Hace unos días, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó como cada año su análisis titulado “Panorama Social de América Latina 2021”, documento en el que se expone la crisis social de los países latinoamericanos debida a las consecuencias de la pandemia de la covid-19 sobre la población, en primer lugar, y sobre la actividad económica, la pobreza, la desigualdad y el desempleo, después.
Pues bien, en México, las medidas de distanciamiento social implementadas para contener la pandemia en 2020, provocaron que la actividad económica, el ingreso de los hogares y el empleo disminuyeran y como consecuencia la pobreza extrema aumentara de manera alarmante. Todos los sectores de la población vieron disminuir sus ingresos en 2020.
Para 2021, se esperaba que, como efecto de la reactivación de la economía, el crecimiento se detonara para alcanzar, cuando menos, los niveles que se tenían antes de la pandemia. Si partimos de los datos que arroja este organismo y que el Coneval particulariza al revelar el porcentaje de la población en situación de pobreza extrema, resulta que este porcentaje aumentó de 7 a 8.5 por ciento, lo cual significó un aumento de 8.7 a 10.8 millones de personas en dos años; o sea, 2.1 millones más. Sin embargo, mientras que la población en pobreza extrema aumentó, el patrimonio de los multimillonarios de la región no sólo se recuperó, sino que lo hizo con creces.
Con esos datos se entiende que más mexicanos sufrimos carencias en seguridad social, en servicios de salud, rezago educativo, lo que se traduce en falta total al acceso a una vivienda digna, educación de calidad, servicios eficientes, es decir, que se deja de lado a la Constitución Política y los derechos humanos más elementales, profundizando con ello el deterioro de las condiciones mínimas en la vida de los mexicanos, pero además existe el riesgo de que sigan incrementándose los niveles de pobreza ante el modesto apoyo fiscal que destina el gobierno mexicano.
Según los expertos en materia económica señalan que, con la crisis sanitaria sin control, no se puede aspirar a tener una recuperación económica más dinámica. Así también señalan que vienen años de menor crecimiento, esto si no se logra estabilizar la situación sanitaria e implementar una reestructuración de los sistemas de salud y educativo, difícilmente se conseguirá un mayor desempeño económico. Según el estudio de la Cepal, ubicaron a México y Colombia en 2020, en el año más severo de la pandemia del covid-19, como los países más pobres de la región.
Luego del recuento y valoración de las acciones de los gobiernos en tiempos de la pandemia, el organismo lanzó un llamado urgente a los estados nacionales a “invertir en el bienestar” a fin de sobreponerse a la larga crisis social que profundizó la pandemia.
La solución también la da la Oxfam en su segundo documento: “Reforma fiscal, punto de partida hacia la igualdad postpandemia en México”. Es decir, que paguen mayores impuestos los que acumulan mayor riqueza, y que paguen menos o nada, los que tienen menos. Una reforma fiscal de fondo que mejore la recaudación de impuestos. En su momento también Josep Stiglitz, premio nobel de economía, propuso soluciones concretas, entre ellas se encuentran, por ejemplo, implementar medidas donde se aplique una política fiscal progresiva, la reorientación del gasto público, y nuevas políticas que favorezcan a la población más pobre. Mismas propuestas que el Movimiento Antorchista ha venido recalcando desde hace tiempo, además de la generación de empleos e incrementar el salario mínimo.
El gobierno actual podría el optar por dar soluciones y elegir una economía centrada en la igualdad, en la que nadie viva en la pobreza, en la que las desigualdades dejen de matar, en la que no haya miseria, en la que todos puedan prosperar y no solo sobrevivir, pero bien sabemos que eso no sucederá. Por ello, el pueblo mexicano no debe olvidar que la única alternativa para salir de este callejón aparentemente sin salida está en sus manos, consiste en organizarse y tomar el poder político, para gobernar como pueblo educado y consciente. Esa es la única salida, si no se hace así estará contribuyendo a que el abismo entre ricos y pobres perdure y aumente cada vez más.
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