Mientras el presidente de México y promotor de la llamada Cuarta Transformación, Andrés Manuel López Obrador, insiste en tener otros datos y afirma que se ha avanzado en el tema de la seguridad, el proceso electoral de 2024 en este país se ha teñido de sangre, con muertes violentas donde las bandas criminales se encargan de “ejecutar” a quienes les estorban para colocar a sus miembros en puestos de elección popular.
Las cifras son frías y contundentes, sumando alrededor de 39 actores políticos víctimas de homicidio en el proceso electoral de este 2024, donde 27 de las víctimas buscaban ocupar un cargo representando a sus respectivos partidos políticos en las urnas.
Únicamente queda encomendarse a Dios, porque parece ser que hasta la Santa Muerte ya es propiedad del mandatario mexicano.
De acuerdo con la organización Causa en Común, desde el mes de julio de 2023, fecha no oficial en que iniciaron las precampañas electorales en varias entidades del país, se han registrado 39 asesinatos contra aspirantes, precandidatos, candidatos, líderes políticos y partidistas.
Uno de los primeros casos fue el 14 de julio de 2023 contra Javier Torres Barrera, quien aspiraba a la candidatura del PAN al municipio de Chiautla de Tapia, Puebla. Los reportes policiales señalaron que un comando lo raptó y posteriormente lo asesinó.
Es la herencia de muerte que el actual gobierno federal le estará dejando a México, después de que es evidente que su estrategia de seguridad no ha dado resultados, superando en gran medida los casos que se registraron en anteriores sexenios.
De acuerdo al periodista Martín Morales, realizando un amplio reportaje sobre ese tema, se advierte que las campañas políticas previas a las elecciones del dos de junio han transcurrido en un ambiente de violencia, donde los principales actores de perturbación son el crimen organizado y algunas autoridades del Gobierno Federal.
Cabe señalar que este dos de junio estarán en juego 20 mil 367 puestos de elección popular, entre ellos 629 federales, incluidas la Presidencia de la República, 500 diputaciones federales, 128 senadurías y nueve gubernaturas.
Uno de los mensajes temerarios que se ha dado después de que los criminales han asesinado a algún aspirante a un cargo de elección versa en el sentido de que “ese cargo ya tiene dueño o bien, esa silla ya está ocupada”.
Las bandas criminales en su afán de conquistar un mayor número de territorios, siguen sembrando el terror en diversas partes de México, dejando entrever la enorme crisis de seguridad existente, donde el gobierno federal parece haber perdido la batalla.
Expertos en la materia han mencionado que esa escalada de violencia en el país, en medio del proceso electoral de 2024, proviene de las disputas sostenidas por las bandas delincuenciales frente al control territorial de múltiples regiones de la República.
La empresa consultora Laboratorio Electoral (LE) difundió, en la primera quincena de marzo, el reporte preliminar “Violencia Electoral proceso 2023-2024”, en el que reporta que, del cuatro de junio de 2023 al 12 de marzo de 2024, se han registrado 109 casos de violencia electoral, de los cuales 43 culminaron en asesinatos y 18 en atentados.
Algo que llamó poderosamente la atención de los mexicanos fue el hecho reciente, como parte de su gira presidencial, Claudia Sheinbaum, quien va por el Movimiento de Regeneración Nacional, pasó el fin de semana por el estado de Chiapas, donde se reportó que fue interceptada por un grupo de encapuchados que supuestamente pertenecían a una organización criminal, específicamente del Cártel de Sinaloa. Después de sostener un breve diálogo con ellos, la candidata volvió a su campaña.
Mientras que las víctimas pertenecientes a diversas fracciones partidistas, López Obrador minimiza el problema asegurando en una de sus “mañaneras” recientes, que el alto número de acciones violentas contra políticos:
“… es un asunto de publicistas y como hay elecciones, hay gente que magnifica los problemas de inseguridad. El pueblo de México es feliz y no hay el ambiente que quieren posicionar con propósitos políticos electorales; la verdad, están muy despistados los estrategas, porque esto no les ayuda en nada”.
De acuerdo con versiones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, más de la mitad de los mexicanos en diversas entidades viven con temor por tan tremenda inseguridad que se ha incrementado.
Después de observar la impunidad con la que han actuado las bandas criminales en México, donde parece ser que no funcionó el “abrazos; no balazos” del presidente de la república, se puede advertir el fracaso en materia de seguridad y la inexistente pacificación del país.
Nadie está a salvo, después de que tampoco la seguridad brindada a los candidatos por parte del Estado ha dado resultados, se realizan campañas con el alma en un hilo, principalmente donde la lucha de los criminales por conquistar territorios es permanente. Únicamente queda encomendarse a Dios, porque parece ser que hasta la Santa Muerte ya es propiedad del mandatario mexicano.
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