En estos días, el periodismo, ha alcanzado un grado mayor de desarrollo y ha tenido que incorporar en su propagación a las redes sociales, plataformas digitales y como herramienta, los medios tecnológicos.

El siglo XXI ha dado paso a la creación de nuevas máquinas mejor sofisticadas y la tecnología ha alcanzado mayor aceptación en la población, algo que no debe espantar a quienes nos dedicamos a ejecutar la labor de escritores, la impresión de nuevos materiales irán disminuyendo, y aún cuando esto vaya pasando,  siempre habrán plumas de calidad dispuestas a informar.

En el periodismo se prevé la muerte de las publicaciones impresas ante el incesante desarrollo de los medios digitales y la intensa actividad en las redes sociales; porque el capitalista con tal de ahorrar dinero en el pago de salarios, pago de material a transformar y de máquinas que creen innecesarios por el aumento de su inversión, crearán estrategias para las sustitución de  estas mismas, aunque se ponga en riesgo el aislamiento de la sociedad con su realidad y se olvidan de quienes le servían para generar y aumentar sus ganancias.

Ante este contexto, el periodista del siglo, debe comprender que nada es eterno en esta vida, que no se puede construir nada perdurable sin una base sólida y que si el panorama social va en constante desarrollo, el periodismo debe ir actualizando los cimientos, sin olvidar la base de su vocación: el conocimiento, las fuentes, las técnicas y ética de nuestro  papel comunicativo, porque somos y seremos la voz de los oprimidos.

Cómo periodistas siempre tendremos noticias, historias, crónicas, etc., que contar, y para contarlas debe haber personas hábiles para navegar en el difícil mundo de la información y sorprender con trabajos responsables, verídicos y bien escritos para quién nos lee.

Además debemos constatar que la información que llega a la ciudadanía este lo más apegada a la realidad, y no distorsionarla por interéses ajenos a nuestra vocación.

 Desde otro sitio, serán nuestros lectores los que enjuicien el hecho y aprovechen de las nueva técnicas de comunicación para mantenerse informado sobre los problemas sociales, políticos y económicos por los que atraviesa nuestro país y el mundo.

Sigamos haciendo con nuestra vocación cambios en el país, sin tener miedo a decir la verdad. Y aunque la justicia se tarde en llegar siempre tendremos a gente que nos proteja y nos de voz cuando más agraviados nos encontremos.