Toda línea política aplicada hasta hoy para dirigir el destino de un país siempre ha sido una forma para mantener el control de los dirigidos o gobernados, de tal manera que estos no tienen poder en la toma de decisiones, como sucede, por ejemplo, en la asignación de presupuestos en beneficio de la misma sociedad.
Sin embargo, a todos se nos hace creer que vivimos en un país democrático y con leyes pensadas para normar la conducta de toda una sociedad, pero sabemos también que la realidad es necia y se impone siempre por la vía del hecho y esta situación es la que hace despertar y ver esa realidad tan cruda como es. Por esto, millones de mexicanos siguen pensando que tenemos plena libertad por el simple hecho de que se nos pregona que estamos viviendo en un país libre, que por tal razón debemos luchar y mantener esa libertad, pero resulta increíble, entonces, que cuando un ciudadano común o bien un grupo organizado o no, solicita se cambie alguna ley o norma para beneficiarse y no verse perjudicado en sus intereses o libertades y derechos, simplemente no es tomado en cuenta , más bien, es ignorado e incluso si persiste, es acusado de violentar el estado de derecho.
Ante esto, pudiéramos entender, en un momento dado, que las leyes no se legislan a capricho de nadie o de un grupo minúsculo porque no hay evidencia que demuestre que representa a la gran mayoría de la sociedad , de acuerdo, pero esto también resulta toda una contradicción porque en este hecho concreto, por ejemplo, se ve reflejado y se demuestra que el poder no lo tiene la sociedad, ni el ciudadano común, ya que éste lo ha perdido, por tanto, su libertad.
¿Dónde queda, entonces, la frase tan trillada de que vivimos en un país democrático y de que tenemos además un gobierno democrático?; en cambio, sí que es una minoría la que está decidiendo cómo dirigir al país y en qué dirección.
Tenemos, por ejemplo, las protestas de los ciudadanos poblanos en contra de una medida gubernamental que ellos no pidieron y que, por tanto, no están de acuerdo, como es la verificación vehicular, ¿quién impuso esta medida? y ¿quiénes la echaron para abajo?; está por ejemplo, también el aumento de peaje en las autopistas, ¿quién está implementando esta medida?, serán los ciudadanos comunes o una minoría privilegiada los que piensan, además, que son los dueños de las casetas de cobro.
Todas estas imposiciones y atropellos quien las han implantado desde siempre son los dueños del poder, son los que siguen engañando al pueblo sin cultura, ese poder con el que imponen sus caprichos se lo han expropiado al pueblo, éste último ha sido expropiado de ese poder que se llama democracia, por lo tanto podemos concluir entonces que no hay democracia, ni vivimos en un país libre ni democrático, vivimos en un país con régimen dictatorial, disfrazado de democrático y con el gobierno de la Cuarta Transformación lo estamos viviendo.
Se necesita, por lo tanto, expropiar ese poder que ha sido expropiado a sus verdaderos dueños, pero para ello se requiere de una fuerte organización social y política que pueda cumplir con esta misión, no son los partidos políticos nuevos o viejos quienes lo van hacer, no son los político reconocidos o con mil títulos profesionales quienes lo hagan realidad también, serán los mismos trabajadores los que cumplirán esta misión y, desde luego, como lo mencioné antes, encabezados por una organización política, con horizontes claros hacia dónde debemos caminar; las condiciones actuales están exigiendo que barramos, ya, con esa maraña que nos han impuesto por años para seguir votando por los mismos de siempre.
Debemos cambiar de horizontes, debemos romper también con la política rancia que huele mucho a podredumbre y empecemos hacer una política nueva y diferente para una nueva sociedad, y esto sí que es posible, hagamos realidad el sueño de todos, donde el trabajo haga al hombre y no que unos cuantos vivan del trabajo del hombre, ante este hecho irreversible las clases sociales podrán descansar en paz, es decir, desaparecerán por completo, pero el ser humano seguirá existiendo por siempre como tal.
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