: el año pasado el huracán Otis destruyó por completo varios municipios de la costa como Acapulco o Coyuca de Benítez y otros. Ahora, el huracán ‘zombi’ John destrozó a buena parte del estado y la capital. Los pobres guerrerenses, empobrecidos por el poco trabajo y bajo el peso del crimen que los somete, deben volver a intentar rehacer sus vidas, buscar comida y ropa, ante un gobierno que los ha olvidado. Y dado que estamos así de mal, ya mejor no hablamos del deporte o del arte, porque ninguna de las dos cosas se impulsa en el gobierno de Morena entre la niñez, la juventud o los adultos; al contrario, se les quitan los apoyos y el dinero.

Y a pesar de que AMLO sostiene que hay una política de no arrodillarse frente al imperio, lo cierto es que nuestra economía depende en un 85% de la economía de Estados Unidos. Además, les frenamos la migración desde América Latina y varios murieron en ‘accidentes’ en los centros de detención o pasaron hambres y enfermedades en los ‘refugios’ en la frontera norte. Los gringos nos venden de todo y su gobierno nos trata como sus lacayos: AMLO lo aceptó y obedeció. Ellos controlan lo que nosotros debemos hacer.

En el año 2018, 30 millones de mexicanos votaron por AMLO y caímos directo a la lumbre. En el 2024, 36 millones votaron por Claudia Sheinbaum y ya veremos, desde mañana mismo, por qué es ella la sucesora: obediencia absoluta ante el dictador, que no se va a ir a ningún lado y que ya dejó a sus cómplices como los nuevos secretarios de estado y como los nuevos ‘líderes’ de Morena. ¿No es cierto?

Para lograr un cambio radical en el país, que nos convierta en una potencia, que elimine el hambre, la pobreza y la desigualdad, urge un partido popular que saque del poder a Morena y que gobierne, en serio, para los pobres de México. No hay de otra.

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